Manifiesto
Las migraciones de personas en busca de mejores condiciones de vida no son un fenómeno excepcional ni reciente. La historia de cualquier país o sociedad está marcada por flujos migratorios, en un sentido o en otro. En las dos últimas décadas hemos visto como los países europeos se han convertido en receptores de inmigración, por, entre otros factores, la pobreza y la carencia de oportunidades en los países de origen, y también por la posibilidad de prosperar en los países receptores. Así pues, hemos visto como Europa, donde durante siglos la población emigraba a otros continentes –y que hoy en día vuelve a producirse debido a la crisis-, ha pasado a ser destino de la inmigración.