Eran las doce de la noche de París y el avión salía para América, por delante catorce horas de vuelo, en la espera entre aviones, se produjo una serie de encuentros, de conversaciones y enredos que muestran con claridad lo que esta siendo el inicio del viaje baladrino a América del Sur.
Fue buscando las salas de fumadoras del Aeropuerto de Orly como Mary y Pen, las baladrinas novicias contactan con dos madres superioras, sin monjas, para dar forma a un enredo maravilloso, por tierras de Argentina. Ellas regresarán juntas, las cuatro, dos monjas y dos novicias (Mary y Pen) en los mismos vuelos, pero eso será en septiembre, allá por el 18 y 19.
Pero comencemos por el principio.
La llegada a Madrid
El lunes las carreteras estaban a tope, coches para todos los lugares y en la Baladrina Pen, con su chofer, recorría los kilómetros desde Paiporta a Madrid. La Baladrina cargada de bolsas y maletas, va acercándose a Vallecas primero y la Estación de Guaguas después, hacia las tres y cuarenta de una tarde soleada de un 14 de agosto inolvidable.
En Mendez Alvaro, esperaba Mary con tres maletas cargadas de libros, con otra baladrina boliviana de origen y Granadina de adopción, Nadir.
Con imaginación suben las cuatro, más cinco maletas y dos mochilas a la baladrina camino de Villaverde bajo. Allí a las cuatro de la tarde en la sombra de la Avenida de los Rosales, sentadas Mary y Pen en la puerta de una finca comienzan la reunión de preparativos del viaje, más bien de puesta en orden/ultimar el trabajito de meses atrás.
Mary con su peculiar recorrido, entre wasap y wasap, con Xavi Selles y Lucas, cerrando José Iglesias, que lo tendrán listo en cinco días, para llevar a San Luis primero, etc.. Pen toma nota en folios que sospechosamente les falta un trocito rectangular en el ángulo inferior. Se las ve eufóricas, ganas de energía. Energía de puras NOVICIAS.
El pájaro de Alf y Moni
A las cinco y media entramos en casa de Alf y Poni, donde en su cocina esta un pajarraco, que nos da un susto a todas, especialmente a Nadir, que no puede ni verlo. De repente coger agua fresca se convierte en una expedición peligrosa a la selva, el territorio del pajarraco en cuestión (cotorra brasileña retirada de las calles de Madrid, por Poni ta Alf ). La primera incursión en la cocina termina con dos picotazos para Mary y Pen, que hacen desistir a Mary de repetir la experiencia.
Y comienza la operación maletas, como meter en cinco maletas, cuatro cajas de libros y alguna ropa. En esta ocasión se cuenta con una pesa de ducha y el gran acierto de que Viki compro una maleta de más. Poquito a poco, se van cerrándolas maletas y pesándolas, entre gritos de jubilo. Para las ocho Nadir tiene que tomar el cercanías y nos sirve a todas de la oportunidad para pasear todas y fumar las novicias, que son pura chimenea. Igualmente nos tomamos unos refrescos por la calle de la A.VV. de Villaverde Bajo, recordando la caravana/marcha de hace cinco años, la de los 30 años y un posterior Encuentro Baladrino.
Para las diez estábamos de regreso en el terreno/piso del pajarraco, montando nuevas aventuras para sacar un gazpacho y un ensalada de la nevera de la cocina que nos dejo de regalito Alf.
Nuevas conexiones de wasaps con Argentina, se cierra el coche que recoge a las novicias en Ezeiza, la mañana del miércoles. Después confirman la compra de billetes del Colectivo a Córdoba para esa noche, etc.. es alucinante ver el despliegue de wasaps que van de un lugar a otro sin parar, cerrando los últimos flecos.
A volar, a París y a América
Para las nueve del martes ya tenían montado el campamento de nuevo, con wasaps de Xavi Selles, de Tefi, de Ale, Lichi, Lucas. Y toca localizar un lugar donde poder imprimir los billetes y el seguro, que envío por correo Viki. Lo que no esperaban es que se trata de hacerlo, el 15 de agosto, FESTIVO, por intuición vamos a la calle del viejo barrio de Villaverde Bajo y zas, un golpe de suerte, encontramos un Cyber abierto, tras imprimir, desayuno potente en el Bar de la esquina.
Para las doce pasaditas, bajamos las maletas y bolsas a la baladrina y enfilamos la M-40, camino de Barajas. Atrás dejamos ordenada la casa del pajarraco, y las llaves en el buzón.
Al ratito estábamos aparcando en la T-2 de Barajas. Mary y Pen, bajan las maletas pesadas más su equipaje de mano, todo preparado para no pasarse de los kilos previstos. En la Baladrina esperan los kilos de más (unos 20). Ya con las tarjetas de embarque y la facturación echa, toca cargar los 20 kgr. restantes en la mochila y maleta de mano. MISIÓN CUMPLIDA, ahora solo toca esperar que lleguen las cinco y media de la tarde para volar a París primero y desde allí a Buenos Aires, pero lo segundo será ya al final del día, hacia las doce de la noche.
La gran angustia de Pen y Mary, ahora es donde localizar espacios en los Aeropuertos de Barajas y Orly para poder meter humo en sus pulmones.
Dos novicias en París
Como tocaba en un día cargado de vuelos, el avión a París, sale tarde, y las novicias se asustan cuando las separan de filas, una fila mochila, la otra fila maleta, mira que son estas gentes de Air France.
Por el camino, tras juntarse en los asientos, encuentran complicidades, para entender lo que van diciendo en francés por el micrófono del avión.
Igualmente al salir del avión sus aspectos de NOVICIAS jóvenes, de menos de veinte, les posibilita muchas acompañantes que les van explicando los pasos a dar, desde donde encontrar salas de fumadoras, hasta que hacer para tomar el siguiente vuelo a Buenos Aires.
Son la salsa de la sala de fumadoras, cerrando acuerdos con un profe de Economía de la Universidad de Rosario. Intercambiando recorridos y curiosidades con dos MONJAS SUPERIORAS, que tienen un mismo recorrido y vuelta para los próximos treinta y cinco días. Recordarán en años a esas dos novicias por los pasillos de Orly.
A las once de noche, desde dentro del gran avión trans-oceánico mandan los últimos wasap, Telegram y llamadas: TODO EN ORDEN. Pen, que es su primer viaje de catorce horas, alucina con las mantas, las almohadillas y pedazo avión gigante, su miopía desaparece por momentos, dando paso a unos ojos enormes que todo lo miran y remiran. Cerrándose el día, el avión sale de Orly camino de Buenos Aires, con nuestras novicias baladrinas contentas, repasando tareas y enseres, que si el pijama de Mary, las botas de montaña de Pen. Felices de haber podido cargar sus pulmones de nicotina hasta el ultimo minuto y dispuestísimas a dormirse para pasar el monazo de tabaquismo.
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