Respuestas equivocadas a preguntas confusas

pintada en la paredEl ruido crece estos días entre la crisis sanitaria que continúa, la social y económica que comienza a asentarse, los programas de desescalada y las disputas por el número de personas muertas por el Covid-19. Un ruido que deja preguntas a ir resolviendo para poder continuar con la vida.

Es muy importante que seamos capaces de entender correctamente las preguntas de este momento para poder contestar de la manera más adecuada para todas las personas. ir En este texto vamos a acercarnos a cuatro | de las preguntas que debemos ir respondiendo para poder transformar la realidad.

Ese es nuestro objetivo, transformar esta realidad, no afinar el sistema, no hacerlo más vivible, más humano. No queremos hacer la opresión más ligera, queremos que las respuestas nos lleven a ese otro lugar en el que merece la pena vivir, donde los cuidados y la reproducción de la vida son el centro.

O tenemos claro el objetivo o las preguntas en vez de descubrirnos respuestas, generan confusión.

Primera Pregunta: ¿Qué hacemos ante la falta de alimentos?

En las últimas semanas se está poniendo en evidencia de nuevo (ya se mostró duramente en la anterior crisis y permanece de manera estructural en más de 8 millones de personas) el problema de la alimentación y cómo somos capaces de satisfacer una necesidad tan elemental.

Después de constatar el problema, comienzan las confusiones. Desde las entidades sociales, colectivos e incluso movimientos sociales se corre a organizar recogidas de alimentos, donaciones...etc. Muchas veces se sabe que no soluciona el problema de fondo, la causa de que eso ocurra, pero la urgencia hay que atenderla es la respuesta a la pregunta.

Y la situación desborda los límites de la respuesta y se generan consecuencias tan negativas como las que intentabas paliar, no visibles aquí y ahora pero si en el medio plazo. Consecuencias como el control social, la estigmatización, la vergüenza, la pasividad, problemas de salud nutricional y de salud mental

imagenUn ejemplo: En Gijón estos días vuelven a resurgir las recogidas de alimentos, las donaciones y las entidades que las promueven, Bancos de Alimentos, Mar de Niebla, Cruz Roja, hasta sindicatos están en la labor. Mientras, el Ayuntamiento de Gijón no dice nada del problema, solo apoya las campañas de algunas ONG's, intentando mostrar la necesidad de ser solidarios.

Una respuesta distinta: Apoyar la soberanía alimentaria, denunciar las causas de los problemas de alimentación y participar de proyectos de agricultura sostenida por la comunidad, Dando prioridad a aquellas formas de producción, distribución y consumo que antepongan el derecho de todas las personas a acceder a la alimentación valorando los alimentos como un bien común, no sólo como mercancías.

No paramos un segundo para dar respuesta desde lo aprendido. Desde el conocimiento que el problema de la alimentación es provocado por la negación a que sea un derecho para todas las personas y este convertido en un negocio en el que lo importante son los beneficios de las grandes industrias de alimentación por encima de las personas campesinas y de los pequeños comerciantes.

Tampoco paramos en pensar en el papel de las instituciones públicas, Ayuntamientos, gobiernos autonómicos o el estatal que nunca asumen que haya un problema directamente con la alimentación para no asumir que en sus sociedades hay hambre, uno de los espejos de la miseria, donde se ve reflejada una de las caras del capitalismo.

Ni una de las respuestas es desde la exigencia del derecho a la alimentación ni de la denuncia del papel de las grandes distribuidoras ni de las instituciones públicas. Hay que atender la urgencia pero sin dejar de denunciar las causas, sus responsables y enunciar la alternativa para que esta situación no se repita una y otra vez, crisis tras crisis.

Una respuesta distinta: Apoyar la soberanía alimentaria, denunciar las causas de los problemas de alimentación y participar de proyectos de agricultura sostenida por la comunidad, Dando prioridad a aquellas formas de producción, distribución y consumo que antepongan el derecho de todas las personas a acceder a la alimentación valorando los alimentos como un bien común, no sólo como mercancías.

