El sábado fue el día de la formación, que llevaban preparando las compas de BaSo en el último mes. Ellas realizan este tipo de actividades regularmente, las plantean para mejorar sus conocimientos sobre temas que consideran políticamente interesantes para ellas y para otras activistas de grupos de amigas, de ciudades cercanas. Todas ellas activistas.
Salimos temprano de la casa de Ulrike y de Bea, para echar una mano en los previos, que si colocar sillas, recibir a la gente que llega, charlar con Isabel una de las traductoras que iniciara la jornada, pues Lars el compita que nos viene traduciendo en los últimos 31 años llegara tarde, tema de trenes y retrasos.
Un despertar en casas separadas nos hace sentir raras y con ganas de un pronto "arrejunte". ¡Y así lo hicimos! Desayunamos juntas en casa de Mika con ella y Romi. Estuvimos las cuatro al sol tomando mate y comiendo pan con miel para arrancar hacia las 11 para la Radio Panamericana de Huerta Grande. La Radio Panamericana forma parte de una cooperativa con productos alimentarios del lugar. Una vez allí conocimos a el compañero Lea Ross, con él hablamos para las ondas explicando que es eso de Baladre sus gentes y compas, también, y como no, la situación política actual en el Estado español y la dramática situación de la migración. Mientras tanto, el resfriado de Marilina no iba mejorando, pero las ganas de pasar tiempo con las compas no la dejaba quedarse en la cama.
El viernes, como en días anteriores, nos pusimos en marcha a las siete de la mañana, baños, arreglillos y desayuno potente, con quesos diferentes, panes "marroncitis", yogures, tomatito… y el liquido a elegir, té o café. Así comenzábamos el día alrededor de la mesa de cocina del piso de Bea, las cuatro incluida Ulrich, el vecino del bajo, que también es miembro de BaSo, como Bea.
Entre lametazos gatunos y algunos ladridos nos despertamos pronto en la mañana fría en La Huerta, un pueblito pegado a Villa Giardino, el catarro de Marilina amenaza con llevarla al colapso.
Nos acogen en una casita hermosa de barro con ventanas pequeñas y estructura de madera. Enseguida nos sentimos como en casa y nos levantamos a desayunar en la compañía de Mika, Romina, Albertina y Cintia del colectivo Marea Diversa.