Después de un largo viaje nocturno en colectivo llegamos directas desde la enloquecida Buenos Aires a una más tranquila Córdoba. El ambiente ansioso de los porteños cambia completamente en la ciudad cordobesa que nos recibe con frío pero con un sol reconfortante.
Llegamos a casa de Lichi, Nadia y Lucas que nos esperan con mates y las noticias del país. Las compañeras baladrinas argentinas nos reciben como lo que somos, viejas conocidas estrechando lazos y generando enredos.
Días intensos donde los haya. En Argentina las noticias de la mañana siguen cayendo como un cubo de agua fría respecto al precio del dólar. Además, en Buenos Aires, lejos de acercarse el calor primaveral, rondamos los 3 grados y el frío se hace presente congelando también algunas sonrisas.
Comienza un nuevo día con nuestros cuerpos y mentes descansadas tras el sueño reparador y en la acogedora casa de Fabio y Claudia un aroma a café nos llama a la mesa para arrancar el día.
Ese mediodía comimos con las compañeras de Sembrando Rebeldias pero primero había que localizar un espacio donde la señal wifi nos facilite la conexión para acercar las vivencias de ayer al otro lado del océano. Fabio se va con los pibes al campeonato de fútbol y nosotras comenzamos el peregrinaje de colectivos que marcará los horarios y las anécdotas del día.
Como hace ya muchos años, tantos que la memoria comienza a fallarnos, baladrinas cruzan el charco. Desde este fin de semana ya están allí, Bibi que repite y Marilina que sin ser su primer viaje a Argentina, si lo es como baladrina. Y desde Buenos Aires, después de pelear con ese que tiene nombre de actor de serie B, Jet Lag, nos envían la primera de las muchas crónicas del viaje de este año. Informar que en unos días también dos baladrinas estarán enredando en Alemania. No se pierdan ninguna crónica, no se lo perdonarían.