Comienza a caminar, la despensa del campamento dignidad

fotoNi nos domaron, ni nos doblaron,
ni nos van a domesticar.
Marcelino Camacho.

CAMPAMENTOS DIGNIDAD. Merida- 25 de Octubre-2013.- Al menos a este viejo compañero, no lo domaron, ni lo doblaron y nunca lo domesticaron, (de esto damos fe, quienes de cerca lo conocimos) es por esto que sí se puede: se puede vivir con dignidad, Marcelino lo demostró.

Algunas de las persona que plantamos las tiendas de campaña, frente a la puerta de la oficina de desempleo en Mérida, en Badajoz, en Almendralejo y quienes se las levantaron y las colocaron en la Catedral de Plasencia (construyendo así lo que bautizamos como Campamento Dignidad) pertenecíamos a un humilde colectivo que dimos en llamar La Trastienda, por la carga metafórica que tiene este lugar en una tienda cualquiera de un pueblo cualquiera. La intención del colectivo la explicábamos en nuestro blog a finales del año 2010 : "Aspiramos a ser un espacio de reflexión y un cauce de lucha, una planta erguida más contra la injusticia y, al tiempo, un humilde vivero donde nazcan y se fortalezcan otras respuestas."

Esa planta hoy, tiene ya mucho arraigo y se ha extendido por muchos lugares, fuera Mérida, de la ciudad donde nació, y crece en Badajoz, Almendralejo, Plasencia, Cáceres, Zafra, Fuente de Cantos, … ha llegado hasta Córdoba.

En aquellos momentos de inicio (como grupo de acción) de La Trastienda, no sospechábamos las dificultades y los dolores que en nuestra lucha nos aguardaban : familias desahuciadas de sus casas, con bebes y mujeres embarazadas; cortes de agua y de luz; falta de comida y como consecuencia niños y niñas que asistían a la escuela, sin desayunar. Y la raíz de todo esto: un sistema, el capitalista, que hace aguas por todas partes; las consecuencias : el paro y la precariedad, o sea un drama más de la historia triste de la clase obrera.

La Planta de La Trastienda con estos componentes, bajo la debilidad de las lonas de las tiendas de campaña, adquiría fortaleza, rabia y coraje, tanto, tantísimo, que se ha convertido en un fuerte árbol que bajo sus ramas, pueden cobijarse las gentes, que aspiran a dar respuestas a tanta injusticia. Una de las ramas de este árbol, que crece y se fortalece con Los Campamentos Dignidad, la hemos bautizado como "La Despensa del Campamento Dignidad". Esta quiere ser un nudo de esa red de resistencia, de lucha y autodefensa frente a los abusos del sistema. La Despensa del Campamento Dignidad (en adelante CD) aparece con vocación de erradicar la caridad humillante, porque esta no solo no, es la solución, si no que forma parte del problema. Pretendemos que desde la auto ayuda y la solidaridad, podamos proveer y proveernos de lo necesario para la supervivencia del ser humano, planteando nuevas formas para forzar el cambio, que la lucha de clase trabajadora necesita de manera urgente.

La Despensa es gestionada por quienes sufren directamente la necesidad, por quienes han sido desposeídos de lo más elemental, por las víctimas que sufren el atraco de"los ladrones de guante blanco y corbata", (de ahí el grito de "menos corbata y más patata"), pasando así de victimas pasivas, a activistas militantes, adquiriendo la dignidad y la autoestima necesaria para la lucha.

Queremos quitarle la razón a quienes les entusiasma propagar la idea de "no sale nadie a la calle, los parados no se mueven", circunstancia de la que el gobierno se siente orgulloso. Sí, nos movemos, sí nos organizamos, sí buscamos salidas y sí las encontramos.

"La Despensa", junto con otras comisiones de los CD se convierte así en otra herramienta de lucha, especialmente para las mujeres, que son las que más sufren la precariedad ante las dificultades económicas (lo explica muy bien la expresión "feminización de la pobreza").

De ahí que las mujeres de los diversos CD nos organicemos contra el sistema patriarcal que nos agrede de forma permanente y con frecuencia subliminal, para derrocarlo o al menos debilitarlo, y de esa forma fortalecernos nosotras. Por eso en los CD también tiene que haber lucha feminista.

Así demostraremos que la tan voceada frase de "Sí se puede" no es grito vano dicho en un momento de arrebato, sino que, además de una consigna, es un mensaje de esperanza.

La despensa de los campamentos, se llena de toda esta fuerza, de toda esta buena energía, que es la que hace exigir al Banco de alimentos y al FOGA, la parte que le corresponde, la que hace que compañeros y compañeras, soliciten a las puertas de grandes superficies, la solidaridad de la ciudadanía, para la despensa, "Yo te doy, tu coges"," tu, me das yo cojo", "hoy por ti, mañana por mí", este es el nuevo espíritu que estamos aprendiendo en la escuelita que son LOS CAMPAMENTOS DIGNIDAD, ni más ni menos. ...Porque el momento así nos lo exige y sería una auténtica barbaridad, si no le damos la respuesta audaz y organizada a un régimen, que no está dispuesto a garantizar los más elementales Derechos Humanos. Por eso hemos construido la DESPENSA , que pasa de la resistencia a la autodefensa, al apoyo mutuo, a resolver los problemas aparentemente individuales de forma colectiva, en definitiva a empoderarnos y construir poder común y fraternal.

Así demostraremos que el grito, SI, SE PUEDE, no es un grito vano, en un momento de arrebato, si no que se hace realidad, cada día, que de forma individual y colectiva, trabajamos con eficacia.

SI, SE PUEDE.

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