Desigualdad, la trastienda de la desigualdad económica

En pocas palabras. Desmontando mentiras. 15-M RONDA.-  Con la recuperación económica (desde 2013 al año 2016), 29 de cada 100 euros provenientes del crecimiento han ido a parar al 10% de los ciudadanos con las rentas más altas. Sólo ocho de cada 100 euros han quedado en manos del 10% más pobre. La recuperación económica ha favorecido cuatro veces más a los más ricos que a los más pobres. Así, en España la riqueza generada el año pasado fue a parar a manos del 1% más rico que acaparó el 40%, mientras que el 50% más pobre apenas consiguió repartirse un 7%. Los beneficios empresariales crecieron en 2016 más de un 200% respecto del año 2015, mientras que el coste laboral por trabajador se mantiene estancado desde el año 2012.

En el marco del Foro Económico Mundial en Davos, que reúne de nuevo en Suiza a las élites políticas y empresariales, Oxfam Intermón ha publicado un informe demoledor “Premiar el trabajo, no la riqueza”, y denuncia que hoy España es una sociedad más desigual y más injusta que antes de la crisis. Los beneficios de la recuperación económica se están distribuyendo injusta-mente, pese a ser una de las economías de la Unión Europea con mayor crecimiento, la mayor parte de los incrementos de renta se están quedando en manos de unos pocos, en detrimento de la mayoría de la población.

Durante el segundo semestre de 2017, la economía española recuperó el nivel de Producto Interior Bruto previo a la crisis, dando por superados diez años de recesión con un enorme coste social. Y lo que llaman recuperación económica no está ayudando a cambiar esta situación. Bien al contrario, la está perpetuando.

Así, más de 10 millones de personas en España, esto es, el 22,3% de la población total, tienen rentas que se sitúan por debajo del umbral de la pobreza, o lo que es lo mismo, por debajo de 684 €/mes/persona, en el año 2016.

Desde el primer trimestre del año 2012 la productividad por hora trabajada ha crecido 10 veces más que el salario por hora trabajada. Las mejoras de la productividad se han destinado en buena medida a privilegiar el crecimiento de las rentas de capital, mientras que la masa salarial se ha estancado desde el año 2008.

Por lo que el 14% de la población ocupada son personas que a pesar de tener un empleo no logran salir de la pobreza. El 58% de ellas son mujeres. Prácticamente, 6 de cada 10 personas en situación de vulnerabilidad laboral son mujeres. Una persona que gana el salario mínimo, 707,60 €/mes/año en el 2017, necesita 71 años para ganar el salario anual de quienes se encuentran en el tramo más alto de ingreso en España.

Sin embargo, el 1% más rico de España concentra una cuarta parte de la riqueza, casi lo mismo que el 70% de la población.

Por algo, España es el tercer país más desigual de la Unión Europea, sólo está por detrás Rumanía y Bulgaria, y empatado con Lituania. Es el país en el que más ha crecido la desigualdad durante la década perdida (2007-2016).

Para colmo, el sistema fiscal español es uno de los que menos capacidad redistributiva tiene de toda Europa. Las personas asalariadas son las que fundamentalmente sostienen las arcas públicas frente a empresas y grandes fortunas. Además, los impuestos inciden de forma desproporcionada en las rentas bajas y, por si fuera poco, el cómo se gasta el dinero recaudado también es inequitativo: 2 de cada 10 euros de transferencias públicas se dirigen al 10% más rico de la población.

Lo que deja patente el Informe de Oxfam Intermón es que el simple hecho de que exista una recuperación económica y una mayor riqueza no va a garantizar ni propiciar un mejor y más equitativo reparto de la misma. Para que esto ocurra es preciso garantizar trabajo y salarios dignos, asegurar la puesta en marcha de un sistema fiscal que recaude suficiente, esto es, que paguen los que más tienen y que se redistribuya los ingresos, así como poner en marcha medidas que luchen contra la evasión y la elusión fiscal. Mientras esto sucede, Oxfam exige que exista un incremento del gasto público, especialmente en los servicios que beneficien a la población más perjudicada por este desarrollo económico.

Esta es la trastienda de la España que tenemos, de la que muchas personas se sienten orgullosas envueltas en sus banderas, con la que quieren tapar las desigualdades que están originando el crecimiento económico que nos han impuesto.

 

Etiquetas: