EL IMPERIALISMO NORTEAMERICANO
15-M RONDA.- El 9 de marzo Barack Obama firmó la Orden Ejecutiva Declaración de una Emergencia Nacional con respecto a Venezuela. En ella se afirma que este país “constituye una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad nacional y la política exterior de los Estados Unidos, y por la presente declaro una emergencia nacional para enfrentar esta amenaza”. Obama se concede así poderes especiales para autorizar intervenciones y operaciones militares, además de imponer otras sanciones. Decretos de Emergencia similares fueron el preludio de las acciones contra Nicaragua, Panamá, Afganistán, Irak, Libia, Irán, Siria...
Al declarar a un estado o una organización amenaza para la seguridad nacional, el Gobierno de EEUU "se autojustifica" para tomar acciones en su contra, sean económicas o incluso militares. Así que lo que temen los políticos venezolanos es precisamente "una acción belicista por parte de EE.UU.". Y este miedo no es infundado si recordamos, por ejemplo, los casos de Panamá o Granada. A diferencia de estos dos países, Venezuela tiene recursos estratégicos –fundamentalmente petróleo–, Venezuela es dueña de las mayores reservas de petróleo probadas del mundo, con 297.000 millones de barriles, lo que la convierte "aún más en un blanco para EE.UU."
¿Alguien puede pensar en serio que Venezuela suponga una amenaza extraordinaria para la seguridad nacional de los Estados Unidos? ¿No será más bien al revés? La historia muestra que las intervenciones imperiales siempre van precedidas por campañas mediáticas plagadas de mentiras para encubrir sus motivos reales.
El despliegue de la política exterior y de seguridad norteamericana en Ucrania, Oriente Medio y América Latina, y su conexión con la lógica capitalista de la acumulación por desposesión son los moviles del imperialismo norteamericano que sigue vivo.
Así, Exxon Mobil empresa petrolera estadounidense en el último informe sobre las 500 empresas con mayor capitalización bursátil del mundo, ocupaba el puesto número 1, con una capitalización de mercado de 416.000 millones de dólares, y Anadarko Petroleum Corporation, una compañía de exploración de petróleo y gas de América, y uno de los que cotizan en las bolsas más grandes del mundo, con aproximadamente 2,79 millones de barriles de petróleo y un volumen de ventas anuales de 274 millones de dólares, están interesadas en la explotación petrolera, en una zona reconocida por el Servicio Geológico de los EE.UU. como la segunda mayor área del mundo con petróleo sin explorar.
El yacimiento se encuentra en un área marítima de la Guyana, cuya soberanía está en disputa con Venezuela. Casualmente, de la junta directiva de Anadarko forman parte Anthony R. Chase, amigo y financiador de las campañas de Obama, y dos ex altos funcionarios del Pentágono: el general Kevin Chilton, ex comandante del Comando Estratégico, y Pete Geren, director de las Secretarías de la Fuerza Aérea y del Ejército del Departamento de Defensa entre 2005 y 2009.
En América Latina, los pueblos saben bien que el imperialismo norteamericano no es cosa del pasado. En este siglo, Venezuela, Honduras, Paraguay, Ecuador, Bolivia han sufrido la combinación de las estrategias llamadas de “intervención encubierta” y de “poder inteligente”.
En Europa, en cambio, la propaganda de las grandes empresas privadas de comunicación conectadas con poderosos intereses políticos y económicos, ha conseguido sembrar la confusión entre las mayorías, e incluso entre sectores de fuerzas políticas y sociales que se reclaman de valores de izquierda.
El embajador de Venezuela ante la ONU, Rafael Ramírez, agradeció en la ONU la solidaridad internacional con su país en respuesta a recientes acciones hostiles del gobierno estadounidense, rechazada por la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos, la Unasur, el Grupo de los 77 más China y el Movimiento de Países no Alineados.
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