La policía en Barakaldo exige a personas sin hogar que abandonen la vía pública mientras el albergue les echa a la calle en horario diurno. La plataforma contra la exclusión social Berri-Otxoak exige al Ayuntamiento una rectificación de la actitud de los agentes y una solución para las personas sin hogar. La situación provocada por la supresión desde este martes 17 de marzo del reparto del Banco de Alimentos del que depende la supervivencia de decenas de familias. “Ninguna Administración ha previsto cómo atender, durante la crisis sanitaria, situaciones urgentes de falta de vivienda o de carencia de recursos para necesidades básicas como la alimentación, además de recortes de puestos de trabajo por la crisis económica provocada”. Berri-Otxoak reclama un plan de contingencia y recursos económicos extraordinarios por parte de las instituciones para atender a las familias que sufren precariedad y pobreza.
La plataforma contra la exclusión Berri-Otxoak ha denunciado que agentes de la policía local de Barakaldo han abordado a una persona sin hogar que pasa la noche en el albergue municipal y le han advertido de será sancionada si la encuentran en la calle, a pesar de que los servicios sociales sólo prevén alojar a los ciudadanos sintecho en horario nocturno.
Los hechos se han producido este domingo 15 de marzo, durante la primera jornada de aislamiento forzoso en los hogares. Dos guardias urbanos se han dirigido a una persona que se encontraba en la vía pública y le han requerido para que regresara a su domicilio.
El interrogado ha respondido que no tiene casa y que pernocta en el albergue del Ayuntamiento, de donde tiene que salir diariamente en horario diurno y no puede regresar hasta la noche. Pese a la explicación, los policías le han contestado que ése no era su problema, que está prohibido permanecer en la calle y que si se repite la circunstancia se le impondrá una multa.
Berri-Otxoak ha destacado que, según el último recuento oficial del Gobierno Vasco, hay al menos una treintena de personas que siguen durmiendo al raso en Barakaldo, a sumar las escasas 34 plazas del albergue municipal nocturno. Los datos del ‘IV estudio sobre la situación de las personas en situación de exclusión residencial grave en la Comunidad Autónoma del País Vasco’ son inferiores a la estimaciones de organizaciones caritativas barakaldesas, que elevan el número de sinhogar a 36.
“El confinamiento forzoso por el coronavirus ha vuelto a dejar en evidencia que el Ayuntamiento no se toma en serio la asistencia social y, en este caso, la situación de las personas sin hogar. El albergue municipal se encuentra desbordado desde el otoño y no hay proyecto para solucionar la falta de plazas, aun y cuando en Barakaldo han muerto tres ciudadanos sintecho en los dos últimos años”, ha alertado la plataforma.
“Esta actuación policial respecto a las personas sinhogar se suma a la incertidumbre y desamparo en el que han quedado los ciudadanos en situaciones de pobreza, para los que se han cerrado los servicios sociales del Ayuntamiento, el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) en donde se gestionan subsidios y ni siquiera hay certeza de que se vaya a producir este martes 17 de marzo el reparto del Banco de Alimentos del que depende la supervivencia de decenas de familias”.
Berri-Otxoak ha destacado que, como consecuencia de la situación ha vivido la última semana una “avalancha de consultas” sobre la continuidad de las ayudas sociales y servicios de asistencia durante la crisis sanitaria y económica provocada por el coronavirus Covid-19.
El grupo mantiene desde hace 23 años una oficina de información sobre ayudas sociales, por la que han pasado más de 12.000 familias y a las que se ofrece orientación sobre el acceso a subsidios, para compensar “el ocultamiento y falta de difusión” sobre estos recursos por parte del Ayuntamiento y del resto de instituciones públicas.
“Ninguna Administración ha previsto cómo atender las situaciones urgentes de falta de vivienda o de carencia de recursos para necesidades básicas como la alimentación, ni el hundimiento de los ingresos y sueldos por los recortes laborales y despidos por la paralización de la actividad causada por la pandemia”, ha advertido el colectivo, que ha visto cómo desde este 9 de marzo las llamadas se han triplicado hasta alcanzar el centenar en la semana.
“Esta avalancha de consultas se produce por la incertidumbre en torno a la situación en la que están quedando las familias y personas con más problemas, como quienes duermen en la calle o quienes necesitan el comedor social o el Banco de Alimentos para sobrevivir, así como los solicitantes de ayudas de emergencia social, cuyos trámites y funcionamiento están en suspenso por la paralización de actividades en la Administración y la cuarentena”.
La plataforma contra la exclusión también ha “constatado el miedo de las familias a un mayor deterioro de sus empleos precarios debido a la suspensión de actividades, cancelación de actividades y reducción del consumo por la extensión de la epidemia del coronavirus”.
Berri-Otxoak ha exigido en este sentido un “plan de contingencia y recursos económicos extraordinarios por parte de los servicios sociales del Ayuntamiento así como por la Diputación y por el Gobierno Vasco para que quienes sufren precariedad y pobreza no sufran el doble castigo de padecer el miedo al contagio del coronavirus y sufrir un empeoramiento de sus condiciones sociales y económicas por la pandemia”.
El colectivo ha alertado además de que esta situación “agrava los recortes sociales que las autoridades aplican sistemáticamente”. Así, ha recordado que en Barakaldo “se ha disparado a 1,9 millones de euros al año, para cubrir los sueldos, dietas y gastos de la alcaldesa, concejales y asesores políticos del equipo de gobierno, mientras reduce el presupuesto social, a pesar de que este mismo año han ascendido a 1.254 las familias que han solicitado en Barakaldo cita para obtener ayudas sociales en sólo seis horas el primer día de apertura de plazo para realizar el trámite”.
Antes de la actual crisis por el coronavirus, ya el 66% las personas en paro en la localidad no recibían ni subsidio ni prestación de ningún tipo, mientras 23.200 personas de la localidad padecían un empleo precario, especialmente las mujeres”.
“Además, hasta ahora, cada mes 310 las familias barakaldesas se veían obligadas a acudir al Banco de Alimentos para poder sobrevivir en un municipio en donde se han duplicado las personas que duermen en la calle, hasta superar la treintena. Además, hay más de 200 desahucios cada año y más del 15% de todas las familias barakaldesas está en situación de exclusión social”.
Barakaldo, 16 de marzo de 2020.
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