A las 7 de la mañana se cortaron todos los accesos para intentar evitar la concentración que se había convocado por las compañeras.
A las 9 se procedió al desalojo, con fuertes agresiones por parte de la policía y rotura del mobiliario de las viviendas, llegando a utilizar gases lacrimógenos para dispersar a las más de 100 personas que estaban y aún continúan apoyando a las 13 familias, entre las que hay 12 niños, que allí vivían y que se quedarán en la calle después de esta injusta actuación.
Hasta el momento tres personas han sido detenidas y hay algunas heridas por los golpes recibidos tras la brutal actuación policial. Tres compañeras resisten en la azotea de la Corrala, entre ellas Fali.