Entramos en Rosario, una de las ciudades "grandes" de Argentina, atravesando el enorme delta del río Paraná que durante kilómetros acompañamos en su crecida invernal. Una ciudad de más de un millón de habitantes, extensa y empobrecida en las grandes periferias como tantas. El gran negocio de la soja transgénica, hace que su puerto sea uno de los más grandes del país, donde los barcos chinos sacan la preciada haba verde por millones de toneladas para alimentar a sus cerdos al otro lado del planeta y cuyo negocio ha incrementado de forma brutal la trata de personas y el tráfico de drogas en la ciudad. Tres negocios de muerte que aquí se combinan a la perfección.

Paysandú, ciudad de frontera con la Argentina con la que comparte las aguas del río Uruguay. Del otro lado, la turística Colón, con sus aguas termales y su comité ciudadano en contra de la instalación de las papeleras al otro lado del río en territorio uruguayo (o más concretamente las pasteras pues aquí sólo se elabora la pasta de papel que va a una papelera Islandesa). Paysandú, antigua urbe industrial venida a menos por la crisis del 2002 y rodeada de grandes extensiones de tierra con ganado para carne y leche y cultivos de soja transgénica que el gobierno del Frente Amplio de Pepe Mugica ha ampliado en la profundización de una política económica desarrollista (que incluye el proyecto de una mina al cielo abierto) esquilmadora y envenenadora de la naturaleza.
Convocados pola "Asemblea de Movementos Sociais de Vigo" varios colectivos e persoas da cidade -ás que hai que engadir as xentes de Baladre que pechaban unha semana de marchas polo norte peninsular- concentrámonos diante do concello para esixir dereitos sociais para todas as persoas.