Como cada verano comenzamos una nueva serie de crónicas de los viajes de baladrinas allende los mares, al cono sur.
El sábado, día 12, Juanan llegaba con su conocida tranquilidad a la casa de Mónica a Villaverde Bajo. Al rato estábamos montando las maletas cargadas de libros para el viaje de las Baladrinas a America. La maleta baladrina, grandota, mas una mochila..en total llevaba unos cien libros diferentes. Al rato su teléfono sonó y se relajo en una conversión larga, que se hacia infinita. A las 23 h. salíamos de casa de Mónica para el Aeropuerto.
Una no sabe como, pero hizo la pregunta mecánica de confirmación, sales a la una de la mañana ¿¿? Juanan se puso tranquilamente a mirar su papel del billete y con respondió que su avión salia a las doce y veinte. La situación fue de las de máxima tensión; no podía creer lo que escuchaba. Como pudo fui conduciendo a 130 km por hora y por momentos..,lo dejo. Tomar la autopista a la T-4 del aeropuerto de Barajas. Aparcar el coche y Juanan enfila el mostrador de Iberia con la mochila encima, tras él salgo yo con la maleta grandota de Baladre, corriendo ambas por toda la acera del aeropuerto, pues cierran todas las puertas a las 23 h..y solo dejan la ultima para entrar. Nunca olvidare la carrera con esa maleta enorme. Llegamos al mostrador que estaba vació, NADIE..y la trabajadora estaba con banderitas monarquicas en la solapa..superando aquello como pude, le espete: perdone venimos a facturar para el vuelo de Buenos Aires, nos mira incrédula y nos suelta que esta cerrado. Vuelva a mirarlo por favor, y zas lo cerraron mal el vuelo y llamando a la jefa le permitió facturar a Juanan, mientras le contaba que veníamos de Albacete, que si tuvimos un accidente. De repente se pone muy digna y exige 100 € por exceso de peso, que pago Juanan sin rechistar y para avanzar en la facturación. La mujer se emperro en hacerle un dibujito a Juanan de como llegar hasta la puerta de embarque: la R ( en la terminal satélite de Barajas...que suele llevar 35 minutos llegar ). Todo esto sucedía a las 11:38 h.
Medio volando llegamos a la entrada general, la primera con su control y zas, paran a Juanan y le exigen vaciar la mochila y enseñar todo. Lo miraba incrédula, con los nervios rompiéndome.
Desconozco si hizo un record de velocidad, pero en 25 minutos estaba en la puerta de embarque y yo hablando con Juanan por teléfono, que solo podía decirme que estaba sudando a gota gorda, que faltaban pocas personas por embarcar y que llegaba. Eran las doce y diez del nuevo día..se suponía que en diez minutos el avión debía estar volando.
La siguiente llamada que le hice fue para que confirmara que estaba mas tranquila y sentada en el avión. La respuesta fue de traca: nunca había estado tan alterado, jejeje voy sudado a tope y la mochila me la han metido en la bodega.
El domingo llegaron a Madrid, Marta y Rosa, con ellas hicimos la misma operación de maletas cargadas de libros y Alf llevo al Aeropuerto, sin problemas con tiempo suficiente.
La tarde del domingo, Juanan nos llamo, ya estaba camino de Rosario donde le esperaba Yanina.
El lunes en Buenos Aires, se encontraban Marta, Rosa y Juanan, para enviar por encomiendas una caja de libros a Yanina a Rosario y volar por la noche a Santa Cruz (Bolivia), donde esperemos que hayan llegado sin mas incidencias y tras descansar unas horas, tomar un colectivo para Cochabamba, donde estarán cuatro días de enredos con Alexandra y Gustavo. Pero eso ya nos lo irán contando las baladrinas.
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