Andarivel.- El 24 de noviembre de 2014 solicitamos por escrito una entrevista con la Directora del Instituto Cántabro de Servicios Sociales, Doña Isabel Urrutia, para informarle de algunas de las consecuencias que se están derivando de las políticas aplicadas por este gobierno en relación a la Renta Social Básica. Se trata de dos casos concretos que consideramos requieren de su conocimiento, ya que al estar implicados menores su gravedad es mayor.
Ante la falta de respuesta de la señora Directora queremos hacer pública la denuncia de Kenya y Zohra que se encuentran en estado de indefensión y atrapadas en una maraña burocrática por la tardanza media de seis meses (en el caso de Kenya, ocho meses) en decidir si les conceden o no la Renta social.
Después de someter a las personas solicitantes a un calvario de papeleo y condiciones cuyo principal objetivo parece ser culpabilizar a toda familia que se ve en la necesidad de solicitar este derecho, no es casualidad que desde el ICASS se envíen resoluciones denegatorias con argumentos arbitrarios, con sospechas marcadamente discriminatorias o con cualquier pretexto ”legal” para suspenderlo o denegarlo.
Coincidimos con la Tribuna publicada el 8 de julio del 2014 en Diario Montañés por los Trabajadores Sociales del Ayuntamiento de Santander: “Las familias deben probar permanentemente que “merecen” la llamada Renta Social Básica y se enfrentan a una “sobreaplicación” de la ley que hace que sea más fácil perder la Ayuda que conseguirla y que alarga los plazos de espera a situaciones insostenibles. Además las comunicaciones con los usuarios están redactadas en una jerga burocrática de difícil comprensión para cualquier ser humano”.
Andarivel viene denunciando las políticas de miseria en forma de ayudas, cuya gestión por parte del Gobierno de Cantabria parece regirse bajo el lema “los pobres son culpables hasta que se demuestre lo contrario”. Denunciamos también a esa gentuza que desvalija el patrimonio público desde los partidos políticos, esa que protagoniza escándalos de corrupción, privatizaciones, saqueos, estafas y abusos de poder, esa que ni se inmuta ante el aumento de la desnutrición infantil, la exclusión social y la pobreza que se extienden por todo el territorio español y que es la misma que culpabiliza a las que no les queda más remedio que solicitar la ayuda de 426 euros.
Así pues, no nos cansaremos de exigir una respuesta concreta que asegure los recursos suficientes para atender las necesidades básicas de todas las personas sin condiciones que lo limiten, así como la derogación de la modificación de la Ley de Derechos y Servicios Sociales.
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