15-M SERRANÍA DE RONDA.- En el año 2018, el 26,1% de personas vive en riesgo de pobreza y/o exclusión social en España, esto es, 12.188.288 personas (1 de cada 4 personas) (AROPE, indicador de la Unión Europea). Según la última Encuesta de Condiciones de Vida del Instituto Nacional de Estadística (INE), cerca del 30% de jóvenes y el 50% de las familias monoparentales se encuentra en una situación de pobreza y exclusión social, y aunque se ha producido un ligero descenso con respecto a la encuesta de 2018, a este ritmo tardaríamos 215 años en erradicar la pobreza en España, y sin embargo, la Comisión Europea en sus Recomendaciones para nuestro país en el año 2019 no hace mención a este problema.

La desaceleración económica provoca los peores registros de la Encuesta de Población Activa (EPA) en siete años, ya que el ritmo de creación de empleo en el mercado laboral ha sufrido un brusco frenazo y evoluciona al ritmo de los peores años de la crisis/estafa. En España sigue habiendo más de 3,2 millones de personas desempleadas. De hecho, según los datos de la EPA, tercer trimestre 2019, en España sigue habiendo casi un millón y medio más de personas desempleadas que los que había en el tercer trimestre del 2007, justo antes de iniciarse la crisis/estafa.

Según UGT, la EPA muestra que el empleo que se crea es “más temporal y precario”. En concreto, la tasa de temporalidad en el tercer trimestre del año creció en tres décimas hasta quedar situada en el 26,7%. Las mujeres son las que sufren más esta situación –según el sindicato– puesto que su temporalidad es del 27,7%.

Los hogares que tienen a todos sus miembros activos en paro aumentan este trimestre en 17.200, hasta un total de 1.010.000. De ellos, 270.000 son unipersonales. (EPA, tercer trimestre 2019).

Por otro lado, La última Encuesta de Condiciones de Vida, correspondiente a los datos de renta de 2017, pese a la mejora en la mayoría de los indicadores, la Encuesta confirma un aumento de la pobreza y exclusión en algunos de los sectores más desfavorecidos de la población.

En los últimos cuatro años (2014-2018) un crecimiento del PIB de 3.840 €, que equivale al 17,5%, sólo consiguió una disminución de siete décimas en la tasa de pobreza. El crecimiento económico, por sí sólo, no trae consigo una reducción de la pobreza. (Informe AROPE 2019).

También, hay un aumento de la pobreza energética, el 9% de la población no puede mantener su vivienda a temperatura adecuada, frente al 8,0 % en 2017. Así, como un aumento del porcentaje de hogares que manifiesta llegar a fin de mes con mucha dificultad, un 10,4 % en 2018. Dentro de este grupo, empeora la situación de las familias monoparentales, de las cuales el 23,4% llega a fin de mes con mucha dificultad.

Tener hijas/os es un importante factor de riesgo de pobreza y/o exclusión, todos los hogares en los que viven niñas, niños y adolescentes tiene tasas más altas que aquellos donde hay adultos solamente. Dentro de ellos, debe subrayarse especialmente la situación de los hogares monomarentales.

Por último, la estadística oficial muestra un aumento de la  pobreza en las personas mayores, lo que refleja la necesidad de afrontar el problema existente con las pensiones no contributivas, que son las que mantienen a más de un millón de personas mayores en situación de pobreza.

Los datos de la Encuesta de Condiciones de Vida certifican la necesidad de implantar una renta mínima estatal, como ya ha manifestado la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIREF), que permita a la ciudadanía afrontar las situaciones de pobreza  más severas.

El presidente de EAPN Europa y EAPN España, Carlos Susias señala: ”es necesario apostar por una Unión Europea que trabaje por los derechos sociales de todos sus habitantes y que, dentro de las políticas de gobernanza del Semestre, priorice el bienestar social, teniendo en cuenta especialmente la situación de las personas que están sufriendo la pobreza y/o la exclusión”.

La Red de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social de España apunta una conclusión clara en su último informe: la mejoría económica no repercute por igual a toda la población, “si la crisis duró tres años para el 50% de la población con mayores ingresos, para el 25% más pobre lleva ya nueve años”.