Crónica 13. Uruguay: Río de los pájaros pintados

fotoNos levantamos a las 5 de la madrugada para dirigirnos a Puerto Madero y embarcar destino Colonia-Montevideo. Caminamos unos 30 minutos entre la oscuridad de la ciudad y la lluvia fina que, poco a poco iba calando, y un viento fresco que helaba cada uno de nuestros pasos. A la llegada al buque bus, aún con las legañas pegadas, nos enteramos que por motivos climatológicos los puertos de Colonia y Uruguay iban a permanecer cerrados hasta después de mediodía. Tras una interminable cola conseguimos cambiar los pasajes para esa misma tarde, volvimos a casa de Tefi en tres trasbordos de subte y pudimos secar la ropa empapada y descansar un poco más.

Volvimos por el mismo camino esa misma tarde, pero esta vez, con un sol brillante y más tranquilas, disfrutando del paisaje urbano junto al puerto. Subimos a la parte de arriba del barco y sacamos las aguas, los precios allí se intuían privativos y no habíamos previsto llevar comida porque ya nos indicaron que no podíamos pasar la frontera con alimentos. El atardecer en el Río de la plata fue precioso, rosas y anaranjados que combinaban con el agua turbia de este río y que poco a poco fue quedando todo oscuro. Llegamos de noche a Colonia y rápidamente empalmamos con el trasbordo en bus, dos horas más, hasta Montevideo.

Allí nos esperaba Raúl nada más salir de la terminal para acompañarnos al alojamiento previsto para estos días. La búsqueda del taxi fue complicada y nos tocó andar cargadas unas cuantas cuadras pero, como decía Raúl, era cuestión de paciencia y así fue. Conseguimos llegar a casa de Andrea, tarde y con hambre, pedimos una pizza mientras nos íbamos conociendo. Andrea milita en el colectivo feminista Minervas por lo que nuestras luchas y la situaciones machistas en nuestros territorios fueron una constante conversacional, también hablamos sobre su trabajo en una escuela de primera infancia en un barrio periférico de Montevideo y quedamos en acudir el miércoles a la mañana a conocerla de primera mano. Nos acostamos cansadas con la idea de madrugar al día siguiente y realizar distintas gestiones vitales.

A la mañana siguiente nos costó ponernos en marcha pero lo conseguimos sobre las 10:30h Fuimos al banco en primer lugar para poder tener algo de dinero uruguayo pero aquí los bancos abren de 13 a 18h y nos fuimos a ducharnos, lavar ropa, reorganizar,... antes de volver. El banco era un lugar gigantesco y monstruoso, con más seguridad privada que trabajadores del banco, espacios inmensos, luces cegadoras, creo que nunca vimos un banco más grande y protegido. Tras una hora de larga cola salimos de allí con nuestro dinero reconvertido y pudimos ir al super a comprar comida. Mientras cocinábamos llegó Mariana con Emiliano, el hijo de Andrea con su cuidadora, y nos fue contando distintas cosas sobre su vida y sus inquietudes personales hasta que se hicieron las 16h y nos recogió Martín para llevarnos a su Cooperativa de Trabajo formada por economistas y contables.

Fuimos en autobús hasta allí y conocimos a sus compañeros que nos estaban esperando con mate y pastas de dulce de leche y durangos. Iniciamos la conversación explicando que es Baladre y cuáles son nuestros proyectos concretos, ellos también nos explicaron las gestiones que hacen informando y formando al personal de distintos proyectos, principalmente trabajan con un sindicatos de docentes pero en los últimos años han ido ampliando el número de cooperativas de distintos sectores que demandan su asesoramiento. Nos explicaron cómo funcionan los planes de viviendas dirigidos a gente con pocos recursos y aquí existen dos modalidades que ofrece el gobierno: ayuda mutua y ahorro previo. En la primera, el estado ofrece la posibilidad de pagar el total del coste de la vivienda si las familias beneficiarias pueden contribuir en la construcción de viviendas, la propiedad del inmueble es de la cooperativa y, en la segunda, las familias ponen previamente un 15% del dinero de la vivienda que se construye a través de la cooperativa por lo que también el precio es más económico que en el mercado normal de viviendas. Nos pareció interesante como basaban el asesoramiento que realizaban en empresas con la formación y la participación de todas las trabajadoras en el proceso de diseño de proyectos y evaluaciones.

