Mujeres Sembrando estima que solo en Mérida se tiran 1.500 contenedores de comida al año apta para ser consumida. Son productos a punto de caducar o que no cumplen los cánones estéticos
Apuestan por que todo el volumen de alimentos recuperados de la trituradora sirvan para poner en marcha cooperativas, catering o despensas solidarias con las que alimentar a familias sin recursos
eldiario.es/eldiarioex Jesús Conde.- Es una reflexión que todo el mundo se ha hecho alguna vez: ¿Por qué se tira tanta comida cuando hay gente que pasa hambre?
Una pregunta que también se hace el colectivo Mujeres Sembrando de Mérida, que apunta a que las grandes superficies o restaurantes siguen tirando ingentes cantidades de alimentos. Sus estimaciones son que solo en la capital extremeña se tiran en torno a 1.500 contenedores de comida al año perfectamente apta para ser consumida. Son productos que aunque están en buen estado se desechan porque están a punto de caducar, porque están rotos o porque no tienen la apariencia estética adecuada para ‘cazar’ al cliente.
Francia ya prohíbe destruir los alimentos
Cuesta entender que haya neveras vacías y contenedores llenos. No hay un estimación de cuántas toneladas de alimentos acaban en los contenedores extremeños, aunque la organización mundial de agricultura y alimentación, FAO, indica que hasta el 30% son desperdiciados a nivel mundial.
Ante este panorama Mujeres Sembrando reclama una ley autonómica u ordenanzas municipales que prohíban a los establecimientos tirar a la basura comida en buen estado. Ponen como ejemplo el caso de Francia, que se ha convertido en el primer país del mundo en prohibir a los supermercados que se deshagan de alimentos que quedan sin vender, obligándolos a donarlos.
El colectivo de mujeres extremeñas va más allá. Apuestan por que todo el volumen de alimentos ‘recuperados’ de la trituradora sirva para poner en marcha cooperativas, catering, o despensas solidarias, con las que alimentar a familias sin recursos.
Más ejemplos: el ‘cura rojo’ de Salamanca
En España existen ejemplos en los que fijarse, por ejemplo el caso de Emiliano Tapia, el ‘cura rojo’ de Salamanca. Impulsa la cosecha de huertos y una empresa comunitaria de catering que se nutre en parte de los alimentos que de manera desinteresada aportan grandes superficies y otras entidades. Con ello facilitan alimentos a personas enfermas o ancianos.En su propuesta Mujeres Sembrando instan a la administración local y autonómica a desarrollar un espacio para la creación de un economato. Proponen que las mujeres se formen para ocupar las diferentes tareas necesarias y ofrezcan su tiempo su esfuerzo para que el proyecto funcione de manera autogesitonada.A medio plazo, apuestan por un comedor familiar para todas las edades. Y a largo plazo, llevar a cabo y desarrollar empresas sociales y de inserción, igualmente gestionadas por mujeres previamente formadas y concienciadas con el cooperativismo.Quieren que se inste no solo a las grandes superficies y empresas a donar los excedentes de alimentos, sino también ropa, juguetes y otros productos. “Buscaremos la fórmula para poseer un camión o furgoneta de 3.500 Kilos para la recogida de todo lo que se done y la propia administración, nos dotara de un mínimo de combustible para la utilización de esta”.Ellas aportarían la mano de obra, y serían las propias beneficiarias del resultado, estando dirigida la iniciativa a mujeres sin ingresos o con escasos ingresos, con el objetivo de que puedan vivir con dignidad.
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