En Pocas Palabras Desmontando Mentiras.
15-M SERRANÍA DE RONDA.- Europa se enfrenta a unos niveles de pobreza y desigualdad inaceptables. En vez de dar prioridad a las personas, la toma de decisiones políticas está cada vez más influida por las élites ricas que las manipulan para su propio beneficio, lo cual agrava la pobreza y la desigualdad económica y erosiona sustancialmente y de forma continuada las instituciones democráticas. Las medidas de austeridad y los injustos sistemas fiscales europeos tienden a favorecer los intereses particulares de los poderosos. (Informe de OXFAM 206. Septiembre 2015)
Durante mucho tiempo, Europa se ha sentido orgullosa de su modelo social. Los logros del modelo social europeo redujeron drásticamente la pobreza y fomentaron la prosperidad en el periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial.
Sin embargo, estos importantes logros se han visto reducidos durante la crisis/estafa por una serie de reformas de ajuste a corto plazo. Los efectos acumulados del desempleo y la austeridad han provocado el recru-decimiento de la pobreza en Europa y la pérdida de bienestar para las clases medias.
Actualmente en la próspera Unión Europea 123 millones de personas se encuentran en riesgo de pobreza; casi una de cada cuatro personas. Las estimaciones de Oxfam prevén que, si las políticas de austeridad se mantienen, en 2025 entre 15 y 25 millones de personas más tendrán que enfrentarse a la perspectiva de vivir en situación de pobreza.Es urgente que se adopten medidas a escala europea con el objetivo de promover la recuperación de la inversión y el empleo, así como poner fin a la pérdida masiva de puestos de trabajo, la reducción de los salarios reales y los recortes en los servicios públicos, especialmente en países como Grecia, España y Portu-gal, pero también en el conjunto de Europa.
Credit Suisse, empresa de servicios financieros, estima que los siete millones de personas más ricas de Europa poseen la misma riqueza que los 662 millones más pobres (incluyendo a los países que no forman parte de la Unión Europea). Actualmente residen en Europa 342 milmillonarios, cuya riqueza conjunta asciende a casi 1,5 billones de dólares.
Un informe del FMI en 2015 señalaba que si el porcentaje de los ingresos en manos de los ricos incrementa, el crecimiento del PIB se reducirá a medio plazo, lo cual indica que los beneficios no se “filtran” a todas las capas de la sociedad. Por el contrario, el aumento del porcentaje de los ingresos en manos de los pobres está vinculado a un mayor crecimiento del PIB. El porcentaje del ingreso en manos de las clases pobres y medias son los principales motores del crecimiento.
Las políticas salariales, fiscales y de gasto público influyen enormemente en el nivel de equidad de cualquier sociedad, que proporcione sanidad, educación y protección social para todos. Sin embargo, se estima que el coste de la pérdida de ingresos provocada por la evasión y la elusión fiscal en la Unión Europea asciende a un billón de euros anuales, una cifra que permitiría duplicar la inversión total en sanidad pública en los países de la Unión Europea.La desigualdad y el secuestro democrático (es decir, el control del poder y la política ejercido por un grupo de élite) están estrechamente vinculados. La concentración de riqueza proporciona a las élites económicas el poder y el acceso necesarios para influir y dominar los espacios de elaboración de políticas en Europa.
El lobby financiero de la Unión Europea es uno de los más poderosos. Se calcula que en 2013 dedicó a sus actividades 120 millones de euros tan sólo en Bruselas. Entre mediados de 2013 y finales de 2014, los funcionarios de la Comisión Europea, el órgano ejecutivo de la Unión Europea, tuvieron de media más de una reunión diaria con lobistas del sector financiero.
Una encuesta de 2013 reveló que la mayoría de la ciudadanía europea tenía la impresión de que sus Gobiernos estaban dominados por los intereses particulares de una minoría.
La salida de la crisis/estafa pasa por una mayor inversión tanto en las personas como en el empleo. Los criterios políticos para asignar las prioridades de gasto deben anteponer las necesidades de las personas a todo lo demás. Así la Comunidad Europea responderá a los intereses de la mayoría y no a la minoría de las élites.
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