Agricultura Sostenida por la comunidad

Que significa la Soberanía alimentaria

Segunda Pregunta: ¿Cómo se promueve el derecho a vivir dignamente?

El confinamiento ha destapado de manera rápida la precariedad y el empobrecimiento de millones de personas. En Asturies más de 150.000 vivían por debajo del umbral de la pobreza, antes de que estallase la crisis. Esto quiere decir que no pueden desarrollar una vida en condiciones mínimas de ser vivida.

Muchas de estas personas ya estaban ahí antes del confinamiento pero su situación estaba amortiguada, unas veces por los cada vez más finos colchones familiares (pensiones y rentas) y otras por una economía de subsistencia o sumergida tolerada por el sistema.

Al encerrarnos en nuestras casas este segundo colchón ha desaparecido poniendo en evidencia una vez más el empobrecimiento y la precariedad estructural del modelo social y económico en el que vivimos.

Ante esta situación la respuesta está siendo lenta y muy confusa. Desde el ámbito estatal llevan mes y medio hablando de la puesta en marcha de una Renta mínima de emergencia, de un Ingreso mínimo vital temporal...etc. Mil y una propuestas que no dejan de ser la misma. La puesta en marcha de una Renta mínima de carácter estatal del mismo tipo que ya han desarrollado estos años las comunidades autónomas, en Comunidad Autónoma Vasca desde el año 1989 y en Asturias desde el año 2003 el Salario Social con distintos nombres, en Galiza la Risga, en Canarias el RIC, etc...

Eso es lo que es el Ingreso mínimo vital, que parece que se va a aprobar en el mes de Mayo y va a tener de referencia el Salario Social asturiano, una renta mínima, condicionada, sujeta a presupuesto, para colectivos específicos, familiar o a la unidad de convivencia, con un importe por debajo del umbral de la pobreza y un último recurso al que acceder si has gastado antes el resto de subsidios y prestaciones.

Estas rentas mínimas como hemos podido ver en Asturias, no solucionan el problema de la precariedad y la exclusión social y su gestión condena a las personas que intentan acceder a ellas a un laberinto burocrático que las hace casi inaccesibles.

Un ejemplo: En Asturias a día de hoy hay miles de familias que llevan viviendo con importes del salario social entre los 120 y los 180 euros porque llevan esperando 20 meses para que se actualice su cuantía.

Esa es la respuesta que se está promoviendo a la pregunta de cómo atendemos a la necesidad de garantizar unos recursos económicos para promover el derecho a vivir dignamente.

Se plantea como un escudo social, una cartulina ya usada y llena de agujeros. Una respuesta distinta: La Renta Básica de las iguales.

La RBis es un ingreso individual, incondicional, para todas las personas y por encima del umbral de la pobreza. Este ingreso tendrá una parte individual y una parte colectiva que se destinará a la puesta en marcha de un fondo comunitario de Renta Básica para decidir de manera colectiva en los ámbitos más próximos (barrios, pueblos) que necesidades sociales son prioritarias para la comunidad.

Renta Básica de las iguales

Asamblea Asturiana por las rentas básicas

Tercera pregunta: ¿Cómo nos cuidamos y cuidamos a las personas más vulnerables?

imagenOtra de las cosas que está evidenciando esta crisis sanitaria y su derivada social y económica es la falta de cuidados y los cuidados que estábamos dando a las personas más vulnerables en nuestra sociedad.

La situación de las residencias de mayores estas semanas son un ejemplo muy doloroso de cuál es el concepto de cuidado que tenemos como habitual. Aparcamientos donde las personas envejecidas pasan sus últimos meses o años, y decimos pasan por que muchas veces solo pasan no viven.