Tras el intercambio, nos vamos en bus con Martín hasta una plaza céntrica de la ciudad para acudir a la Alerta Feminista. La cita era a las 18h, llegamos 20 minutos tarde pero en realidad llegamos bien tempranito (es habitual que los eventos y convocatorias se retrasen). Localizamos un lugar para sentarnos mientras esperamos que lleguen las compas de Minervas, Raúl, Pola... Martín no puede quedarse y nos deja con las compas de Minervas que andaban bastante liadas con la organización de la Alerta. Al ratito localizamos también a Raúl que nos llevó hasta donde estaba Pola y allí estuvimos conversando hasta el final de la alerta.

Las Alertas Feministas son las respuestas que han encontrado desde la coordinación de colectivos feministas para protestar contra los feminicidios, cuando sucede uno a los dos días se sale a la calle a protestar y a gritar “Ni una mujer menos, ni una muerte más.” Más allá de nuestra mirada desconocedora era una alerta especial porque era la primera que se hacía por el asesinato de una mujer trans y había juntado distintas inquietudes feministas y rebeldes que daban mucha fuerza a esta marcha tan diversa.”

A las 19h aproximadamente cortamos la calle hasta la municipalidad, anunciada por los golpes secos de los tambores. Nos sorprende ver tantas mujeres jóvenes presentes. Aunque el recorrido fue corto (unas 5 cuadras), los cánticos resonaban fuerte y en las paredes quedaban improntas de lo que allí se hervía. Al llegar a la plaza, nos colocamos en círculo y algunas compañeras leyeron el nombre de todas las mujeres asesinadas, 45 en lo que va de año (en un país de 3 millones de habitantes!!)), y varios manifiestos de distintos colectivos. Tras recordarlas, iniciaron un gran abrazo de caracol que concluyó con muchas mujeres entrelazadas al grito de “Somos las nietas de las brujas que nunca pudisteis quemar”.

Al diluirse la mani conocimos a Fer y sus compañeras, chicas muy jóvenes que practican autodefensa feminista y han realizado ya dos encuentros a nivel estatal. Nos esperan las Minervas y a pesar de interesarnos mucho el tema intercambiamos teléfonos con Fer y medio concretamos una cita para el día siguiente y nos fuimos a cenar con algunas de las compas de Minervas. Nos llevan a un bar cooperativo que se llama Finisterre, donde hacen ricas pizzas y empanadas argentinas. Al llegar nos encontramos con una charla-debate sobre autogestión donde habían invitado a tres iniciativas diferentes, entre el público se encontraba Dulcinea y algunas de sus compañeras que conocimos en Pigüé. Tras la ilusión por el reencuentro tratamos de concretar también una cita para conocer la biblio-barrio donde participa Dulcinea y sus compas. Apenas llevábamos un día en Montevideo y ya teníamos prácticamente todo el tiempo ocupado en visitas y mateadas. La cena fue muy divertida, entre reflexiones, sentires y compartires,... Como tantas otras veces tuvimos que retirarnos pronto porque al día siguiente teníamos planificado el día desde bien temprano.

Nos levantamos a las 8h para desayunar y acudir con Andrea a la escuela de los Centro de Atención a ala Primera Infancia “Los Teritos” del INAU, un centro educativo para la primera infancia (de 0-3 años) ubicado en un barrio periférico de la ciudad y que contribuía a paliar la situación de precariedad económica que padecían distintos sectores de la población, liberando tiempo a las madres y garantizando una cobertura básica de las necesidades de las y los niños. Nos sentamos con un grupo de 2 años que estaban cocinando pan de zanahoria y con los bebés que atendía Andrea de 10 meses comiendo plátano, nuestra presencia generó que las criaturas se quedaran enmudecidas durante un rato hasta que fueron recobrando la vitalidad y espontaneidad propia que les caracteriza. Tuvimos la oportunidad de sentarnos a conversar con Albestela y Gabriela, la directora y psicóloga del Centro que nos contó la situación actual de la escuela y la lucha que llevan por completar la plantilla y poder atender así a más niños y por desarrollar proyectos propios adaptados a las realidades y circunstancias en la que desarrollan su labor. Nos sorprendió ver el trabajazo que se hacía desde aquel lugar tan idílico para las niñas, donde podían acudir directamente sus madres o padres a inscribirlas, sin pasar por Servicios Sociales, y donde se promovía también la participación de todas las personas implicadas. En total hay nueve escuelas de estas características dispersas por la ciudad. Para terminar la visita, las niñas y niños nos cantaron en el patio una canción para las mujeres, que suelen cantar en actos y eventos y nos hicieron entrega de un librito de cartón que contiene una estrofa de la canción de la escuela.

