La estancia en Bahia nos lleva a cruzar caminos con numerosos proyectos de lucha y resistencia feminista. Hace unos días estuvimos en la primera Plenaria de mujeres del Piemonte Norte de Itapicuru; un territorio del noroeste del estado de Bahia, rural y con menos infraestructuras que las áreas próximas de la grandes urbes. Pero la proximidad no es garantía en lo que se refiere al desarrollo de políticas, programas y recursos para combatir la violencia machista.
En esta crónica vamos a conocer más en detalle como se articulan y autorganizan redes de mujeres en las grandes áreas periféricas de la capital de Bahia. En los que se cruzan a cada momento la condición de mujer, empobrecida y negra. Por todo ello que toca organizarse, y eso llevan haciendo las mujeres del Calafate desde hace 25 años.
La comunidad del Calafate que está en el barrio de Fazenda Grande do Retiro pertenece a las áreas que no aparecen en los mapas turísticos. Es una zona ocupada que tuvo importantes dificultades para la construcción de viviendas y donde actualmente residen 57.700 personas.
Hoy, en una sesión especial y abierta a toda la ciudadanía, se celebró en el salón de plenos del ayuntamiento de Salvador los 25 años de feminismo y resistencia del Colectivo de mujeres del Calafate.
Allí en un ambiente relajado, distendido y de complicidad se escucharon las voces de vecinas con participación activa a lo largo de este tiempo. Y las voces de otras mujeres que desde una relación de iguales y desde una dimensión política pedagógica feminista acompañaron trabajo a lo largo de estes 25 años: Julia McNaught (activista de lucha de Turismo comunitário de Salvador) Rosaria Piriz Rodriguez (movimiento nacional de cidadãs positivas), Louisa Huber (Articulação de mulheres brasileiras nas práticas integrativas e terapeuticas), Tania Palma (Rede de mulheres negras do estado da Bahia) y muchas más. Allí se compartieron experiencias interesantísimas, desde esa primera semilla que fue organizar un grupo en el barrio con el objetivo de defender y disfrutar de un tiempo de ocio los fines de semana. Y con el tiempo esa semilla prender con fuerza y dar paso a experiencias de: grupos de cuidado y autocuidado, aulas de teatro dox oprimidx, turismo comunitario y economía solidaria, espacios mensuales de encuentro, participación en diferentes espacios sociales y universitarios, etc.
Todo ello para generar discurso, debate y reflexión en torno al feminismo, la lucha contra el racismo, la lucha contra la violencia de las mujeres y la lucha por los derechos sexuales y reproductivos. Todo, como las propias participantes señalaron en varios momentos, “desde el feminismo popular, que se articula desde la propia experiencia y desde el propio territorio, siendo la única manera de garantizar resistencia y redes de solidariedad.”
Calafate se convirtió en estos años en una universidad libre y abierta para formar a mujeres del Salvador y de Bahia. Donde tejer redes de resistencia antes la violencia que el heteropatriarcado ejerce en nuestros cuerpos y en nuestros territorios.
Nosotras también nos sumamos a las felicitaciones y deseamos larga vida al Coletivo de mujeres del Calafate! <3
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