Valoración oficina La Espiral Año 2013
De las (mismas) realidades...
Durante este 2013 pasan por la oficina más o menos las mismas personas que en el 2012. Contamos unos 125 casos diferentes, a los que hay que añadir aquellas consultas que nos llegan a través del correo electrónico. En este 2013 contabilizamos muchas más visitas los días de apertura de oficina puesto que una parte importante de las personas que han acudido, han pasado por nuestro local entre 2 y 3 veces. Es importante para nosotras porque vemos cómo se genera cierta relación de confianza y que sirve, por un lado para mejorar el conocimiento de cómo están funcionando los Servicios Sociales, así como una mayor difusión de la oficina ya que las personas sienten que la información que se les da es útil.
La mayoría de las personas que vienen por la oficina tienen menos de 55 años. Hay casi el doble de hombres que de mujeres. También se constata que muy pocos de los que consultan son personas migrantes (lo que contrasta con la propaganda de que son los destinatarios de la mayoría de las ayudas y que sirve para enfrentarnos a las personas empobrecidas unas con otras).
Las situaciones que nos han llegado a la oficina a lo largo del año, se detallan en:
- La realidad económica es igual o peor que en el año anterior. Salvo algunos casos en que se pueden percibir prestaciones contributivas, las personas que acuden por la oficina están completamente sin ingresos o subsisten con los diferentes tipos de subsidio que rayan la pobreza severa (RAI, PNC, subsidio de desempleo...).
- La falta de empleo se cronifica, al igual que las situaciones de carencia de recursos, de impagos y de endeudamiento de las personas que tienen más dificultades.
- La mayoría de las personas que consultan viven en Gijón, sobre todo en las zonas Sur y Oeste (UTS Contrueces, Gijón Sur, Calzada y Natahoyo).
- Muchas personas ya han pasado por los servicios sociales o bien por diferentes organizaciones de corte asistencial, que cuando no ven posibilidades de dar respuesta a las personas, las derivan a nuestra oficina.
- Se agravan las situaciones por el retraso en el cobro del salario social básico o la falta de información de las ayudas de emergencia municipales. Ante la falta de recursos, se viven situaciones de verdadero drama, en el que muchos miembros de una familia tienen que concentrarse en un mismo techo, dependiendo de cuantías económicas pequeñas, muchas veces de padres pensionistas. Se acumulan deudas e impagos que derivan en más problemas como son los desahucios.
- Sigue presente la misma falta de información y las trabas en el acceso a los servicios sociales. Es para nosotras ya una constante el encontrarnos con que las personas que acceden a las Unidades de Trabajo Social tienen que exponer su situación al personal administrativo, sin ningún tipo de intimidad. En numerosas ocasiones se les deniega una cita con la Trabajadora Social, y en muchos casos, por desgracia cada vez más, cuando consiguen esa cita, las personas se enfrentan a situaciones de verdadero maltrato institucional, siendo juzgadas y culpabilizadas, como si de niñ@s se trataran, negándoles su capacidad para tomar decisiones y su autonomía.
- Las propias administraciones son responsables de complicar aún más los laberintos en los que se ven inmersas las personas. Un ejemplo sería la Fundación Municipal de servicios Sociales en Gijón reclamando el dinero que las personas han estado percibiendo en concepto de Ayudas de emergencia Social, reclamando cantidades enormes a personas que no tienen nada y dando plazos mínimos de tiempo para pagar que provocan el que no puedan volver a acceder a ninguna ayuda municipal y amenazando con no volver a cobrar una ayuda municipal si no se paga.
- En este año, añadimos las situaciones que generan las instituciones que ante personas que han sufrido un desahucio, desde VIPASA se concede vivienda en régimen de alquiler, pero nunca en los lugares donde residen las personas. Con lo que las personas y familias reciben un piso en alquiler, que de mano no van a poder pagar porque no tienen ingresos, y que al llegar nuevos a un lugar, no tienen derecho a ninguna ayuda municipal pues no tienen la antigüedad de residencia requerida.
En resumen: en la oficina La Espiral, como venimos denunciando, nos encontramos que las personas que carecen de recursos económicos se ven encerradas en un laberinto del que los servicios sociales y las administraciones no son más que un problema. Se sigue sin concebir el derecho a un ingreso suficiente como tal, subyaciendo detrás la misma concepción de beneficencia que criminaliza y culpabiliza.
... pasando por los mismos silencios administrativos...
A pesar de que se mantienen o agravan las situaciones de carencia de muchas personas, no encontramos respuestas diferentes por parte de los responsables autonómicos:
En la cuestión de las pensiones públicas o la protección por desempleo, asistimos a profundos recortes que quieren socavar su viabilidad social y económica a largo plazo. La precarización del empleo y la pérdida de derechos laborales supone la imposibilidad de que garanticen unos mínimos de vida a la gran mayoría de la población.
