Hace dos días que vengo dándole a la cabeza a la solicitud de la fiscalía de la Audiencia Nacional sobre la bronca en un bar de Altsasu, entre civiles, eso si, dos de ellos guardias fuera de jornada, otros civiles se diría. Es inevitable ver los paralelismos entre lo que estamos viviendo en Hamburgo (H.H.) y la lucha por la dignidad de ese pueblo de Euskal Herria, que es Altsasu.
En ambos lugares se muestra la cara de la represión del capitalismo, su violencia, su terror, perdón su terrorismo que lleva dentro, que le da su naturaleza, su ser. Pienso en una amiga que en el pueblo de la dignidad, lucha por frenar la represión a jóvenes del pueblo, lo hace con la madre de uno de ellos, con la que trabaja. Lo hace todo el pueblo planteando un BASTA YA!!!
En Hamburgo (H.H.) la población de Altona, de Sant Pauli y otros muchos barrios de la ciudad, también ha dicho BASTA Y ECHADO A ANDAR. El año pasado salieron por decenas de miles a las calles contra la pretensión de realizar las Olimpiadas en su ciudad. Y ahora contra el G-20. Llevan más de una semana poniendo sus cuerpos decenas de vecinas de H.H., manifestándose contra el G-20 colocando pancartas en sus casas, tiendas, calles, etc. Lo hacen de formas ingeniosas, pero con mucha rotundidad: VÁYANSE señores del G-20 y todo lo que representan, el capitalismo, la desigualdad, las guerras, la represión, la muerte... Era inevitable hacer el paralelismo entre el pueblo de allí y la ciudad de aquí. Son partes diferentes del mismo rostro la represión del mercado, de la gente enriquecida, de sus ejércitos, policías..., se quitaron las máscaras y están desnudas, mostrando su terrorismo congénito.
LA NOCHE FUE LARGA, Y EL DÍA MAS
Ayer pasamos una noche de acciones de grupos reducidos, cortando calles, gritando a las decenas de coches policiales que pasaban por las calles. O realizando una pintada en la cristalera de un Banco. Noche de policías corriendo, violentando, rompiendo la vida; con calles cortadas y más carreras de vecinas para evitar golpes y aguas cargadas de química dañina.
La mañana fue diferente, se iniciaron los intentos de bloqueos de la Cumbre, cortando las vías del tren, realizando sentadas en calles para evitar el paso de las caravanas de políticos y su séquito. Así comenzaba el día y así siguió, con manifestaciones a primera hora de la tarde que fueron reprimidas duramente, por parte de los veinte mil policías, que han tomado la ciudad. De nuevo a las siete nueva cita para manifestarse, pero misma respuesta: represión, mangerazos, carreras, porrazos y detenciones. Muchas manifestantes se refugiaron en los andamiajes de edificios en obras, otras improvisan barricadas para evitar la represión, más procuran romper en cerco policial en los barrios de Altona y Sant Pauli, una misión complicadísima.
Con la noche, ya hacia las diez, salen nuevas manifestaciones contra el G-20, en esta ocasión en bicicleta, cientos de las circulan juntas por las calles, sorteando los bloqueos de calles y avenidas de la policía, son un poquito de aire fresco ante tanta contaminación de gases tóxicos policiales, son una sonrisa cómplice, un guiño solidario.
El 7 de julio se termina como comenzó, con los helicópteros volando por encima de nuestras cabezas, con calles cortadas, carreras, bloqueos y mucha, pero que mucha represión.
El sábado, día 8, será el día de la gran manifestación contra el G-20, en H.H.
UNA SEMANA DE LUCHAS Y ENREDOS
Llegamos hace siete días, entonces nos paraban en los aeropuertos, la lluvia de Berlín presagiaba, días de ver dolor a través de gentes refugiadas en centros llamados de acogida; rodear las instalaciones de barracones donde son amontonadas las temporeras de la recogida de la fresa. Escuchamos relatos diversos sobre represión, empobrecimiento y mucha desigualdad. Vimos calles habitadas por personas sin techo, procurando descansar ante ciudades que se acostumbran a su inhumana presencia en calles y parques.
Estamos viviendo una ciudad Hamburgo, que nos recuerda a la digna ALTSASU, con sus manifestaciones, sus muestras diversas y continuas contra lo que representa el G-20: El Capitalismo, sus guerras, su terrorismo y toda la muerte que genera.
Siete días compartiendo con nuevas amigas y antiguas. Personas de muchísimos lugares del mundo que unos hicieron sentir todas de uno, del país de la lucha, de la dignidad y la solidaridad. Ganamos cariños y ternura, como respuesta a tanto terror y dolor. Estos siete días de julio serán inolvidables, son los días, las vivencias que ayudan a dar sentido a nuestras vidas.
Y mientras escribo, el helicóptero sigue rugiendo cual bestia herida, son las heridas de tantos cuerpos puestos en las calles de Hamburgo y de Altsasu.
3ª Crónica desde Hamburgo desde las manifestaciones masivas contra el G20 https://www.ivoox.com/3-cronica-desde-hamburgo-desde-manifestaciones-mas...
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