Revolución con amor, casa con revolución la lucha dentro de la lucha

fotoCrónica sentipensante del primer encuentro de feminismos del Uruguay, noviembre 2014

Cecilia Matonte Silva.- Todo comenzó antes...mucho antes.. cuando cada una, desde donde pudo, sintió la necesidad de encontrarse con otras. Todas juntas, todas libres, ha sido un sueño que nos ha convocado, incluso desde otros tiempos, donde nuestras abuelas eran quemadas en hogueras que pretendían hacer desaparecer nuestro poder y callar nuestras voces. Pero el patriarcado nos oprime a todos, incluso a ellos, por eso juntarnos para liberarnos nos es un acto de egoísmo sexista, sino de un profundo amor y compromiso rebelde con la libertad de todos.

Pero como es sabido, no hay lucha liberadora sin organización. Así, al ritmo de corazones creativos y solidarios un puñado de compañeras de distintas organizaciones, se pusieron al hombro el sueño de todas. Planificaron, se reunieron rigurosamente casi todas las semanas, debatieron, establecieron acuerdos, lineamientos políticos de funcionamiento y de contenidos, etc. Incluso, hasta propusieron un espacio para ellos, los varones. Porque el cuidado de los niños y niñas y las tareas de logística son tan importantes para nosotras como para todos, y ellos fueron capaces, fraterna y solidariamente de ocupar ese lugar hermoso, pero de mucho compromiso, los cuidados de todos. Para todos esos varones, compañeros, un reconocimiento especial.

Y cuando quisimos acordar, llego el sábado 8 de noviembre y comenzamos a juntarnos en el patio de AUTE. Promediaba el medio día, el sol ya estaba alto y quemante, pero miles de colores, mate, risas, abrazos, fueron llenando el espacio. En todo el lugar se respiraba compromiso, trabajo y cuidado por las formas y los contenidos. No por casualidad los espacios donde nos encontrábamos para trabajar en talleres, reconocían y homenajeaban a luchadoras de toda nuestra Latinoamérica, Frida Kahlo, Soledad Barret, Juana Surduy, Comandanta Ramona.

fotoHoy en una de las notas que leí sobre el encuentro decía “Nos reconocemos lesbianas, heterosexuales, bisexuales y mujeres trans, queer y mujeres CIS. Negras, blancas, indígenas. Mujeres migrantes y de acá. Somos mujeres rurales y urbanas. Niñas, adolescentes, jóvenes, adultas y viejas. Estudiantes, trabajadoras, desempleadas. Somos madres, y no somos madres, y queremos serlo o no. Abortamos y ayudamos a abortar, o nunca lo hicimos. Somos todas paridas de mujer.

Somos mujeres sueltas y mujeres colectivas, organizadas, institucionales, mujeres de partidos políticos, académicas, cooperativistas, sindicales. Somos todas diversas, somos todas feministas” (https://www.facebook.com/notes/primer-encuentro-de-feminismos-del-urugua...) Casi 400 mujeres, todas diversas, ricas, distintas, tuvimos la convicción y los ovarios para discutir durante dos días sobre derechos sexuales y reproductivos; maternidades; patriarcado, lucha de clases y feminismos; el cuerpo como territorio de disputa. Además de aquellos temas que nos duelen profundamente como la explotación y acoso sexual, violencia y machismo en la redes sociales. Todos estos temas fueron en los espacios comunes del encuentro, pero hubieron otros, aquellos que se producían con las compañeras en el baño, en el patio fundándose un puchito, en los almuerzos y aprontando el mate, de esos encuentros también tenemos mucho para decir. Pero sobre todo nos animamos a seguir soñandonos en movimiento organizado, creativo y con estructuras que habiliten la caminata y no que encorseten el deseo de cambiar todo. Para eso el próximo 8 de marzo nos encontraremos, y lo tomaremos en nuestras manos como un día de lucha y memoria. Y así seguiremos construyendo juntas.

De todas formas no me quiero detener solo en cuestiones anecdóticas y pintorescas del encuentro, sino que pretendo también expresar algunas ideas fuerza que me quedaron repiqueteando en mi cabeza. Una de ellas tiene que ver con el sistema capitalista y su imbricada relación con el patriarcado, pues como es sabido por nosotras, la linea de montaje de este monstruo que nos domina y oprime no comienza en la fábrica, muy por el contrario, todo comienza en la casa. Así el trabajo doméstico, si bien es plausible de identificar como un trabajo necesario, no siempre tenemos plena conciencia de su aporte a la viabilidad de dicho sistema. Por eso en los talleres discutíamos, la necesidad de pensar el trabajo doméstico más allá del sexo de quién lo desarroolle a la hora de pensar la remuneración y las críticas necesarias al próximo Sistema Nacional de Cuidados que se pretende implementar en el próximo período de gobierno. En este sentido, estamos todas llamadas a leer críticamente lo que supone el capitalismo hoy y así, renovar las luchas, crear nuevas prácticas políticas, porque lo que sabemos es que las instituciones no cambian sino cambian las personas que las habitan. Cuando hablo de instituciones no hablo solo de aquellas vinculadas a lo estatal, sino también a la familia, los sindicatos, las cooperativas, las organizaciones sociales en general. Para tal desafío, estos encuentros parecen ser una posibilidad para construir nuevas herramientas que disputen y posibiliten la emergencia de nuevas formas de cambiar y habitar el mundo.

fotoPor ello, no es posible obviar la relación entre el centro y la periferia del mundo, pues las desigualdades entre hombres y mujeres del centro no son las mismas con respecto a las de la periferia. Estas relaciones asimétricas son las que fortalecen y acentúan las relaciones de explotación y dominación en nuestro continente. Globalizar las luchas, globalizando la esperanza es una consigna que bien cabe a la hora de pensar por donde construir estrategias que modifiquen dichas relaciones. En el encuentro estuvieron compañeras de Brasil y Argentina, supongo que de esto también se trata...

La renovación del “brujerío”, decía una compañera, es lo que fundamenta la necesidad de pensarnos juntas, de ver por donde nos fortalecemos y acompañamos. Recuperar todas y cada una de nuestras singularidades para ponerlas en relación colectiva y fraterna que pueda dar respuestas inmediatas ante hechos dolorosos, pero que también pueda ser capaz de construir agenda política.

Los desafíos de una construcción intergeneracional, que recupere la memoria colectiva pero que habilite las nuevas formas de ser y sentir que nuestro tiempo requiere, no nos deben inhibir la posibilidad de disputar en todos los planos que la transformación nos exija. Ni jefas, ni ídolas, con el puño en alto, organizadas y amorosamente unidas ¿nos posibilitará avanzar?, esa será una cuestión a resolver en la medida que sigamos “produciendo” encuentros autónomos y autogestivos.

fotoLa autonomía creativa, colectiva y horizontal se impone ante el autismo político que supone la negación del hacer. Deberá así, sobreponerse a los embates que las pujas institucionales, que intentarán copar la agenda, debemos responder, con calle, mucha calle... que nos encontrará haciendo....

El cuerpo como territorio de construcción de resistencia autónoma es la clave que nos habilita a expresarnos sensible y libremente y que por ejemplo posibilita múltiples expresiones de afecto y amor que fueron irrumpiendo cada vez que alguna lagrimeaba, lo necesitaba, durante los dos días que estuvimos juntas.

Bailar, reír, hablar todas a la vez, lagrimear y sobre todo conectarnos con el deseo y el goce supuso un transito, por cada uno de estos sentires, de todas y cada una de nosotras....

Por todo eso... muchas gracias, muchos abrazos de gol y mucha más revolución feminista....

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