A la salida de Santa Fe descubrimos que el saber no tiene lugar pero si peso y una de las maletaslibreria pierde una rueda. No importa, seguimos adelante con ella. Llegamos a Rosario, en la estación nos juntamos con Natalia que junto con Silvana y Germán serán nuestras anfitrionas en esta gran ciudad paralela al Río Paraná.
Un pequeño paseo con Natalia y Silvana mientras Germán nos prepara la cena y una tertulia nocturna alrededor de la mesa. Natalia nos explica el funcionamiento de la sanidad pública que incluye odontología y atención psicológica. Últimamente las profesionales reciben cursos de terapias alternativas aunque es difícil ponerlas en práctica debido a la presión de la industria farmacéutica. También se están aplicando recortes en esta ámbito. Y no todo es tan sencillo pues debido a las distancias y al precio del transporte no resulta accesible la asistencia sanitaria para una población empobrecida. Ni el acceso, ni el seguimiento de ciertas patologías que requieren seguimiento.
Silvana realiza su “laburo” en educación, nos refiere que el absentismo es un problema que, para bien y para mal, se soluciona debido al comedor en las escuelas y a la asignación universal por hijo (cada familia empobrecida recibe una cuantía de dinero muy mínima desde los 3 meses de embarazo hasta los 18 años a cambio de que vayan a la escuela). La asistencia va unida a la necesidad de alimentarse…
Germán también nos habla del movimiento sindical, él es liberado del sindicato ATE. También aquí hay sindicatos vendidos al gobierno y que sólo se mueven por la presión de sus bases. Uno de ellos y de los mayoritarios es CGT, así que cuando en Argentina nombras la CGT es bueno explicar la diferencia entre el mismo sindicato en la península y en este extenso país.
Amanece con un cielo gris. Un par de mates en el cuerpo y vamos a visitar Villa Banana[1], uno de los barrios del extrarradio mas empobrecido. En este barrio, marcado por las vías del tren y una pobreza que se transmite de generación en generación, nos recibe La negra Mariana, la negra es actividad en estado puro y en su cara cetrina brilla una sonrisa. Casas de chapa, donde el lujo es poder conseguir material para cambiar la hojalata por el ladrillo. La preocupación es comer diariamente.
La negra lleva adelante un taller de formación para adolescentes. Es una forma de que resulte mas sencillo que estas jóvenes encuentren una salida laboral y un espacio amable. Realizan serigrafía y las frases son elegidas por las asistentes al curso, frases con imaginación que esperemos también les resultará un mínimo de válvula de escape.
En este momento están sin luz porque el cableado “desapareció” y están solicitando a la municipalidad la reposición del mismo, pero no llega. Compartimos con todas, son adolescentes perdidos interna y exteriormente que están buscando su espacio
Son las personas olvidadas y sin recursos que no interesan al poder y a las que Cooperativa Aquelarre y personas como la Negra Mariana pelean por que tengan una vida digna, un escape de las drogas y la delincuencia, de los embarazos adolescentes, de los abusos de poder...
La función que se desarrolla nos deja un sabor agradable y el cielo nublado deja colarse algunos rayos de sol.
Un receso para comer en casa de Mariana y Javi, Mora y Simón juguetean alrededor, y Lucia una joven maestra de secundaría y que desarrolla trabajo de militancia en el barrio de Ludueñas, otro barrio donde la carencia marca la vida de sus vecinas. El barrio está marcado por los violentos sucesos que tuvieron lugar en el 2001, cuando la crisis asoló el país.
De nuevo chapas por paredes y techos, niños en situación de carencia económica. En las paredes una pintada se repite: “El Pocho Vive”[2] . Y es que este joven asesinado en 2001 es un símbolo de resistencia. Pocho tenía 33 años cuando le asesinaron mientras repartía comida en un comedor a niños y él se había formado en la teología de la liberación. Nos cuentan que siempre andaba en bici de un sitio a otro de la ciudad y en su mochila siempre llevaba algo de comida para quien lo necesitase. Como apunte al enlace abajo adjuntado comentar que actualmente quien ordenó la entrada a tiros de la policía en el barrio es senador.
El bodegón cultural del Pocho nace en el 2002 por iniciativa de los jóvenes que venían trabajando con él e inician con un grupo de alfabetización para niños, adolescentes y jóvenes. Es aquí donde Lucia, junto con otras compañeras realizan una función vital para el barrio. Llegamos al bodegón acompañadas por Lucía y Mariana donde nos espera Belén que forma parte del grupo de jóvenes de La Murga de los trapos. Las actividades tienen un eje central que es la preparación del carnaval tomando como referencia el 27 de Febrero que era el cumpleaños de Pocho y durante 3 días se dan cita en la plaza del barrio con actuaciones de murgas y otros artistas de la ciudad. Todo ello a base de autogestión por parte de las vecinas para que la figura y el trabajo de Pocho, no caiga en el olvido.
Sacamos de nuestras cabezas los carnavales que conocemos No pensemos en las murgas de Málaga o Cáliz, , en el brillante carnaval de Tenerife , ni en carnavales etnográficos de Euskalherria… aquí en Ludueñas el carnaval es por supuesto pasarlo muy bien durante esos tres días y durante el año tiene una función social. La cohesión y el apoyo del grupo es una herramienta importante. El cartel se decide en asamblea, y ninguna idea se descarta, esto da lugar a largos títulos reivindicativos, ya que larga es la lista de reivindicaciones.
En “El bodegón cultural del Pocho” se hace un análisis para progresar y se avanza mas allá del duelo por el asesinato del mismo, transformando el dolor en celebración. Lucía nos cuenta cómo los grupos se organizan en contra de la droga y el narcotráfico en el barrio, primero con autogestión, pero ven que ésta es muy cara y no se sostiene en el tiempo, así que consiguen subvenciones. Han conseguido que el tráfico de drogas no sea por medio de “garitas”, con lo cual las personas que se dedican a la venta no tienen espacios tan protegidos.
A día de hoy continua la connivencia de la policía con el narcotráfico, y el gatillo fácil ofrece un resultado de la muerte diaria de un pibe. Dato que nos conmociona.
Tras adentrarnos en la realidad de ambos barrios populares, la imagen continua en el centro de Rosario es ver a niños buscando en los contenedores desde comida hasta cualquier objeto que le pueda servir para su vida.
Grabado en nuestra mente la vida en estos barrios y con la esperanza de que haya mas “Negras Mariana”, mas “Bodegones del Pocho” y que no caiga el apoyo mutuo; regresamos a casa.
El contraste de compartir un asado con Silvana, Natalia y Gérman nos deja el sabor agridulce de nuestras limitaciones.
Notas:
- Villa Banana debe su nombre a la curva que las vías del tren ejecutan en su entrada a Rosario y que tiene aspecto de “banana”. En esta curva el tren bajaba su velocidad y las personas que llegaban de zonas rurales descendían del tren en marcha, y en esta zona iban construyendo sus techos.
- CRÓNICA 11: Rosario y Totoras y Video carnaval 16º Cumple de Pocho
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