Emiliano.- De esta manera se despachan algunas personas que bien se les nota que ellos no viven ni de cerca, a lo sumo de despacho, situaciones precarias inadmisibles e impensables en el mundo de hoy.
Desde las redes de apoyo a familias, desde los bancos de alimentos, desde grupos de solidaridad, desde grupos de autogestión, desde espacios comunitarios, desde comedores sociales, se actúa; pero teniendo en cuenta que unas acciones son más justificadas, y otras inadmisibles, sin embargo ninguna de ellas deben ocultar la dureza con la que se acentúa cada día la precariedad en muchas familias y personas de nuestro entorno.
Ocultar la pobreza o aprender a convivir con ella no conduce más que a agravar la injusticia.
Si la pobreza que estamos viendo y sintiendo es consecuencia de la riqueza, lucharemos contra la riqueza que tanto empobrecimiento está generando en el mundo y en la sociedad más cercana.
Nunca se puede “aprender a ser pobres”, mientras no sea por opción de vida, cuando vivimos en una sociedad con recursos suficientes para satisfacer los derechos sociales más elementales de todas las personas.
La sobreabundancia de unos no puede ser justificada de ninguna manera, ante el umbral de pobreza que otras personas se ven abocadas a vivir y sufrir.
Los movimientos sociales debemos asumir y organizar toda nuestra acción prioritariamente orientada a hacer frente a estas situaciones de exclusión y marginación que secularmente arrastran muchos colectivos, pero que las circunstancias de hoy y la falta de esperanza de salir en el futuro, van a agravar de manera inaceptable. Nos corresponde poner todas nuestras energías en el lugar adecuado para hacer que el sistema abandone sus propias trampas y desmanes, y pueda sentirse a disgusto con las consecuencias que hoy admite como inevitables, pero que con otras maneras de proceder, si podrá evitarse.
Diversos colectivos y movimientos a nivel del Estado estamos apostando por llevar a cabo una campaña por LAS RENTAS BÁSICAS, YA!, a través de una ILP, que nos lleve con una nueva conciencia social frente a la riqueza, a provocar en los distintos Parlamentos un cambio importante en el desarrollo de las políticas sociales.
Existen más de una treintena de grupos y colectivos a lo largo del territorio del Estado que ya nos estamos poniendo en marcha porque nos negamos rotundamente a que haya alguien sometido a “aprender a ser pobre”.
Cuando la precariedad y la lucha se unen con fuerza y se llevan adelante con todas las consecuencias, como es el caso del Colectivo del PARKE ALKOSA en Valencia, con el que me solidarizo profundamente, la dignidad de las personas se eleva a cotas importantes; y por el contrario, cuando se actúa desde el poder, como es el caso, con desprecio insultante hacia los empobrecidos, a través del gobierno del Ayuntamiento de estos compañeros en lucha durante mucho tiempo, se envilecen, pierden toda la razón y se convierten en despreciables Instituciones democráticas.
Que hay empobrecidos, sin duda. Que hay ricos, menos dudas todavía. Que hay colectivos y movimientos que creen y luchan porque todo cambie, no es menos cierto. Que hay todo un Sistema socioeconómico que se protege para continuar enriqueciéndose, tan claro como el agua que corre solo para una parte de la sociedad. Pero, también hay propuestas como las rentas básicas, que pueden dar un poquito de respiro en el caminar hacia otro mundo más justo y humano.
Parte de esta responsabilidad, muy importante, es que nunca seamos capaces de creer, antes al contrario, nos revelemos, contra aquellos que nos sugieren, como un insulto intolerable, “que aprendamos a ser pobres”.
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