Este viernes, pudimos disfrutar de la vista de Berlín desde un tejado muy especial, el de una llamada House proyect, que debe traducirse por un proyecto de casa compartida o común o comunidad de gentes. En este caso es el edificio okupado donde está la Iniciativa BASTA, y donde vive un muy buen coleguita de Ruth, Mahats; él fue quien nos subió al tejado, que al parecer es su lugar favorito de la casa. Donde viven 60 personas y en los bajos está el Centro Social con su barra, una sala de Conciertos y el punto de Información y denuncia Basta, que son muy coleguitas de las baladrinas de ALSO, de Oldenburgo.
Desde que llegamos a Alemania, bajamos del avión en el aeropuerto, para tomar el autobús y nos llevamos la primera sorpresa, no funcionaban en hora los autobuses. Sí, las pantallas hablaban de que el 109 llegaba en un minuto, pero pasan los minutos y no aparece el autobús, luego aparece en la pantalla que llega otro 109 en cinco minutos y nada de nada, hasta pasados veinte minutos más que aparece un 109 largo, articulado que se llena de toda la gente que estábamos esperando. Ya arriba del autobús, carecemos de informaciones sobre recorrido y paradas, la que estamos o la que viene; parece que una tiene que conocer todo lo relativo al territorio y por supuestísimo el alemán, pues solo anuncian por la megafonía del autobús las paradas, en alemán y muy bajito.
Ya comienza a ser un clásico, el día con Guido. En los últimos tres años que visitamos ALSO, tuvimos el día con el compa. Este activista biólogo de formación y asesor/compañero de dedicación, siempre nos tiene preparada una visita que cuesta olvidar en el tiempo.
Sí ayer, martes, llegábamos a Oldenburgo, tras dejar a tras los cuidados de Lars, Andoni e Isa en Hamburgo. Tras tres horas de autobuses, con parada en Bremen llegábamos a la Estación de Autobuses de nuestra querida ciudad de Oldenburgo. Allí nos esperaban Sigmund, Mika (que es hija de Sigmun y hermana de Kira, nuestra traductora de hace 2 años) y Neli, una compa libanesa. Menudo lujazo, dos personas para acompañarnos y traducirnos. Horas antes un Bus se había literalmente “cargado” la marquesina de la Estación, pues en lugar de meter la marcha atrás metió la primera y el resto os lo podéis imaginar. Contentas por el reencuentro con las compitas de ALSO, vamos andando hasta sus locales, en realidad se trata de cinco minutos de paseo, donde Manolo se vuelve a enfadar por llevar la casa a cuestas, la mochila es pesada y sus excesiva previsión, le llevo a traerse una mochila, que no maleta de ruedas, cargadirta de ropa, saco, zapatos…,todo un contraste con la mochilita pequeña de Ruth.