Silencio y pasividad

fotoEl largo silencio y la pasividad Institucional hecha a los vecinos y vecinas del Barrio. Esta es la dura realidad que viven desde hace tiempo un buen grupo de familias y personas del barrio de Buenos Aires.

Sabemos que el problema del barrio no se va a solucionar con poner orden en algunos bloques de viviendas, pero lo vemos necesario e imprescindible. Lo hemos visto desde hace muchos años y así lo hemos denunciado y reivindicado; y solamente, porque ha causado y continúa causando mucho sufrimiento. Y ante esto, las Instituciones, normalmente, han callado y consentido.

Los vecinos y vecinas de buena voluntad hemos hablado, hemos reivindicado, hemos visibilizado de manera reiterada los problemas, y, por supuesto hemos aportado soluciones de todo tipo. Pero, las Instituciones, públicas y privadas, en general, han callado y se han escondido.

¡Cuánto sufrimiento de vecinos y vecinas! Esta ha sido la realidad de muchos momentos y sobre todo lo está siendo de éste. Hacer la vida un imposible, parece ser el objetivo de pequeños y grandes narcotraficantes que campan a sus anchas como enemigos vecinales. Y  todo porque, ¡qué lejos les debe quedar y les han quedado durante mucho tiempo todos estos problemas a la actuación, por ejemplo, de Instituciones de servicio público como las distintas policías!.

¡Cuántos vecinos y vecinas  han dado la cara! Y la continúan dando, y se les amenaza o se les criminaliza y se sienten indefensos. Y  las Instituciones públicas y privadas callan y no actúan con responsabilidad.

Un juguete de barrio, pero roto a pedazos. Un espacio coqueto y maravilloso; así se consideró en aquellos primeros años, hace ya más de 30. Pero no pudo ser. Y callaron y consintieron.

¿Será que a muchos grupos y personas les ha convenido que todo esté así? ¿Quizá a una gran parte de salmantinos y salmantinas? ¿Quizá a quienes de uno u otro lado han gobernado el ayuntamiento, también? ¿Quizá a profesionales de distintas ramas relacionadas con las oscuras y dolorosas actividades desarrolladas? ¿Probablemente ha sido más fácil ver de lejos, muy de lejos, a 4 kms. del Centro de la ciudad lo que ocurría en “Las Malvinas”?

A todos y a todas se nos ha ocurrido pensar que un barrio, ahora, de menos de mil habitantes, ¿cómo es posible que encierre tanto mal hasta no poder convivir? ¿será quizá más un invento vecinal que otra cosa? Pues digan con nosotros y nosotras que ¡No!. ¡No inventamos! Lo han consentido los del silencio y la pasividad.

Ayuntamiento, Subdelegación y Junta ; esto se nos va; antes de que cerremos entre todos y todas y demos el portazo, ¡actúen, por favor! Y no sólo poniendo orden en las viviendas; que en muchos casos ya no lo van a lograr; sino afrontando problemas sociales estructurales, problemas de miedo y seguridad porque algunos han optado “campar a sus anchas”; problemas educativos y culturales básicos y fundamentales en infancia, juventud o adultos; problemas de pasado y del futuro que se nos niega por que nos resistimos a creer que este barrio no tenga “retorno”, ya que quienes tuvieron la responsabilidad de decidir se entretuvieron en otras cosas.

fotoNi un ápice de exageración; esta es la aproximación a la realidad actual. Y, lo que es más grave, en muchos vecinos y vecinas, ni una brizna de esperanza, ni un asomo de ilusión. ¿Será que el silencio y la pasividad de los responsables nos ha vencido definitivamente? Quiero resistirme a creerlo; pero, cuando tanta gente sufre es porque algunos no han cumplido con su deber. ¿Lo harán con decisión algún día? ¿Se lo tenemos que pedir de nuevo?

Sí, a ustedes, responsables del Ayuntamiento, y de la Junta y de la Subdelegación del Gobierno, y de entidades privadas insensibles y ausentes,… ¡Para ustedes va! No miren para otro lado. Estamos aquí, junto a la rotonda confluencia de tres autovías y encerrados y aislados, al parecer lejos, demasiado lejos de la “ciudad”. Perdón, se me olvidaba que nosotros y nosotras también somos ciudad.

Muchos vecinos y vecinas, aunque queramos, no podemos olvidar, ni podemos callar, ni podemos estar pasivos, se está tocando demasiado nuestra dignidad.

Aunque, pasando por muchas de esas ciudades de distintos lugares del estado, ¡cuántos Buenos Aires se han empeñado en construir! Pues, ni esos ni ninguno, ¡basta ya!, señores del silencio y de la pasividad. O, ¿Es que no hay tanto silencio y pasividad? ¿Puede ser que los programan así? ¡Qué ingenuidad!

Barrio de Buenos Aires. Salamanca

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