Nos despedimos de Totoras con el corazón contento y la energía recargada de verde rural para volver a las ciudades con el último empujón del viaje, esta vez una visita relámpago a Rosario. La despedida fue emotiva, acompañadas de Nano, Amelia y Seve quienes nos abrazaron mucho para irnos con calor cariñoso a la única provincia del país que tiene la ley ILE (interrupción legal del embarazo) aprobada.
El Hornerito es una granja-cooperativa que tiene cabras, vacas, gallinas, pollos y huerta “agroecológica”. Las comillas de agroecológica las explicaremos más adelante. Las personas que trabajan en el Hornerito se organizan de forma horizontal y luchan por un terreno que constantemente les amenazan con quitarles. A su vez, su consciencia respecto al trato animal es bastante amplia e intentan tenerlos en condiciones mucho mejores que las granjas industriales.
Ya instaladas en Totoras, saludamos a todes les caminantes de cuatro patas y contestamos los mensajes que nos quedaron pendientes después del largo viaje desde Río Cuarto. Enseguida nos vamos al proyecto de inserción laboral “Vivero inclusivo de Totoras” donde trabaja Nano junto con personas con diversidad funcional, con la idea de crear puestos de trabajo donde las personas se puedan sentir válidas y, al mismo tiempo, tengan un trato alejado de las lógicas empresariales en las que se trata a los y las trabajadoras como mercancía.
Antes de despedirnos de San Luis, tuvimos que cerrar algunas cuentas e intercambiar algunos libros con Noe de la Bulla, que pasó a vernos por el ADU y estuvimos charlando un rato, dejando casi por escrito que esperamos vernos en el Encuentro Plurinacional de Mujeres en La Plata.