Crónica 15: de libros y otras historias

Nuestro viaje inició con una pérdida valiosa para todas por parte de la compañía Air France, al llegar al aeropuerto de Buenos Aires nos perdieron una maleta cargada de títulos, algunos de ellos cubrirían nuestra financiación del tour con su venta, de nuestra querida editorial y enseres personales de una de nosotras. Al dirigirnos a la cinta para recoger el equipaje, nos dimos cuenta que las maletas que circulaban habían pasado un par de veces y a nosotras nos faltaba una... Una trabajadora de la compañía se dirigió a nosotras preguntandonos por el apellido y Arrabalí aparecía en primer lugar en su lista de equipajes perdidos, nos redirigió a la oficina y ahí nos facilitaron un código para hacerle el seguimiento online, en teoría llegaba al día siguiente a Ezeiza o a la casa de Tefi en Caballito pero esto no sucedió.

Cada vez que disponíamos de conexión a internet comprobabamos y nada... Seguía perdida, intentamos contactar por teléfono con la compañía pero o no nos atendían o nos colgaban el teléfono directamente. Entonces, decidimos seguir insistiendo por mail y acercarnos presencialmente a las dos oficinas que tienen en la capital argentina. Ante nuestros correos, nos pedían disculpan y nos remitían a seguir con el seguimiento online. Hicimos un hueco en nuestras agendas para ir hasta las oficinas ubicada en capital, una en Puerto Madero y otra en San Martín, 344. Todo ello a tres trasbordos de metro desde la casa de Tefi en Caballito (45 min aprox) pero ¡sorpresa! Las oficinas no existían, justo hacía un par de semanas que se habían trasladado sin indicar dónde ni dejar un contacto telefónico. Una vez más: comprobaciones online por si había aparecido, enviamos mail's reclamando pero continuabamos sin obtener respuesta hasta que ya estando en Montevideo, un compa de Baladre nos dice que han encontrado la maleta, está en Madrid.

Contactaron con él porque la maleta tenía dos tarjetas identificativas, una a nombre de Baladre y otra al suyo. La persona que contactó con él trabaja para una empresa subcontratada por compañías de low cost destinada a buscar y encontrar equipaje perdido, contactarían con nosotras por teléfono pero no pudimos atenderles así que vuelta a empezar con el protocolo de búsqueda. Esta vez, sí nos dio resultados, conseguimos hablar primero con Air France argentina donde dejamos un comentario en nuestro expediente online especificando que llegamos a Madrid el 19 de Septiembre a las 19.25 h y que podríamos recuperar la maleta. Nos comenta que para la compensación económica, teníamos que hacerla a través del formulario de la web pero no podemos cumplimentarlo porque uno de los datos que nos piden es exclusivo para personas con nacionalidad argentina, intentamos hacerlo desde la web española de la compañía pero ese formulario no está disponible. Así que decidimos irnos hasta un locutorio para hablar con la empresa que la localizó y nos explican que la maleta la entregaron a la compañía en Madrid, que debe estar en el aeropuerto pero no pueden asegurarnos cuánto tiempo nos la reservan. Volvemos a llamar a Air France argentina explicando la situación y volvemos a dejar otro comentario online detallando nuestra llegada a Madrid pero tampoco nos garantizan cuánto tiempo nos guardan el equipaje, nos comentan que sino estuviese en el aeropuerto a nuestra llegada, la enviarían al domicilio de Mary que lo especificó cuando llegamos a Buenos Aires. Intentamos contactar de nuevo con el estado español con la esperanza de que alguien nos garantizase que el equipaje iba a estar en Madrid pero las oficinas estaban cerradas por la diferencia horaria. Ante tantos obstáculos, decidimos redactar una reclamación y anexos de los correos enviados explicando todo lo sucedido y entregar una copia en el aeropuerto de Buenos Aires y Madrid. Al llegar a Ezeiza, lo primero que hicimos fue localizar la oficina ubicada en la terminal C donde tuvimos que recorrer un pasillo estrecho y oscuro hasta encontrarnos al final con una puerta blindada, tocamos timbre y nos abre una trabajadora:

- Nosotras: Hola, ¿esta es la oficina de Air France?

