desinformemonos.org. Alicia Alonso.- Decía Michel Foucault en su famoso libro Vigilar y Castigar que la prisión es “omindiscipliniaria”. Es decir, que ejerce una disciplina incesante y en todos los aspectos de la vida de las personas presas. Para las mujeres y disidencias encarceladas esta pasa por el control de casi todos los aspectos de su vida en reclusión, con reglas que regulan su actuar, rígidos horarios que deben cumplir, cuentas1 reiteradas, suprimiendo cualquier vestigio de individualidad. En este contexto, el ejercicio del poder disciplinario se caracteriza por la sumisión, subordinación e infantilización.