Por la desaparición de la clase obrera

La clase trabajadora en el siglo XXI - marx21.netesparragosytagarninas.- El capitalismo creó la clase obrera para su explotación. Un pilar básico del sistema capitalista es el trabajo asalariado dependiente. Sin su explotación, la acumulación de capital se hubiera bloqueado hace mucho.

La desaparición de la clase obrera, de la explotación del trabajo asalariado dependiente, no es una condición necesaria para terminar con el capitalismo, pero sí una condición necesaria. Hay otras fuentes de acumulación de capital, pero la que proviene de la explotación de las personas asalariadas dependientes es esencial para el crecimiento de la bestia.

Jule Goikoetxea comienza el prólogo a “Por un feminismo materialista” de Christine Delphy (Verso, 2023) con el siguiente párrafo: “El objetivo del feminismo materialista no es la emancipación de la ‘mujer’, ni tampoco la emancipación de ‘el negro’, sino su desaparición, en plural. Las estrategias y luchas que lo consigan, materializarán la emancipación, tal y como se plantea con las clases socioeconómicas. Ciertos movimientos, en cambio, luchan porque “la mujer” y “el negro” sigan en un futuro siendo “mujer” y “negro”, pero más libres, más guapos y más felices, ya que para dichos movimientos la mujer nace, no se hace.

Siguiendo al feminismo materialista, la economía social y el cooperativismo transformador tiene por objetivo la desaparición de la clase obrera, y así lograr la emancipación. La desaparición de la clase obrera como clase socioeconómica objeto de dominación y explotación por el capital es el modo de materializar su emancipación. La persona trabajadora no nace como objeto de explotación a manos del capital, del patrón, sino que se hace. Por ello, siempre hemos dicho que el trabajo asalariado dependiente se defiende, pero no se promociona. La economía social transformadora tiene como uno de sus principios básicos la promoción del trabajo autogestionario y, para ello, intervenir y transformar los mercados capitalistas, las finanzas, el consumo y en cualquier ámbito del proceso económico. La desaparición de la clase obrera y su conversión en clase productora autogestionaria sería una transformación emancipadora.

No son pocas las fuentes que nos indican que iniciar la transición a cualquier proceso transformador o revolucionario requiere de una clase social alternativa que se proponga realizarla, tomando su lugar en el proceso de producción para derrocar a las clases dominantes. Desde la perspectiva de la economía social para la transformación en ámbito de la producción, planteamos que las personas cooperativistas o miembros de entidades de esta economía sean esa “clase social alternativa”, que no es patrón ni obrero, y que desde el proceso de producción propone una transformación.

Repetimos: la persona trabajadora (asalariada dependiente) no nace, sino que se hace. Lo genera la economía capitalista pues es esencial para su crecimiento, para la acumulación de capital, para continuar explotando personas, entorno y todo lo que se le ponga a tiro (nunca mejor dicho en la actual fase de capitalismo de guerra). La economía social transformadora debe luchar, junto con el feminismo materialista y otros movimientos transformadores, para que desaparezca “la mujer”, “el negro”, “la obrera” y cualquier otro sujeto de explotación y dominio. No de otro modo podremos neutralizar las relaciones de dominación y explotación que genera el patriarcado, el racismo, el colonialismo y el capitalismo.

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