- Trabajadora: Sí, depende de para qué.

Le detallamos todo lo ocurrido y verifica con el código online. ¡Atención! Además de explicarlos una vez más lo que nos habían dicho, nos dice que la maleta la requisó la policía en Madrid ¿por qué? No sabe decirnos y nos dice que para la compensación económica tenemos que gestionarlo desde el estado español, nos asegura que la maleta está en Madrid y no nos permite entregarle la copia de la reclamación. Estamos convencidas de que esta es una consecuencia más de las políticas represivas que se vienen implementando en los últimos años en los países “centrales” pero no nos vamos a callar, recuperaremos la maleta y el dinero que nos corresponde.

Por otro lado, a pesar de las difultades que nos ponen el capital y sus herramientas las personas nos han facilitado el viaje y queremos agradecerle públicamente a: Tefi y Ruth de Caballito (Buenos Aires) por sentir su casa como nuestra, Lichi, Nadya, Lucas, Flaco, Ale, Tincho, Matías, Cari, Kati, Lucía, Cynthia... de Córdoba por demostrar día a día que la dignidad se defiende con organización y lucha de los barrios populares de la ciudad, a la escuelita de la Trashumante donde nos encontramos con Tato, Mariana, el negro, la negra, Ulises, Fer, Sol, Susy Shock, Say Sacayán... por abrirnos las puertas del aprendizaje popular y diverso, a las gentes de San Luis: Walter y su familia, Claudia, Rosita, Gabi, Mariela, Manu, Paz, Irma, Valeria, Noe, Martín, Luciana por seguir sembrando semillas de resistencias en un contexto pequeño y también a las docentes de Villa Mercedes Sonia, Enrique, Marcela por reflexionar y transformar desde la academia el Trabajo Social; en Rosario a Natalia, Silvana y Germán por abrirnos las puertas de su hogar, a Mariana, Lucía, la Negra, Deborah, Micaela, Sofía, Iara, Florencia, Anaís, Mirna, Mariana, Barbie, Emily, Irina por tejer redes de sororidad entre mujeres rebeldes, a Maira y Blas por adentrarnos en Cabín 9; en Totoras a Nano, Peque, Amelia, Seve, Juli, Andrés, Agus, Regina y Tibi por cuidar, defender la tierra libre de agrotóxicos y por hacernos sentir tan a gusto en un espacio tan lindo; a todas las que nos acompañaron nuestra travesía en Pigüé: Ángel, Jorge, Juan, Marisa, Manolo, Lucía, Nahuel, Lorena, el negro, Ed, Nuria, Alejandro... y muchisimas más que no nombramos por no hacer la lista interminable; a las que nos encontramos en las Jornadas de Economía Crítica: Iván, Sara, Gabi, Gonzalo, Santi, Pato, Marcia... por repensar otras formas de vida y supervivencia sostenibles donde no sólo quepa lo económico; en Montevideo a Martín, Pola, Raúl y Agus por hacernos pasar ratos maravillosos, a Andrea y a Emiliano por hacernos sentir como en casa, a las Minervas y a Traidores de Papá por presentarnos sus proyectos, a Dulcinea por las sinergias encontradas y a Fer por acercarnos a la realidad de los feminismos autónomos y combativos de la ciudad; a Fabio y Claudia por facilitarnos los desplazamientos por Buenos Aires y también a Priscila, Ezequiel, Valeria, Alberto, Norma y Jimy por los buenos ratos que pasamos en el asado. Son muchas más y todas y cada una de ellas están presentes en nuestra memoria y en los trozos de vida que hemos quemado juntas. Sin ellas este viaje y todos sus sentires no hubiese sido posible ¡Gracias!

Y a todas las personas que nos habeis seguido por las crónicas, deciros que nos hemos sentido acompañadas todo el viaje. Nos despedimos con esta foto que refleja todo lo que nos llevamos.

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