«Si no me mató la dictadura, no me puede matar este tarado»

Patricia en la Librería La Libre de Santander. Imagen: BaladreRecogemos este artículo de El Faroradio de Cantabria recogiendo el paso de nuestra compa Patricia por esas tierras.

elfaradio.com. Pablo Moreno.- Patricia Duró es una activista argentina que ha venido a contar cómo está siendo la realidad ahora que Javier Milei lleva casi un año y medio como presidente del país. Lo contaba este jueves en la Librería La Libre de Santander y el viernes en el CSC Espacio Abierto de Astillero.

El Centro Social y Cultural Espacio Abierto de Astillero acogerá este viernes 25 de abril, a las 19:30 horas, una charla bajo el título ‘Motosierra a los derechos sociales en Argentina’, en la que intervendrá la activista social Patricia Duró, procedente del barrio Don Orione (Buenos Aires). El acto está organizado por las redes Perifèries y Baladre, que agrupan a colectivos de lucha contra la pobreza y por la justicia social. Antes, el jueves, tuvo lugar otra charla en la Librería La Libre de la Rampa de Sotileza de Santander.

Duró rememora que, al caer Argentina en una grave crisis económica y social en 2001, también estuvo en España contando lo que estaba sucediendo en su país. Ahora regresa y lo que cuenta es que las cosas son peores que en aquella ocasión. Desde casi año y medio viven con un Gobierno que se ha propuesto desmantelar el Estado y se está aplicando en esa tarea. Dice, en una entrevista concedida a EL FARADIO, que viene a «desmitificar lo que se dice del niño mimado de la derecha europea, de la derecha de Sudamérica, el niño mimado que está dejando tierra arrasada, en mi país está dejando destrozado todo. Es verdad que vino a romper el estado, que, si bien tenía sus cosas ineficientes, tenía sus cosas necesarias para la población».

Esta activista está jubilada, después de haber ejercido actividad profesional como enfermera, psicóloga y trabajadora social. Por tanto, conoce bien lo que significa servicio público y que un Estado sirva de elementos a la población para tener un proyecto de vida digna. Y ahora se encuentra con un mandatario comparable a Calígula, aquel emperador romano egocéntrico y cruel del siglo I después de Cristo que cayó en desgracia por su manera de irritar a quien lo rodeaba.

Duró explica las consecuencias que está teniendo esta forma de gobernar. Dice que son tantos los frentes abiertos, que es difícil abarcarlo todo. Por ejemplo, la Sanidad, un sector que conoce muy bien. «No tienes absolutamente nada en los hospitales, nada. Ya ni médicos, porque los médicos pasan tres, cuatro meses sin cobrar su sueldo, y se van».

También dibuja un panorama muy sombrío en la educación, porque las escuelas están «desbordadas», con docentes que no sólo deben dedicarse a instruir a los niños y niñas, sino también atender a situaciones de menores que tienen problemas de «violencia doméstica de falta de comida, de falta de trabajo de los padres con todo lo que eso genera». Una de las luchas que se ha llevado a cabo ha sido porque se ha denegado la ayuda a los comedores escolares, y se han encontrado con cinco toneladas de comida en un depósito que se han echado a perder. Y se decía que había que esperar a que la justicia tomase una decisión sobre eso, pero la comida no puede esperar a los tiempos judiciales.

Ministerios cerrados, organismos públicos que desaparecen y una población que va quedando desamparada, que ya ni siquiera va al médico, porque no se puede permitir los medicamentos que se les recetan, incluidos lo de enfermedades tan serias como el cáncer. Despido libre, sin indemnización. «Llegas a tu lugar de trabajo, la policía en la puerta con una lista y dice, a ver cómo te llamas, tal, y no, te vuelves a tu casa, con las manos vacías», relata.

