Jornada del día del Mundo Rural 2024 bajo el Cuidar de las personas, de los pueblos, de la tierra
PROGRAMA DE LA JORNADA
- 11.00 h.- Recibimiento y presentación del pueblo que nos acoge.
- 11.30 h.- Mesa redonda. “Cómo sentir y apostar por cuidar los pueblos, sus gentes y la tierra en el momento actual.” Intervenciones:
- Desde la realidad municipal.
- Desde la perspectiva feminista.
- Desde la Universidad.
- Desde el trabajo campesino.
- Desde el acompañamiento cultural y social.
- 13.00 h. - Descanso con “pinchito”
- 13.30 h. - Asamblea y conclusiones después de las intervenciones.
- 14.00 h. - Acto cultural.
- Inauguración de la exposición de PINTURA:
- CHARI ZURZO HERNÁNDEZ y CHARO MARTÍN TORRES
- Inauguración de la exposición de ESCULTURA:
- ÁNGEL MARTÍN CARREÑO
- CONCIERTO:
- VERA DE ANDRÉS POLLO (Flauta travesera), LUCIA VICENTE AGUADO (Fagot), ALBA DE ANDRÉS POLLO (Violín)
- Inauguración de la exposición de PINTURA:
- 15.00 h. - Comida compartida.
- 17.30 h. - Actuación lúdico-festiva con el dúo musical “Sape que Sape”..
- 19.00 h. - Final de la jornada. Lectura del manifiesto. Momento final compartido.
LUGAR: ESCUERNAVACAS.
ORGANIZA: “Por un Mundo Urbano y Rural Vivos".
COLABORA: Ayuntamiento de Escuernavacas.
PARA MOTIVAR Y DAR SENTIDO AL D.M.R. 2024
“Cuidado de las personas, cuidado de los pueblos, cuidado de la tierra”.
Desde hace mucho tiempo, desde el espacio “por un mundo rural y urbano vivos”, venimos sosteniendo y planteando que los cuidados de las personas y de los espacios donde vivimos, sean rurales o urbanos, son el camino para mantener viva la centralidad de la vida, y sobre todo, de quienes sienten con mayor dificultad su presente y su futuro.
Estas gentes, estos espacios y esta tierra rural y urbana, sobre todo de barrios en los que nos encontramos “sin futuro” y “sin esperanza”, o de pueblos rurales que se sienten expoliados de su papel más soberano como es posibilitar alimentos sanos para una sociedad que cada vez tiene más difícil acceder a ellos, así como de permanecer apoyados en una dinámica comunitaria y soberana de la que, igualmente, se les ha privado; son espacios sobre los que permanecemos, en muchos momentos, con la mayor de las indiferencias y sumisión.
Sentir y vivir estas experiencias; compartirlas y no silenciarlas. Abrir caminos con propuestas nuevas para este momento tan distinto en nuestras historias personales y comunitarias; y que podamos devolver la soberanía que les pertenece, que nos pertenece; ha sido parte de la tarea de muchos de nuestros grupos y de muchas de nuestras personas durante largo tiempo y seguirá siendo.
Hemos ido intuyendo esta soberanía en los cuidados con la población más precaria y sobre todo mayores. Hemos apostado por los cuidados en la soberanía alimentaria que como derecho les pertenece de manera digna a todas las personas, así como por el cuidado de la tierra como espacio para la centralidad de muchas vidas. Creemos que está siendo una gran oportunidad la soberanía energética para los cuidados imprescindibles del medio ambiente en toda su dimensión. Nos damos cuenta de la tarea de cómo recuperar la soberanía en la cultura y la dimensión lúdica de la vida que resulta ser tan necesaria para el cuidado de lo comunitario en barrios o en los pequeños pueblos donde vivimos.
Hemos intentado de muchas maneras que este no sea un tiempo de desierto, de dejación social o de poner estas responsabilidades tan importantes y fundamentales en manos de quienes continúan sosteniendo el expolio y haciendo negocio con él.
Antes de que nos quedemos esperando a que otros y otras vengan, vemos que es necesario cuidarnos como personas y cuidar los espacios en los que compartimos, en muchas ocasiones desilusionados e individualizados, mucha vida con dificultad.
Esta jornada del “día del mundo rural”, (probablemente nos falte otro “día del mundo urbano” pues los dos se necesitan más que nunca), nos da la oportunidad de compartir la vida en todas sus dimensiones culturales, festivas, sociales o económicas, desde distintas miradas, distintas sensibilidades y distintas situaciones.
Ha de ser una jornada para seguir cuidando acentos y retos importantes con colectivos sociales más precarizados entre nosotros y nosotras, como el de las personas mayores, o el de la mujer siempre presente en barrios y pequeños pueblos, o el de las personas jóvenes, o de los pequeños cuidadores de la tierra y de la alimentación que todavía permanecen.
Cuidarnos con proximidad y con cercanía para no mercantilizar la tierra y las personas, nuestras vidas, en definitiva, ha de ser motivo para que en esta jornada nos apoyemos y sostengamos; compartamos y nos alegremos; disfrutemos y animemos.