Ya recordábamos en nuestra anterior acción ante el ayuntamiento que el empadronamiento es un requisito fundamental para poder solicitar cualquier ayuda. Ya sea para la renta social básica, para las ayudas de emergencia social o para cualquier trámite que se quiera realizar con las administraciones locales o estatales.
El requisito del empadronamiento se ha convertido en el principal obstáculo con el que se encuentran las personas más desfavorecidas para acceder a cualquier tipo de ayuda.
Este certificado tan sencillo, que nos hace visibles frente a la Administración, se convierte en algo muy difícil de conseguir para aquellas personas con dificultades económicas que no tienen posibilidad de alquilar una vivienda o ni siquiera una habitación.
Y sin embargo, a pesar de que hay instrucciones técnicas a los Ayuntamientos para aplicar en casos especiales como por ejemplo el empadronamiento en un domicilio en el que ya constan empadronadas otras personas, el empadronamiento en establecimientos colectivos y el empadronamiento de personas sin domicilio, se hace caso omiso de estas instrucciones y no se admiten como válidas para el empadronamiento situaciones límite de personas con muy pocos recursos.
El Ayuntamiento elude su responsabilidad denegando su derecho a empadronarse a personas sin recursos económicos, cerrándoles así a las puertas para poder solicitar la RSB por la falta de un requisito que se les niega incumpliendo la ley.
Queremos recordar que las infraviviendas, es decir, chabolas, caravanas, cuevas, etc. e incluso la ausencia total de techo, deben figurar como domicilios válidos en el padron, independientemente de las circunstancias jurídicas y de las circunstancias físicas, higiénico-sanitarias o de otra índole que les puedan afectar. La correcta aplicación de este supuesto implica que se debe aceptar como domicilio cualquier dirección donde efectivamente vivan los vecinos, así como que pueda y deba recurrirse a un “domicilio ficticio” cuando una persona carezca de techo y resida habitualmente en el municipio.
Desgraciadamente tenemos que hacer mención a las personas que se dedican a lo que se ha venido en denominar “trabajo social”. Y nos apena mucho decirlo pero no es para elogiarles. Sin querer generalizar, comprobamos día tras día que los interrogatorios y las humillaciones a las que someten a muchas personas con la justificación de estar cumpliendo con su trabajo, son inaceptables. Culpabilizan a las personas que quizá no han querido aceptar cualquier trabajo sucio o de semiesclavitud o que se rebelan ante las absurdas medidas por las que muchas veces les obligan a pasar para demostrar que están incondicionalmente dispuestos a trabajar de lo que sea. Da igual que todo esto tenga sentido o no, lo importante para ellos es que se cumplan las normas y que las personas más desfavorecidas sigan en movimiento permanente para que no olviden cuál es la ley que rige sus vidas. En lugar de ser un apoyo, se han convertido en un obstáculo, en vigilantes del cumplimiento más estricto de la normativa vigente y a los que se acude porque no se tiene más remedio, con recelo y con miedo.
Estamos aquí para denunciar nuevamente que el empadronamiento se está convirtiendo en el mayor obstáculo para poder acceder a las prestaciones y ayudas públicas, ya sea para solicitar pisos de alquiler en el ayuntamiento, ayudas de emergencia, renta social básica, bonos de alimentos, reducciones en el recibo de la luz y el agua , etc. Además de esto ni siquiera pueden acceder a los propios servicios sociales para buscar una salida a este sinsentido.
Andarivel seguirá reclamando una Renta Básica Universal, individual, incondicional y suficiente que sirva para garantizar el derecho a una vida digna para todas las personas: la Rbis y mucho más.
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