Ante la pasividad de la administración jurídica y política, activistas han pasado a la acción para exigir la paralización total de las obras que amenazan con destruir la última playa virgen del sur de Tenerife.
A primera hora de esta mañana comenzaba la acción bajo la consigna de no desalojar las grúas hasta que se paralicen las obras. El polémico hotel se construye de manera ilegal sobre terrenos afectados por una revisión de deslinde.
Como contempla la Ley de Costas, mientras dure la revisión del deslinde, las obras deben permanecer cautelarmente paralizadas y es competencia directa del Gobierno autonómico su cumplimiento. Sin embargo, la empresa Viqueira continúa destruyendo el litoral y el ecosistema de la zona ilegalmente sin que nadie lo evite.
Por su parte, el Gobierno de Canarias no asume sus responsabilidades directas sobre este atentado ecológico, lo que implica que se realicen maniobras con consecuencias irreversibles en un espacio natural protegido y emblemático para la isla de Tenerife. Todo ello mientras sobre esta obra pesa una orden de paralización y existen varias denuncias interpuestas que aluden a su ilegalidad.
En las primeras horas de esta mañana se siguen sumando simpatizantes en los aledaños de la obra como muestra de apoyo.
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