Korapilatuz.- Desde algunas entidades sociales de Irun y Hondarribia (Gipuzkoa), venimos observando con preocupación que Lanbide y la RGI, siguen siendo, diana de los medios de comunicación y debate arrojadizo de los partidos políticos. Nuestra inquietud es aún mayor cuando se oculta, deliberadamente, el rostro de las personas perceptoras, y las situaciones de desamparo y de inaccesibilidad que éstas sufren en la gestión de Lanbide.
Por otra parte, Lanbide es una herramienta que el Gobierno Vasco construyó para dotar a la ciudadanía de un doble derecho subjetivo a la protección y a la inclusión laboral, y, por lo tanto, es el sistema público que tenemos todos y todas, al que acudir, en caso de necesidad de protección o de inclusión laboral.
En los últimos años, por unas razones u otras, y aprovechando la indefensión y vulnerabilidad de las personas perceptoras, este organismo está cerrando a cal y canto con un sistema de procedimientos que ahogan a las personas y las somete, en algunos casos, a una dantesca situación de desamparo, equivocando el qué con el cómo proteger, es decir, el fondo con las formas.
Un ejemplo de este equivoco, es aquel, en el que, Lanbide establece suspensiones cautelares frente a situaciones administrativas, fácilmente subsanables por parte de la persona. Además, cuando las personas las corrigen, y rectifican , e incluso, cuando demuestra que no ha existido irregularidad, no se produce con la necesaria rapidez la activación de dicha prestación; una prestación que da de comer, y da cobijo, a las personas y las familias, también menores, que ya han demostrado, de alguna manera, su situación de falta de ingresos.
Esta actuación, se une a otras actuaciones de reclamación, de cumplimentación, etc, en algunos casos, fácilmente accesibles para Lanbide, puesto que, con la debida autorización de la persona, la entidad puede tener acceso a ella, con rapidez, y con transparencia solicitándola a otros departamentos públicos.
De cualquier manera, creemos que Lanbide puede diseñar otras estrategias de gestión más humanizadoras y eficaces para cumplir, con los objetivos de proteger a las personas, y gestionar, bien y con rigor, las prestaciones sociales. Nos parece que, de no hacerlo , diseña una estrategia política y un sistema aplicativo que se aleja del fundamento principal de Lanbide, dejando fuera y a la intemperie a las personas y sus familias incluyendo a los niños y niñas de estas familias.
Esta imagen de los rostros de los menores desprotegidos por el sistema de protección social vasco, no ha sido, lo suficientemente visibilizado ni por los medios de comunicación ni por los partidos políticos. Una poderosa imagen que deja sin derecho a una vida digna, a los y las menores de estas familias sin ingresos. Tampoco, estamos contando los rostros de mujeres, madres de familias monomarentales que Lanbide está llevando a caminos e itinerarios sin salida, donde conciliar y formarse o trabajar, sin herramientas de conciliación, sin flexibilidad horaria, sin negociación posible, están determinando la expulsión del sistema de protección e inclusión a estas mujeres.
Reclamamos otras formas y otra gestión en Lanbide, una buena gestión, un diseño que ponga en el centro a las personas y sus situaciones, que construya con ellas, desde sus situaciones, procesos de autonomía, empoderamiento y participación social y que diseñe estrategias facilitadoras y eficientes para proteger a quien debe, por ley y por ética democrática, proteger.
Entendemos que, hay margen de mejora en las formas de ejercer la protección, compatibles con las realidades de las vidas de las personas, y con la motivación misma de la ley. Entendemos que el reto de Lanbide es diseñar un sistema aplicativo con plazos, tiempos, procedimientos, explicaciones, documentación y comunicación y reclamación, gestionando, con eficacia y transparencia, y cumpliendo con los derechos subjetivos de protección e inclusión que le otorga la ley.
Lanbide es un servicio público encargado de un sistema vital para la cohesión social y la vida de muchas personas, vecinos y vecinas de nuestros barrios, en estos tiempos, donde el mercado laboral no protege, no incluye, expulsa o precariza la vida de gran parte de la ciudadanía.
Queremos aprovechar la ocasión para unirnos a la solicitud que han realizado Ekain - Red para la Inclusión social, colectivos sociales, agrupaciones de pensionistas y sindicatos por el fortalecimiento de la protección social en la CAV y, en consecuencia, la subida de la RGI en los mismos porcentajes que se ha incrementado el Salario Mínimo Interprofesional para este año 2017. Además, de dar marcha atrás al recorte del 7% -aplicado en los últimos 5 años- en las cuantías de las prestaciones gestionadas por Lanbide: Incentivos al Empleo, Renta de Garantía de Ingresos, Complemento de Pensiones y Prestación Complementaria Vivienda.
Más información: http://www.erletxea.org
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