15-M RONDA. En pocas palabras.- A partir del año 2008 se produjo, tanto en España como en Andalucía, un aumento de las personas en riesgo de pobreza y/o exclusión social (Tasa AROPE). Sin embargo, el aumento del riesgo de pobreza y/o exclusión en Andalucía es superior al de la media nacional.
Andalucía llegó a la mayor tasa en el año 2015, alcanzando al 43,2% de la población. A partir de esa fecha comenzó a reducirse, llegando en el año 2018 al 38,2%, esto es, 3.202.843 personas, mientras que la media nacional se situó en el 26,1%. Además, La brecha en relación a la pobreza y la exclusión social con respecto a España, lejos de reducirse, se incrementa. Mientras en el periodo 2008-2018, en España ha aumentado del 23,8 al 26,1, es decir, 2,3 puntos porcentuales, un 9,66% con respecto a 2008, en Andalucía, en cambio, ha crecido 6,6 puntos, lo que significa un 20,9%, más del doble que el índice nacional.
La exclusión severa alcanza en Andalucía al 9,4% de la población. Este es el principal coste del periodo de crisis que hemos sufrido, aumento de la fractura social, incremento de la brecha que divide a quienes se encuentran en integración plena, de las personas que sufren los procesos de exclusión social. La salida de la crisis no ha sido igual para todas las personas.
En 2018, el 26,7% de las niñas, niños y adolescentes en Andalucía, es decir 428.525 personas menores de 18 años, se encuentran en riesgo de pobreza o exclusión social (indicador AROPE con umbral de pobreza de Andalucía). Si empleamos el umbral de pobreza relativa de España, el riesgo de pobreza o exclusión social alcanza al 38,6% de las niñas, niños y adolescentes andaluces.
A partir del año 2013 comienza a darse un descenso paulatino de las tasas de desempleo, tanto a nivel nacional como en Andalucía. Este dato, si lo relacionamos con las tasas de riesgo de pobreza, de carencia material severa, nos muestra que la recuperación que se ha dado en el empleo no se corresponde directamente con una mejoría en la situación social, mostrando, de nuevo, el modelo social que se está configurando (FOESSA, 2019).
También, existe un alto porcentaje de contratos a tiempo parcial que se realizan de manera involuntaria, que en Andalucía suponen el 67,6% de los contratos. La evolución de este dato también nos muestra cómo ha evolucionado el mercado de trabajo a partir de la crisis. En este sentido, destaca que Andalucía es la comunidad autónoma que, en el año 2017, presenta la mayor tasa de empleo involuntario a tiempo parcial en España, seguida de Canarias con un 66,8% (INE, Encuesta de Población Activa, 2017).
Actualmente aumentan los desahucios por alquiler frente a los de ejecución hipotecaria. Según datos del primer trimestre de 2019 del Consejo General del Poder Judicial (CPGJ), tres de cada cinco desahucios en Andalucía son por alquiler, ocupando el segundo lugar entre las comunidades autónomas con mayor número de este tipo de desahucios, tras Cataluña. Además, en este primer trimestre de 2019 se han producido 2.336 desahucios habitacionales, lo que supone un total de 26 desahucios diarios de media en Andalucía.
Según el informe del 2019 de la Federación de Asociaciones para la defensa de la Sanidad Pública, los peores servicios sanitarios se localizan en Canarias, Murcia, Andalucía y Cataluña. Destacar que en 2009 Andalucía ocupaba el puesto 6 de las 17 CCAA y en 2019 ocupa el puesto 15, lo cual parece indicarnos una magnitud importante del deterioro progresivo del Sistema Andaluz de Salud.
Si hacemos referencia al gasto sanitario público consolidado, en el año 2017 en Andalucía fue de 9.692 millones de euros, un 6,2% del PIB, y supuso un gasto de 1.153 € por habitante (Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, 2017). Este último es el gasto más bajo de España. Además, desde el año 2003, Andalucía se sitúa como la comunidad con menor esperanza de vida.
También hay un proceso de creciente desigualdad política entre personas ricas y pobres que está provocando una evidente fractura social, tal como recoge tres recientes titulares de prensa: “los ricos están más representados que los pobres” (SER, 12/02/2019) porque “los barrios pobres no van a votar” (eldiario.es, 07/04/2019) mientras que “los de arriba no se pierden ni una fiesta de la democracia” (CTXT, 05/12/2018). Toda la información de este número está extraída del III Informe del Observatorio de Desigualdad de Andalucía.
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