"No nos necesitan para ganar dinero"

fotoÓscar García Jurado.- Lo dicen ellos, el actual desempleo es en gran medida estructural, es decir: no nos necesitan (a los andaluces, a los españoles) para ganar dinero.

Dice M. Roig en eldiario.es: "Esta semana la revista The Economist ha puesto sobre la mesa un artículo en el cual, sin pelos en la lengua, habla del desempleo estructural como amenaza concreta, como un hecho más y no un pronóstico o una posibilidad. Al desempleo friccional, el que se produce entre el pasaje de un trabajo a otro; el cíclico, aquel que acentúan las crisis, se suma con peso específico, el estructural que incluye a todas las personas que son y serán excluidas de forma permanente del mercado de trabajo. Un ejército de zombies, de muertos vivientes sociales sin destino".

En El Confidencial, el experto financiero S. McCoy, dice: "Trabajar se va a acabar convirtiendo en un lujo. Por dos motivos fundamentales que afectan de manera especial a nuestro país.

En primer lugar, la globalización ha propiciado un fenómeno de deslocalización de aquellos negocios intensivos en mano de obra y que no requieren de operarios cualificados. La batalla por la producción se ha ido trasladando de Europa del Este a Asia y ahora empieza a extenderse a África, gracias a unos costes unitarios irrisorios y a unos estándares de calidad que, en muchos casos, tienden a converger con los de las naciones desarrolladas. Sólo aquellos sectores como el primario, agricultura y ganadería, que se ha de desarrollar sobre el terreno y al que favorecen las dinámicas maltusianas, pueden mantenerse indemnes. No así el resto de industrias. Los que saben, de hecho, acumulan mientras pueden tierra de labor. El segundo de los fenómenos es el de la tecnificación, que podría considerarse como el estadio evolutivo de la automatización, pero aplicada a los servicios. Internet como paradigma ha creado un entorno en el que buena parte de los procesos se gestionan solos y de manera automática, con enormes economías de escala en términos informáticos. Su implantación está siendo mucho más acelerada que revoluciones similares en el pasado. Esto está afectando de manera revolucionaria a industrias como la bancaria, la de la distribución o incluso la de los servicios profesionales. La destrucción de empleo que se está produciendo en estos negocios no va a volver.

Globalización y tecnificación han venido para quedarse con su correspondiente impacto (negativo) sobre el empleo".

Queda claro, no podemos esperar nada de su "mercado de trabajo". Debemos pensar que nosotros generamos la riqueza y, por tanto, debemos exigirla. No debemos pedir empleo sino renta; no debemos esperar a que nos contraten, a que nos den empleo, sino generar nuestras propias unidades económicas democráticas de producción y distribución. Y, por supuesto, consumir lo producido desde la decencia y la justicia, nunca desde la explotación.

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