En el mejor de los casos son instituciones públicas donde estos equipamientos intentan ser espacios de cuidado dentro de las limitaciones de recursos e infraestructura y no olvidemos que las residencias de mayores en la mayoría de los casos son de gestión privada, intentando que no generemos gastos que reduzcan los beneficios de, una vez más, un negocio en base a nuestras necesidades más elementales, esta vez la de los cuidados.

O como la respuesta sanitaria está centrada en elementos técnicos (respiradores, camas UCI's, vacunas. etc.), elementos que forman parte del negocio de la industria farmacéutica y técnica. Nunca en respuestas de salud comunitaria.

El centro de respuesta a una pandemia como esta se ha desplazado del lugar que debería estar en la atención primaria como espacio de promoción y prevención de la salud al ámbito especializado de la ciencia ocupada por los intereses económicos.

La Atención primaria, el espacio donde las personas podemos ir haciéndonos cargo de nuestra salud y de nuestros cuidados, queda meramente como apéndice de la atención hospitalaria.

Un ejemplo: La puesta en marcha de un Hospital en la Feria de Muestras de Gijón. Hospital fantasma hasta el día de hoy, pero que contribuyó a la imagen de crisis sanitaria a la que había que dar respuesta si o si con medios técnicos. Curiosamente los medios técnicos ni se han estrenado a día de hoy.

Una respuesta distinta: Promover las viviendas colaborativas y las residencias pequeñas cuidadas por la comunidad más próxima. Son dos propuestas que ponen en el centro la relación, la interdependencia y la comunidad, no el beneficio y el mercado.

Cooperativa de vivienda colaborativa —cohusing Axuntase

Espacio comunitario del Mayor

Cuarta Pregunta: ¿Quédate en casa?

Quédate en casa es el lema utilizado para generar la idea y la emoción para que nos protejamos en la crisis sanitaria y además cumplamos con el confinamiento decretado.

Un lema que está pensado y enunciado para que lo asuman millones de personas pero que excluye a otros tantos para los que quedarse en casa, más que seguridad solo provoca incertidumbre y riesgos.

El lema se olvida, no sabemos si intencionadamente, de las miles de personas que en nuestros barrios viven, cinco, seis y siete personas en 40 m2. De las familias que comparten techo en viviendas de 55 m2 o de las que viven en habitaciones compartidas en los bloques de las grandes capitales. Se olvida de todos los niños y niñas que no tienen un espacio propio en las viviendas para seguir estudiando a distancia o de las personas que ven llegar el fin de mes y no tienen posibilidad de pagar el alquiler y se aleja la posibilidad de quedarse en casa, o las personas sin hogar.

imagenAnte esta situación otra vez el mercado y el negocio por encima de las personas y sus necesidades. No hace falta recordar que el derecho a techo no es más que un enunciado en la constitución y que las instituciones públicas han asumido que sea el mercado el que lo regule, con su estimable ayuda facilitando el negocio a los constructores, inmobiliarias y ahora a los fondos buitre.

Un ejemplo: Las ayudas al alquiler puestas por parte del Gobierno de Asturias, que buscan pagar a los dueños los meses de alquiler que prevén que la economía estará parada. El derecho a proteger es el de recibir el dinero por el alquiler, no el de las personas a tener un techo.

Una respuesta distinta: Potenciar las cooperativas de cesión de uso en la construcción de nuevas viviendas y el alquiler público según los niveles de renta que cada persona percibe.

Cooperativas de vivienda la Borda ¿Qué es la cesión de uso?

Hay muchas más preguntas que surgen entre el ruido y que tenemos que contestar para dar forma al futuro que nos espera, el modelo de educación, de economía, de participación en la sociedad y muchas preguntas que afrontar colectivamente.

Pero para hacerlo tenemos que aclarar la confusión sobre las mismas.

No las queremos contestar para afinar el sistema, para hacerlo más humano, para colaborar en la gobernanza con las administraciones, para aligerar la opresión, para hacer vivible el capitalismo. Las queremos contestar para transformar la realidad, poner en el centro la vida, los cuidados y avanzar hacia una sociedad comunal.

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