¿Aceptamos el mundo como está?

viñetaEn pocas palabras. 15-M RONDA.- La Cooperativa Integral Catalana es una red cooperativista y colectivizadora originaria de Cataluña, que tiene por objeto la transformación social desde abajo, mediante la autogestión, la autoorganización y el trabajo en red.

La actividad de esta cooperativa se inició en mayo de 2010, a partir de los fondos obtenidos por Enric Duran a través de su "estafa solidaria", préstamos bancarios concedidos por varias entidades, y no devueltos. Ya en el año 2014, la Cooperativa Integral Catalana contaba con alrededor de 300 proyectos productivos individuales o colectivos, unos 30 núcleos locales, 15 proyectos de vida comunitaria y cerca de 1.700 socios individuales y colectivos. La propia cooperativa estima que están involucradas de 4.000 a 5.000 personas.

Esta cooperativa se constituyó como «un proyecto de construcción de una alternativa integral al capitalismo», con una estructura legal formada por diversas figuras jurídicas (Cooperativas mixtas, de personas consumidoras y usuarias, de servicios …), y cubriendo, asimismo, todas las necesidades de sus soci@s –alimentación, vivienda, empleo, salud, educación, protección social y transporte– para ir cortando progresivamente los lazos con el capitalismo.

Son objetivos de esta Cooperativa, garantizar que todo el mundo pueda cubrir sus necesidades básicas, cada cual según sus posibilidades; construir desde abajo una sociedad más allá del capitalismo, autogestionando la cobertura de necesidades básicas como la vivienda, el trabajo, la salud o la educación; y recuperar lo público como bien común, en manos de las personas, sin intermediarios. La autoorganización, la acción asamblearia, la desobediencia civil, son aspectos claves.

Las personas de esta Cooperativa no aceptan el mundo como está, a pesar que es difícil ir contracorriente. En el año 2003, para conmemorar el aniversario del 11-S, se publicó un texto anónimo “Acepto”. ¿Aceptamos esta sociedad siendo ciudadanía sumisa y pasiva o nos plantamos? La decisión debe ser muy clara porque este sistema es una sentencia de muerte al planeta y a cada uno de nosotros y nosotras. Son 33 acusaciones contra el mundo y contra nosotros y nostras mismas. Veamos algunas de ellas.

Acepto remunerar a los bancos para que ellos inviertan mi sueldo a su conveniencia y que no me den ningún dividendo de sus gigantescas ganancias (ganancias que servirán para atracar a los países pobres, hecho que acepto implícitamente). Acepto también que me descuenten una fuerte comisión por prestarme dinero, dinero que proviene exclusivamente de los otros clientes.

Acepto que se haga la guerra para así hacer reinar la paz. Acepto que, en nombre de la paz, el primer gasto de los Estados sea el de defensa. Entonces acepto que los conflictos sean creados artificialmente para deshacerse del stock de armas y así permitir a la economía mundial seguir avanzando.

Acepto la hegemonía del petróleo en nuestra economía, aunque es una energía muy costosa y contaminante y estoy de acuerdo en impedir todo intento de sustitución si se desvelara que hemos descubierto un medio gratuito e ilimitado de producir energía.

Acepto que el poder de fabricar la opinión pública, antes ostentado por las religiones, esté hoy en manos de hombres de negocios no elegidos democráticamente que son totalmente libres de controlar los Estados, porque estoy convencido del buen uso que harán con él.

Acepto que se recompense cómodamente a los jugadores de fútbol y a los actores y actrices y mucho menos al profesorado y al estamento médico encargados de la educación y de la salud de las futuras generaciones.

Acepto que los industriales, militares y jefes de Estado celebren reuniones regularmente para, sin consultarnos, tomar decisiones que comprometen el porvenir de la vida y del planeta.

Acepto que los laboratorios farmacéuticos y los industriales agroalimentarios vendan en los países desfavorecidos productos caducados o utilicen substancias cancerígenas prohibidas en Occidente.

Acepto la búsqueda del beneficio como fin supremo de la Humanidad y la acumulación de riqueza como realización de la vida humana.

Acepto que la idea de la felicidad se reduzca a la comodidad, el amor al sexo y la libertad a la satisfacción de todos los deseos, porque es lo que me repite la publicidad cada día.

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