Kaos Canarias.- Lluvias torrenciales, fuertes vientos, carpas inundadas, y una inaudita presencia policial para «sofocar» las protestas. Las personas migrantes que permanecen en este Campamento de la Vergüenza en Tenerife han pasado una noche de absoluta pesadilla.
Situado en el norte de la isla, el campamento había vivido durante la mañana de este sábado una concentración en la que, además de los migrantes, concurrieron no menos de trescientas isleñas indignadas por la situación de las personas que allí se encuentran. La que tachan como una localización vergonzosa y deplorable, no es mas que un nuevo intento de ocultar un problema que esta afectando la vida, la integridad física, emocional y psicológica, de personas que han recorrido miles de kilómetros en su periplo hasta Europa. Viaje, que no concluye puesto que las Islas son un puente, y no una frontera como insisten las activistas, hacia un futuro mas halagüeño que el de sus países de origen.
El centro, en el que conviven personas de diversa nacionalidad, fue preparado casi «in extremis» ante la ausencia de un plan de acogida viable, fruto también de los impedimentos que el Ministerio de Interior, y las fuerzas y cuerpos supeditados a este, han puesto en puertos, y aeropuertos, para evitar el tránsito de todas estas personas. Un lugar, en el que también conviven un numero no determinado de menores, que son responsabilidad del gobierno español y autonómico, a esperas de que se verifique su edad.
A pesar de que en la mañana del sábado lució un sol abrasador, se preveían fuertes lluvias a la noche. Las personas allí concentradas, gritaron, y se esforzaron por hacer notar el descontento pero también por crear un clima de esperanza y resistencia frente a lo que consideran condiciones injustas y abusivas que atentan contra el respeto debido a la vida de las personas que las están padeciendo. De esta manera, se escucho música improvisada, y se respiró un ambiente de solidaridad que llegó a sacar a la luz la situación en la que allí se encuentran.
Transcurrida la movilización, diversas activistas permanecieron en el lugar, como llevan haciendo desde hace días, para reforzar al grupo de migrantes que pernoctan en el exterior del campamento en señal de protesta. El surrealismo, o dejadez por no decir algo peor, de la situación llega al punto de que durante la noche parece que han dormido «mejor» quienes estaban en el exterior, que las propias migrantes «acogidas» en el campamento de las Raíces, y es que, cerca de la media noche, las advertencias de los servicios metereológicos se confirmaron, cuando empezó un temporal de lluvia y viento que anegó las instalaciones.
De esta manera, y en contra de lo que parece de sentido común, no se derivaron los recursos necesarios para atajar la situación, ni siquiera ambulancias que estuvieran disponibles en caso de posibles hipotermias o cualquier tipo de circunstancia, sino que, hasta el lugar se desplazaron un nutrido números de coches patrullas y furgonetas («lecheras»), para «apaciguar» a las migrantes que protestaban por estas condiciones.
Un nuevo, y vergonzoso capítulo, en esta «crisis migratoria» donde no son pocas las voces que tratan de desviar el foco de la problemática principal, las vidas que están en juego y el respeto que merece cualquier persona con indiferencia de en que lugar del planeta le ha tocado en suerte nacer.
Actualización
Gracias a las activistas, que están haciendo de altavoz de los sucesos explicados, hemos tenido acceso a material gráfico y a un nuevo comunicado donde se denuncia la actuación policial de la pasada madrugada:
Radio Pimienta informa
Desde La Asamblea de Apoyo a Personas Migrantes de Tenerife nos llega el siguiente comunicado:
«Ayer por la noche, poco antes de las 22h, bajo un fuerte temporal de lluvia y viento y cuando muchas personas ya dormían en sus camastros, entraron más de diez furgones de la policía en el Campamento de Las Raíces con la excusa de un registro en búsqueda de armas y agredieron arbitrariamente a un buen número de personas migrantes que estaban en las carpas lo que generó momentos de tensión, con personas fuera de las carpas en medio de las lluvias, gritos…
Todo ello ante la mirada de los acampados por fuera del campamento y del grupo de apoyo de la asamblea que pernoctaban allí bajo la tormenta y veían con impotencia que algo estaba sucediendo sin poder hacer nada. Las personas de dentro del campamento fueron obligadas a entrar de nuevo en las carpas que estaban inundadas por las fuertes lluvias como muestran algunas de las imágenes recibidas.
Por la mañana, con la salida de algunos de ellos al exterior del campamento empezaron a llegar testimonios del trato vejatorio de la policía, afirmando que *les habían tratado como animales y amenazado y que los agentes portaban armas de fuego dentro del recinto.
Nos parecen totalmente injustificadas este tipo de actuaciones policiales arbitrarias que suponen un abuso claro de poder y que no parecen tener otra justificación más allá de seguir criminalizando a las personas migrantes internas*, mantener un ferreo control securitario basado en el miedo a la autoridad y *seguir despojando de su condición humana con un trato vejatorio a todas las personas que acoge el campamento contra su voluntad.»
Última actualización 21 Feb, 2021