El alquiler también es libre, el precio que desee el arrendador y que lo pueda cobrar en dólares, la moneda más cotizada, pero que mucha gente «no la ve ni dibujada», por lo que la crisis social va escalando etapas, con cada vez más gente «durmiendo en la calle» y los comedores sociales que tienen que tirar de lo que donan quienes tienen capacidad de donar. La industria decae por completo, con fábricas cerrando por todas partes y multinacionales saliendo del país, mientras la lista de parados y pobres sigue engordando. Señala el momento en que se dio cuenta de que había gente cerca de la entrada del hospital donde trabajaba, pero no estaban cuidando a ningún paciente. Eran familias que dormían en sus coches y lo hacían allí porque podían entrar en el hospital para asearse y beber agua.

Duró lleva des delos 14 años militando en movimientos sociales. Ahora tiene 67 años y no se quiere rendir. Siempre tiene un optimismo que tira de ella. «Si no me mató la dictadura, no me puede matar este tarado», se reivindica. La palabra libertad es la que empuja Milei, pero esta activista dice que la libertad que les está quedando a los y las argentinas es la de «morir de hambre».

Lo que ve como algo muy preocupante es que la respuesta social no tiene fuerza. Por un lado, porque no surte efecto. Si hay movilizaciones en la calle, la respuesta del Gobierno es endurecer sus políticas aún más. Y por otro, por la represión. Se trata de desmontar los movimientos sociales tratando de impedir que la población llegue hasta el corazón de una protesta, se amenaza con duras consecuencias si se participa de ella. «Esto antes no pasaba», certifica. En otros momentos de crisis sí había una capacidad de organización, se peleaba más por no perder derechos, pero eso ha cambiado. Las herramientas de lucha del siglo pasado no sirven en Argentina en la actualidad. Ni las manifestaciones, ni las huelgas.

En opinión de Duró, lo que está consiguiendo el Gobierno es que la gente no salga a la calle. No ya para protestar, sino para casi todo. El miedo a la represión, a los robos y a los asesinatos está abocando a las familias a hacer una vida sin hablar con los demás, ni siquiera con sus propios vecinos. «Todavía no se ha logrado que la gente tome conciencia de que esto no es pasajero, esto vino para quedarse, porque el tipo es un imbécil, ya lo vemos todos, pero está sostenido, entre Estados Unidos e Israel», afirma. Sucesivos gobiernos han fracasado en dar respuestas a las necesidades de la población, y eso ha ayudado a que Milei haya triunfado. «La gente está muy descreída, descreída de los movimientos sociales, de los partidos políticos, no quiere participar en nada».

Los pocos que siguen manifestándose son los jubilados, pero cada que se moviliza va una gran cantidad de policías «armados hasta los dientes» y también les reprime a ellos, aunque sean ancianos. No hay dinero para nada, pero sí para colocar pantallas en estaciones de tren y autobús donde poder lanzar mensajes que asusten a la población, y también para tener un nutrido cuerpo policial que pueda reprimir las protestas.

El relato que formula el Gobierno argentino funciona, porque lanza datos de que la situación económica mejora a marchas forzadas. Pero quienes salen a comprar comida, según Duró, comprueban día tras día que eso no es cierto, porque los precios siguen subiendo mientras se van realizando devaluaciones de moneda, que hacen que el dinero que tienen las familias valga cada vez menos. Y ni siquiera el hecho de que Milei sea amigo de Donald Trump funciona, porque Argentina también sufre los aranceles que impone la Casa Blanca.

Duró denuncia que este recorte masivo de servicios públicos funciona para que Milei, su entorno y algunas élites económicas, como fondos de inversión, estén consiguiendo enriquecerse, por lo que el dinero, la plata, como dicen los argentinos, se esté fugando del país, sumiendo en la desesperación a un pueblo que pierde, cada vez más, la esperanza. Todo dentro de una ola reaccionaria que está consiguiendo éxitos en cada vez más lugares. A Duró, sin embargo, le sigue quedando su optimismo para que las cosas cambien.

Noticias relacionadas:

Patricia en el CSC Espacio Abierto de Astillero, Cantrabria. Imagen: BaladrePatricia en el CSC Espacio Abierto de Astillero, Cantrabria. Imagen: Baladre

Etiquetas: