EN POCAS PALABRAS UNA TIERRA QUE AGONIZA
15-M RONDA.- “El ser humano está en medio de toda la naturaleza, como un integrante de la misma y no como un ser dominador y explotador de las riquezas naturales” - Rodolfo Pocop Coroxon – Maya Kaqchiquel. La degradación ambiental y el calentamiento global no es un asunto secundario entre los temas de mayor impacto dentro de la política internacional.
Todo lo contrario, representa un llamado de atención sobre el peligro de acabar con los pocos recursos de supervivencia disponibles para la humanidad experimentando a la vez un deterioro creciente de su calidad de vida. Los distintos ecosistemas comienzan a mostrar los efectos de una administración humana deficiente, codiciosa y agresiva contra la vida en los mares y en los continentes, al construir un sistema depredador cuya única finalidad es la acumulación de riqueza para un puñado de naciones industrializadas y sus compañías multinacionales.
Retomar el control de la protección ambiental supone acudir a las fuentes de la relación del ser humano con su entorno natural en las culturas antiguas. Esa fue una fuente permanente de sabiduría, una rica veta de conocimientos que ayudaron a las comunidades a crecer y desarrollarse, muchas veces en paz y armonía. Las crisis ambientales de la actualidad podrían considerarse la consecuencia lógica de la ruptura de esa armonía con la naturaleza. El ser humano ha desafiado con su irracional arrogancia las leyes del universo y se empeña en la insensata tarea de destruir la fuente de su propio sustento.
El hambre y la guerra, las enfermedades y otros males comunes hacen que, entre toda esa miseria, la defensa del medio ambiente parezca un asunto secundario, algo que puede esperar; una actividad para quienes no tienen nada mejor en qué ocupar su vida. Sin embargo, la Tierra -este hogar nuestro- y todo lo que en ella sucede, tiene impacto de un extremo al otro. Los gases de efecto invernadero producidos por la industria china provocan inundaciones en la Amazonia, la deforestación de este territorio tiene efecto sobre el clima de Europa y así se cruzan y convergen hasta transformar bosques en páramos desiertos o destruir ciudades por la crecida de las mareas.
El cambio climático no tiene los mismos efectos en todo el planeta ni las mismas consecuencias a largo plazo para todo mundo. El calentamiento global se ha convertido en una de las causas de los movimientos migratorios y podría ser un importante desestabilizador geopolítico. No existe una definición legal reconocida internacionalmente para los términos “inmigrantes ambientales” o “refugiados climáticos”, por lo que no existe un registro formal que indique cuántas personas han abandonado su hogar debido a que el cambio climático les ha hecho imposible continuar con sus vidas o tener un sustento.
Cinco zonas críticas necesitan atención con urgencia.
Cuenca del Amazonas. Conforme se derriten los glaciares, se reducen las reservas de aguas dulces en la llanura andina, lo que ocasiona más tensiones entre los habitantes y las operaciones de la industria minera y agropecuaria que consumen gran parte del agua restante.
Lago Chad. El lago Chad, un recurso vital para Camerún, Chad, Níger y Nigeria, se ha reducido en más del 90 por ciento desde 1963. Esta catástrofe ecológica es un factor más que contribuye a la crisis del grupo insurgente Boko Haram, el cual ha provocado el desplazamiento de 3,5 millones de personas.
Siria. En 2007, comenzó un periodo de tres años de sequía en Siria oriental, Turquía, el norte de Irak y el área occidental de Irán; la peor que ha sufrido la región desde que se cuentan con datos científicos. En Siria, la escasez de agua, las cosechas perdidas y las muertes del ganado hicieron que 1,5 millones de personas se desplazaran de áreas rurales a las ciudades. Los precios de los alimentos se dispararon, lo cual agravó las tensiones económicas y sociales, y dejó a los sirios en una situación terriblemente vulnerable al estallar la guerra.
China. Los desiertos de este país han aumentado en 54.000 kilómetros cuadrados desde 1975, lo que ha eliminado tierras de cultivo y ha ocasionado la producción de devastadoras tormentas de arena. El gobierno ha reubicado a cientos de miles de “inmigrantes ecológicos”.
Filipinas. El alza en la temperatura de los océanos hará que se intensifiquen los tifones y las tormentas tropicales. Desde 2013, casi 15 millones de personas han sido desplazadas en Filipinas. El tifón que ha ocasionado más muertes, Haiyan, mató a más de 7000 personas.
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