Canarias: Las estudiantes de la Universidad de La Laguna se encierran en el rectorado

Momento de la sentada en la universidadTras varias movilizaciones el alumnado de la ULL exige la dimisión de la rectora.

Kaos. Canarias.- El alumnado de la Universidad de La Laguna ya había realizado concentraciones y diversos actos de protesta antes de los sucesos de la semana pasada. Unas jornadas con el título de «Turismo y Seguridad“, son las que propiciaron la presencia de policial y militar en el recinto académico que concluyeron con la detención de dos alumnos que protestaba por este hecho.

Rápidamente se activaron las redes de solidaridad, y más de 300 personas acudieron a las puertas de los juzgados de La Laguna para solicitar su liberación. Lejos de concluir aquí las protestas ayer lunes 9 de noviembre una concentración que denunciaba esto y también diversas medidas de la universidad ha desembocado en el encierro de un nutrido número de estudiantes dentro del rectorado de la misma.

Entre las reivindicaciones, quizás la más contundente, consiste en exigir la inmediata dimisión de la rectora. Ello se debe a que su equipo de gobierno, lejos de haber gestionado la situación devenida de la pandemia de la COVID-19 de la mejor manera posible, insiste en una política clasista que pone en riesgo la continuidad de los estudios de miles de alumnas. En dicho sentido entre las reivindicaciones de las alumnas se encuentra la demanda de la devolución de las segundas y terceras matrículas. Una medida aprobada por el Gobierno de Canarias y que la ULL se resiste a implementar. No acaba aquí la cosa puesto que critican otros aspectos de la gestión. Entre ellos se encuentra la virtualización de muchas de las clases, un perjuicio para todas consecuencia de que no se hayan contratado un mayor número de docentes, y que además genera a asimetrías graves e incluso imposibilita la asistencia a las clases en función a la disposición o no de conexión a Internet.

Las estudiantes también han recordado al profesorado en algunos sentidos de manera solidaria y en otros contundencia. Denuncian cómo hay docentes que están cobrando auténticas miserias de salario que roza (o no alcanza el SMI) debido a la figurado del «becario/a» que también ha servido de comodín en estos momentos a la institución. En concordancia con otras protestas recientes también han cuestionado la presencia de profesores que no ocultan su ideología fascista en los campus además de, sus actitudes transfóbicas y lgtbifóbicas, que se manifiestan en algunos casos incluso en las investigaciones de estos.

Dicho esto, durante la jornada tampoco han olvidado cómo hasta la fecha, y habiendo concomiento de multitud de casos, no ha trascendido ni un solo caso en el que el Protocolo contra Agresiones Sexuales de la ULL haya traído consecuencias al profesorado responsable de dicho tipo de actos. Un protocolo que ya lleva años en vigor y que precisamente fue promovido por el estudiantado y apoyado por los grupos claustrales más progresistas del profesorado.

En general la situación parece haber llegado a un momento en que el diálogo entre el estudiantado y el equipo rectoral de la Universidad se ha roto. Frente al continuo ninguneo e invisiblización recuerdan que a las empresas (que no tienen nada que ver ni cumplen un papel específico en una universidad pública) sí se les atiende teniendo incluso voz en órganos estrictamente académicos. Por estas razones las movilizaciones que llevaban meses realizándose en las calles han derivado en el encierro en el citado edificio a la espera de que sean las responsables de la gestión de la propia Universidad quienes muevan ficha.

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