Salimos a buscar el colectivo que tardó un rato mientras seguíamos hablando con la psicóloga de la escuela que nos acompañó parte del trayecto. Conseguimos regresar a casa de Andrea, comer y descansar un rato antes de volver a encontrarnos con Matías a las 16 h. Fuimos a una dirección próxima a la nuestra, al piso de una de las compas de la cooperativa, les dimos los libros y compartimos algunos mates. No nos pudimos acomodar mucho porque habíamos quedado con Raúl Zibechi a las 18h y nos quedaba a 10 minutos andando.

Salimos por Charrua al Bulevar Artigas y a unas cinco cuadras más nos presentamos en casa de Zibechi tapadas hasta los ojos por el frío y la humedad. Empezamos la velada tomando unos mates y hablando sobre organizaciones y movimientos sociales en Argentina y Uruguay, fue una conversación muy interesante que culminó en una entrevista que pasaremos en breve. En el trascurso de la tarde pudimos conocer a su hijo Agustin y a Christian, un compañero del colectivo “Traidores de Papá” con el que concretamos hacer otra entrevista. La librería de Raúl nos dejó anodadas, pilas de libros viejos y nuevos que disputaban espacio entre las múltiples estanterías. Sobre las ocho llegó Pola cenamos todas juntas pizzas y empanadas riquísimas, hablamos de muchos temas, de feminismos también, valoramos la alerta, el ocho de marzo, el movimiento de Ni una Menos, el feminismo institucional,... y hacia las nueve y media regresamos a casa de Andrea. Charlamos un rato con ella sobre como la escuela y el desarrollo posterior del día y nos organizamos para las múltiples actividades que queríamos hacer al día siguiente.

Nos levantamos temprano para pasear por la playa dando un rodeo hasta llegar al punto dónde habíamos quedado con Pola. Nos fuimos a tomar un café y charlamos durante largo rato sobre historia del feminismo en Uruguay desde finales de la dictadura y como habían ido cambiando los objetivos y las inquietudes. Hablando, hablando volvimos a casa de Andrea a por libros para la mesa de la tarde y fuimos en taxi hasta casa de Pola, sin dejar de conversar y compartir reflexiones sobre distintos temas sociopolíticos. Comimos una carne y ensaladas muy ricas cocinadas por Raúl y seguimos la tertulia en la terraza con un sol impresionante que nos hizo olvidar que estábamos en pleno invierno de una ciudad super húmeda y ventosa.

Cuando más a gusto estábamos nos tuvimos que hacer de nuevo el ánimo para salir rumbo la biblio-barrio y encontrarnos con Dulcinea en este espacio tan peculiar donde se combinan diferentes proyectos. El edificio pertenecía a un histórico sindicato de textiles de botas que había cedido parte a las compas para desarrollar la imprenta artesanal donde elaboraban distintos librillos con tapas de cartón y donde se encontraba la librería que llevaban varios años gestionando desde otro lugar próximo y que, finalmente trasladaron aquí. Además de los imprescindibles mates, compartimos con ellas los motivos de nuestra visita y cómo realizábamos el tema de los depósitos de libros porque estaban interesadas en poder difundir algunos de los títulos que disponíamos. Se quedaron con algunos de ellos para compartir y conocer y quedamos después de la charla sobre el agua para concretar el depósito en función de las ventas.

Cominos algo en una panadería y fuimos a la escuelita de formación Elena Quinteros para poner la mesa de materiales durante la charla sobre el agua. En la mesa de presentación estaban un sindicato que lleva promoviendo distintas instancias legales para defender el agua como un derecho público no privatizable ni vendible, una estudiante que estaba haciendo un proyecto en zonas rurales para el uso y mantenimiento del agua y un colectivo en defensa de la tierra y el agua. La charla fue muy interesante y nos ayudó a vislumbrar los intereses económicos que asedian este país con un montón de agua disponible tanto por el río como por el subsuelo.

