Crónica 17: Sao Paulo, resistir en la megaciudad

Después de una emotiva despedida de Ana (que nos preparó una rica merienda para coger fuerzas para el viaje) y Alessandro, pusimos rumbo en autobús a Sao Paulo, donde nos esperaba Paulinho, un amigo de infancia de nuestro baladrino paulista residente en Paraná.

Ese día descargara sobre Guarapuava una tormenta tan intensa que optamos por pasar la tarde en la Universidad. Nosotras escribiendo crónicas y ultimando detalles de la siguiente etapa del viaje y Alessandro retomando las tareas que dejara aparcadas para acompañarnos. Por la noche, después de visitar a un primo de Mari y su familia, nos armamos de coraje para emprender viaje en el coche de Alessandro hasta Ponta Grossa, donde tomamos el bus para Sao Paulo. Durante todo el camino y toda la noche en el bus, la tormenta no cesó. Fueron rayos, truenos y lluvia fuerte que movían bastante el autobús, por lo que no fue fácil dormir en esas condiciones.

Pero volviendo a Sao Paulo, la primera parada era recoger parte del equipaje que dejáramos en casa de Fernanda antes de viajar a Paraná. Y desde su casa, ya con todas las maletas movernos hasta el centro, donde estaba ubicado el piso que nos dejaba la pareja de Samira, amiga de Mari que compartió con ella vivienda y afectos en Compostela hace unos años.

Comprobamos enseguida lo que supone vivir en una megaciudad de 22 millones de habitantes cuando cogimos el metro para desplazarnos una muchedumbre circulando como autómatas por los pasillos y apretujándose como latas de sardinas en los trenes.

Nos encontramos en la boca del metro con Paulinho que nos invitó a su casa, donde nos esperaba su compa Ana. Conversamos, mientras comíamos un delicioso risoto que nos prepararon con mucho cariño, sobre como ven la situación política después del golpe. Entre las dos nos prepararon una agenda intensa para conocer un poquito el lado de resistencia que late en la ciudad estos últimos tres días.

Después de la comida y el café, pues apenas habíamos dormido la noche anterior, visitamos con Paulinho y Ana el ArmaZen, “un nanonegocio que quiere derribar el capitalismo”, en palabras de una de sus creadoras. En una linda casa en el barrio del Bixiga, Julia y Alê desarrollan este proyecto que busca acercar productos cultivados y elaborados por comunidades campesinas, indígenas y artesanxs a las gentes de la ciudad, en unas condiciones justas. También disponen de un espacio de hospedaje llamado “Casa Rural no Urbano”.

Conocimos a dos mujeres muy especiales, que nos hablaron de sus militancias, especialmente en el ámbito dela economía sociosolidaria, el turismo de base comunitaria, contra la mercantilización de los espacios y la gentrificación. Nos hablan de que las comunidades tradicionales, indígenas, quilombolas son comunidades con prácticas anticapitalistas per se, basadas en la propiedad comunal, el valor de uso y la gestión sostenible del territorio. También nos contaron su visión acerca del momento de los movimientos sociales en Sao Paulo y en el mundo, hablamos de geopolítica y de la necesidad de desarrollar herramientas comunicativas alternativas y críticas... Muchos temas en poco más de dos horas de conversa pero el cansancio empezaba a hacer mella y nos despedimos con una intuición de haber encontrado unas personas de espírito baladrino.

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