El jueves por la tarde-noche llegamos a Buenos Aires y estábamos tan cansadas que nos dimos el lujo de tomarnos un taxi hasta la casa de Agus y Diego, quienes nos recibían para descansar allí antes del encuentro plurinacional. Ese día nos dedicamos a descansar las cuerpas que andaban agotadas, además de alimentarnos rico y tomar mucho, mucho, mate.
Al día siguiente teníamos gestiones fuera de la casa: comprar tarjetas prepago para nuestros teléfonos para no perdernos en el encuentro plurinacional, Bibi tenía que comprarse un jersey porque el suyo desapareció en alguno de todos los trayectos ajetreados que tuvimos los últimos días y averiguar algunas cosas sobre La Plata. Entremedias, nos llegó la información de que las mujeres indígenas que habitan el territorio que actualmente se denomina como Argentina estaban tomando el Ministerio del Interior de Buenos Aires. No dudamos en acercarnos al Ministerio del Interior para apoyar a las compañeras del Movimiento de Mujeres Indígenas por el buen vivir (así se nombra su página de facebook por si quieren seguir de cerca cómo va su proceso de lucha).
Ellas dicen en su comunicado “acusamos de terricidio a los gobiernos, y a las empresas que están asesinando nuestros territorios. Llamamos terricidio al asesinato no solo de los ecosistemas tangibles y de los pueblos que lo habitan, sino también al asesinato de todas las fuerzas que regulan la vida en la tierra, a lo que llamamos ecosistema perceptible. […] Denunciamos terrorismo de Estado ya que sufrimos cotidianamente detenciones y allanamientos arbitrarios; desapariciones y torturas…”. Con todo esto, decidieron tomar el Ministerio del Interior hasta que el Estado les responda a sus peticiones y les aseguren los derechos que les corresponden.
Antes de irnos estuvimos hablando con Marilyn y otras compas indígenas de diferentes comunidades que nos compartieron algunas experiencias desgarradoras de desapariciones y asesinatos que se repiten constantemente en las poblaciones indígenas.
Se acercaba la noche y, aunque las compañeras de los pueblos originarios se quedaron en el Ministerio del Interior, Bibi y Marilina tuvimos que ir haciendo marcha hacia la casa para descansar un poco y prepararnos para el encuentro plurinacional de mujeres, donde esperábamos volver a encontrarnos con las compas que ocupaban el ministerio del interior de Buenos Aires.
Así que al día siguiente intentamos emprender viaje pronto por la mañana pero la climatología no nos dejó avanzar hacia nuestro destino. Así fue que llegamos a La Plata sobre las 18h del sábado. La Plata se había teñido de verde (color que embandera la lucha a favor del aborto), violeta y rosa (color que adquirieron las mujeres socorristas) en una oleada de mujeres que había por absolutamente todas partes.
Este encuentro correspondía al 34 encuentro nacional de mujeres, al cual actualmente se le cambió el nombre a “encuentro plurinacional de mujeres, lesbianas, bisexuales, transexuales, transgénero, travestís y no binaries”. Alrededor de este tema existen muchas discusiones, algunas que se transformaron en escenarios especialmente violentos por el no reconocimiento de la legitimidad de este segundo nombre.
No obstante, el encuentro se realizó con muchísima asistencia y la marea de mujeres, lesbianas, bisexuales, transgénero, transexuales, travestís y no binaries que asistieron a la marcha de cierre del encuentro superó las 200 mil personas según algunos medios. Nosotras marchamos detrás de las socorristas junto con el Encuentro de Organizaciones de Córdoba, con quienes también estuvimos en el colegio. En la marcha se escuchaban cánticos en referencia al aborto como “aborto legal en cualquier lugar” o “sin papa facho y burgués el aborto sería ley”, en contra de la represión y la policía “yuta trucha y asesina” o “yo sabía que a los violadores los cuida la policía” y, cómo no, en contra de Macri “hay un machito suelto en la Rosada” o “Macri no es puto es liberal, hacete cargo él es heterosexual”.
La marcha fue tan grande que nosotras salimos tres horas y media más tarde del comienzo de la marcha (18h). En la marcha había una fuerte presencia de partidos políticos y, según comentamos con otras compañeras, la presencia de varones cis fue mucho más grande que en encuentro anteriores. Todo esto sumado a un crecimiento enorme en la cantidad de asistencia al encuentro.
El fin de semana transcurrió sin mayores inconvenientes, aunque siete compañeras fueron detenidas en La Plata durante el encuentro supuestamente por “causar disturbios”. Tanto los talleres, la marcha como las fiestas que hubieron fueron desbordantes respecto a la cantidad de gente que había. Pensamos que, quizá, por la cercanía a la capital federal de Buenos Aires, la cual tiene buenos accesos desde casi todos los puntos del país.
Durante el encuentro tuvimos la grandísima suerte de encontrarnos con las compañeras de Villa Giardino, con quienes pasamos la tarde-noche del sábado. En ese rato estuvimos compartiendo risas, cervecitas y mucho cariño que se gestó en el pueblecito Tras la Sierra y que pudimos repetir en La Plata. Ahí estuvimos en el mercadillo y pasando por varios locales donde se realizaban fiestas, aunque todos estaban demasiado llenos como para entrar. Finalmente, decidimos irnos a los colegios a descansar ya que el día siguiente también comenzaba fuerte.
El domingo estuvimos en la asamblea de los pueblos originarios del Abya Yala que fue hermosa. En ella se transmitieron saberes, conocimientos, saludos y agradecimientos al sol, la luna y la tierra, se transmitió información sobre la lucha indígena, se habló de Ecuador, de la toma del Ministerio de Interior en Buenos Aires (revolución de las flores nativas) y de muchas cosas más. En medio de eso nos encontramos con Noe de la Bulla de San Luis, con quien estuvimos charlando largo rato sobre la masividad del encuentro que, aunque era esperada, no dejó de sorprender a todas las presentes.
Terminamos el domingo con la marcha y nos fuimos a dormir al colegio para arrancar al día siguiente temprano para Buenos Aires. Pero eso no fue todo, cuando llegamos a la estación de Retiro cantamos todas juntas “¡qué momento, qué momento, a pesar de todo, les hicimos el encuentro, qué momento!”. Y tan así, “¡qué momento más emocionante!”.
Admitimos que hubieron muchas cosas del encuentro que este año nos quedaron chirriando fuerte en la conciencia, no obstante, nos sabemos emocionadas con cada cántico, cada mirada, cada momento en que estamos juntas gritando fuerte que ya no nos callamos más.
- Inicie sesión para comentar