Al finalizar la charla llegó Fer de las colectivas autónomas y Penèlope se fue a realizar una entrevista con ella mientras Mary ultimaba las ventas y el tema libro con Dulcinea. Mary se unió más tarde a la entrevista y conversación, muy inspiradora por la fuerza y la energía con la que se organizan las más jóvenes y como van desarrollando proyectos de autodefensa individual y colectiva. Nos habló sobre la invisibilidad con la que se sienten bolleras y trans en algunos sectores feministas, sobre la pobreza como eje fundamental que atraviesa su condición política y formación feminista, sobre la violencia y la autodefensa, los ataques machistas,... No tuvimos mucho tiempo porque aún nos quedaba una última visita un poco lejos de allí, Fer nos dejó orientadas para coger un taxi y nos despedimos con un profundo abrazo y con el compromiso de seguir compartiendo por las redes materiales feministas interesantes sobre los temas que trabajamos desde nuestras colectivas.

Nos costó localizar un taxi hasta nuestra próxima cita en la agenda porque era tarde y estábamos en una zona poca transitada, finalmente lo conseguimos y cuando llegamos tuvimos algunos desacuerdos con el chofer: no entendimos bien el coste, le dimos menos dinero y mientras buscábamos más, tenía prisa y nos echó una bronca que nos dieron ganas de cerrar la puerta y salir corriendo pero somos responsables y le dimos lo que faltaba. Quedamos en la casa de uno de los compas de Traidores de Papá. Al entrar en la cálida casa, nos presentamos a los compas, compartimos pizza para cenar y nos contaron su experiencia que ha quedado registrada para las ondas de Radio Pimienta y Radio Malva pero os adelantamos algunas pinceladas: nacen en el 2014 ante la necesidad de trabajar cómo les afecta las cuestiones del patriarcado a partir de ver las organizaciones feministas de la ciudad y de contemplar situaciones machistas en el día a día. Se reúnen una vez por semana aproximadamente donde trabajan hacia dentro y hacia fuera. En lo interno utilizan una ronda de escucha que le llaman "cómo estamos" donde comparten diferentes situaciones que han observado, experimentado en relación al machismo y trabajan diversas temáticas (seducción, sexo, amor...) y en lo externo se organizan con otros colectivos de la ciudad y en los últimos tiempos vienen participando de los encuentros latinoamericanos de varones antipatriarcales. El tiempo pasó rápido y el cansancio nos recordó que nuestros cuerpos necesitaban descansar, por tanto, volvimos a casa de Andrea con algunos compas en coche lo cual nos evitó caminar con frío y humedad. Nos dejaron en la puerta y nos despedimos con ganas de encontrarnos en otras ocasiones.

Amanecemos tempranito para aprovechar nuestras últimas horas en Montevideo con la noticia de que la maleta perdida ha aparecido en Madrid, la recuperaremos a nuestra vuelta. El desayuno nos supo mejor tras la noticia, nos dejamos el equipaje preparado y nos fuimos de paseo con Raúl por Ciudad Vieja. Como si de un guía turístico se tratase Raúl, recorriendo las calles, nos iba explicando la historia de la ciudad: no tiene mucha pero 200 años han dado para que la economía extractiva sea la principal fuente de ingresos del país con la exportación de soja y celulosa. Nos sorprende la cantidad de plazas y ahí es donde nos acordamos que fue “conquistada”-saqueada por los españoles. Por suerte, el sol nos acompañaba y pudimos disfrutar del paseo y la compañía.

Regresamos a casa tras despedirnos de Raúl en el bus para almorzar con Andrea y entrevistarla. Nos relata la experiencia de las Minervas, la situación actual de las organizaciones feministas de la ciudad... todo ello estará disponible en las ondas radiofónicas comunitarias. Y llega la despedida de nuevo con Andrea y nos tomamos un taxi hasta la terminal para regresar a Buenos Aires en buque bus (Montevideo-Colonia-Buenos Aires). El trayecto transcurre sin ninguna incidencia destacable más allá de que el barco se movió bastante y al llegar a Puerto Madero nos resentimos un poco del estómago como consecuencia de ello. Tefi, nos había indicado cómo llegar hasta su casa en bus porque a esa hora ya no estaba disponible el metro y una vez más íbamos bien apretaditas entre tanto pasajero pero llegamos sanas y salvas para deleitarnos de la rica cena que nos preparó Tefi.

Continuará...

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