En la Administración Autonómica, desde la Consejería de Bienestar Social no se ha movido un dedo para solucionar el tremendo atraso del salario social básico, que se encuentra ahora alrededor de los 18 meses, aunque hay casos en los que llega hasta los 20 meses (ha sido en la última parte del año cuando se ha agilizado un poco la tramitación). A 30 de noviembre de 2013 había 5.405 solicitudes pendientes de tramitación. Y hay 10.862 titulares que perciben Salario Social Básico.
Para el parlamento asturiano sigue sin ser una prioridad. La consejera fue reprobada pero no ha supuesto un cambio en la política; y el salario social sigue atascado manteniendo en situaciones de emergencia a todas las personas y familias que están a la espera.
En cuanto a la Administración local de Gijón, se utilizan las ayudas de emergencia como medida de presión al gobierno asturiano, refiriéndose sistemáticamente a ellas como "adelanto del salario social". En este ayuntamiento la cuantía ha aumentado en dos años de 300.000€ al millón seiscientos mil de euros finales de este año. Creemos que en cierta manera, algo tiene que ver la presión y el trabajo de información que se mantiene desde la Espiral. En cualquier caso, reconocen que se encuentran al límite de su capacidad. La realidad es que estas ayudas empiezan a ser insuficientes puesto que no llegan a cubrir todo el periodo de espera del Salario Social, con lo que hay un tiempo que las personas y familias quedan en situación de total carencia de recursos. Y la administración se niega a prorrogar estas ayudas más allá de los 18 meses.
Resultado de todo esto es una maraña que envuelve a cada vez más personas empobrecidas. Maraña que deja en evidencia la inutilidad de las diferentes rentas mínimas para asegurar una vida digna para todas. Evidencia también de su perversidad en cuanto a instrumento de control social.
¿Y qué sucede con las organizaciones e instituciones que están en contacto directo con la exclusión social? Nos encontramos también que se mantiene la tendencia a que muchas de las personas que vienen por la oficina vengan derivadas de éstas. Parece que mantener una relación de dependencia hacia la Administración actúa de cortapisa a la denuncia de las responsabilidades y la exigencia de derechos.
... intentando superar lo individual hacia lo colectivo...
En este 2013 hemos mantenido varias acciones de denuncia directa en la calle, partiendo del caso de personas que querían visibilizar su situación.. En todas mantenemos una tónica general: señalar las responsabilidades políticas, exigir la prioridad del derecho a una vida digna y no buscar que se resuelva (solamente) un caso individual sino que se garanticen los derechos para todas.
Entre los meses de junio y julio mantuvimos unas permanencias diarias delante de la Fundación Municipal de Servicios Sociales de Gijón, para exigir la modificación de la norma reguladora de las Ayudas de emergencia social y reconocer el derecho a cobrarla de todas las personas que se encontrasen en situación de carencia de recursos con diferentes movilizaciones y actividades. Tomando como ejemplo la realidad de una persona que llevaba más de 20 meses de retraso en el salario social y que veía denegada la prórroga de la ayuda de emergencia (18 meses).A la que se le unieron algunas denuncias públicas más de personas en su situación.
Después de negarse desde la Administración a ser una herramienta útil contra la exclusión y reconocer que estaban al limite. A finales de Julio después de bautizada ya la Fundación como la Fabrica de miserias sin solución aparecen 600.000 euros más para añadirse a la partida de las Ayudas de emergencia social. A pesar de no conseguir el objetivo final planteado, el cambio de la normativa si conseguimos visibilizar de manera continuada esta problemática y mantener una tensión importante con la administración.
Entendemos que las acciones de denuncia son un continuo imprescindible del trabajo de información en la oficina. Se hace cada vez más necesario el pasar a la exigencia de unos derechos para todas, rompiendo el cerco individual de la exclusión.
... hacia la justicia social
Desde la Asociación contra la exclusión ALAMBIQUE creemos que el primer paso en el trabajo por la justicia social es denunciar y visualizar las causas que están provocando el empobrecimiento, la precariedad y la exclusión de las personas.
- Informar de manera directa y activa sobre los recursos, ayudas y derechos a los que se pueden acceder: el Salario Social, las AES...
- Denunciar el maltrato institucional al que los Servicios Sociales y las administraciones públicas someten a las personas empobrecidas o en situaciones de exclusión social, mostrando cuál es la realidad en estos servicios e instituciones.
- Presionar para aumentar los recursos presupuestarios y que se eliminen las trabas burocráticas del Salario Social, las Ayudas de alquiler y las ayudas de emergencia social, para facilitar el acceso de todas las personas a las mismas.
- Fomentar el apoyo mutuo y la movilización colectiva de las personas que estamos en situaciones de precariedad y exclusión para afrontar los problemas y las salidas del laberinto de manera colectiva y no individual.
- Conquistar el derecho a la Renta Básica de las iguales como herramienta para repartir la riqueza y garantizar la vida digna de todas las personas.
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