Los desayunos son el momento, si, es cuando desde la tranquilidad mañanera se da la conversación tranquila, se hacen los retoques de la crónica, del “agendeo” del día. Se vuelve sobre las vivencias del día anterior y se valoran, a veces se les ponen notas y todo, como un ocho con cinco, que en tiempos de alguna era un sobresaliente. En esta ocasión, el desayuno, es con Lars, en su amplia casita, un tercer piso, con mucha luz. La hora, la habitual, las ocho de la mañana y la mesa cargada de alimentos, pancitos, queso, fruta, yogures, mermeladas diversas, pastelitos. Alguna recuerda cuando en 1988, en nuestro primer viaje baladrino, esperaban al momento de la comida y se quedaban con mucha hambre, hasta que comprendieron que el DESAYUNO era el momento de meter al cuerpo, las vitaminas, calorías, proteínas, líquidos, de tooooo.
Antes de salir, hacemos la visita, semi-ritual, a la la Hafen de Hamburgo, paseamos por la calle mirando las fachadas con dibujos/murales enormes que muestran la solidaridad para con las personas refugiadas. Reconocemos los lugares históricos, de visitas anteriores y contemplamos los canales de un puerto gigantesco, con sus edificios del diecinuve y las mas que modernas construcciones portuarias.
Y de nuevo en el coche, comenzamos a la búsqueda de la mejor salida, del adecuado camino, que izquierda… uffffffff, nos pasamos, vuelta para tras. Ahora sustituimos el mapa por la tablet que nos va marcando. Para al final seguir las señales que indican otro camino, diferente, a Berlín.
Son horas de calores, de recorrer en tres horitas, los trescientos kilómetros y aparcar cerquita de la casa de Frauke.
En esta ocasión retoma la conducción una de nuestras conductoras profesionales, Ruth. Ella con su buen hacer al volante, va poniendo a ratitos el aire acondicionado, que a otras les rompe la garganta, pero que aligera los cuerpos, ante los 33 grados de afuera, algo alucinante para nosotras. El viaje va amenizado por los programas bajados por Zialdoka, el mismito, que nos provisiono de musica y de los diez últimos Nosotras las Personas. De repente escuchamos a David hablar sobre precariedades, luego las de Alacant, más tarde Noemi Toledo, seguida de Juanma y Elena. Para entrando en Berlín y terminado el especial de los 20 años de IpO, y disfrutar de las opiniones/reflexiones de José Manue, sin quererlo nos vamos mentalmente a La Orotava, a Radio Pimienta y recordamos a las compitas de la CASA, ahora algunas tirando adelante la Cafebreria.
A KREUZBERG, llegamos tras pasar por el este de Berlín, recordar el caminito que hacía Zialdoka, José Iglesias y Manolo, en el 2008, cuando asistían al encuentro sobre Rentas Básicas, de la mano de la gente que luchaba contra el Hartz IV, recuerdan a Anne y su lucha/constancia. Vemos a las jóvenes mojándose en el Parque con el agua que sale de la trompa de un Elefante que da forma a una fuente, giramos y estamos en el terreno de lo que fue una parte del muro de Berlín, rozando el Mercedes Benz Arena, y pasando entre edificios nuevos, a cada cual más moderno ¿? Se nota la especulación, en lo que ahora es un zona de museo al aire libre, el museo de lo que fue el muro, de una ciudad y un país dividido. Sin darnos cuenta aparcamos el coche, cerca de la casa de Frauke. Bajamos la bolsa de alimentos y nos instalamos en un parque, en lo que por momentos es un comedor campestre, entre arboles, columpios, juegos y mucha arena.
Tras la comida, Ruth y Manolo se van de paseo por el barrio, pasan el famoso puente de la ultima película sobre el Berlín dividido, de los años setenta, la guerra fría, recuerdan las imágenes de entregas de espias que andaban en sentido contrario desde cada lado del puente. Pasar el puente y querer escapar es todo uno. Cientos de turistas lo copan todo, pegado al rio, a un lado y otro del murito museo, las cámaras y teléfonos no paran de hacer fotos, alguna dibujante pinta un nuevo mural en el muro, cada mural esta firmado por la autora y su correo electrónico, como pueden se van alejando del espacio de consumo, de la gran superficie que es los restos del muro y su entorno, eso si, buscando sombras donde escapar de un sol que machaca los cuerpos con sus mas de treinta grados.
Atrás queda Roberto y Aida columpiándose suavemente, en un amplio columpio de plataforma de caucho, descansando, acompañadas de Zialdoka; reposan la comida y se ocultan del sol.
A las cinco, llegamos con las mochilas a casa de Frauke y al ratito, llega ella, casi de seguido. El reencuentro es emotivo, besos y achuchones sentidos. Son los afectos de 28 años de enredos, de vivencias en Alemania, Catalunya, Euskal Herria, Andalucia y tantos lugares.
Durante horas descansamos en la sala del pisito de Frauke, ella tiene reunión corta, que no llega a dos horas, pero antes que llegue algunos cuerpos demandan calle y fue irse y regresar ella de la reunión. Para juntas ir a cenar por los barecillos de Kreuzberg. Es un día especial, es el cumpleaños de Petra.
A esas horas de la noche, ya esta agendado el viernes, los encuentros previstos, con Isa, con Laura de Ronda, con las de Basta y otras personas de los grupos que hacen denuncia de temas sociales, que nos pasaron las baladrinas de ALSO de Oldenburgo.
Con todo, parece que en Kreuzberg, aun se sigue respirando un lugar diferente, donde Kurdos y muchas otras comunidades comparten un espacio especial cargado de historia, de luchas y realidades al margen de modas y consumos. Eso si, al otro lado del rio/canal esta el museo amenazante de lo que fue el muro, con una zona de negocios que crece exponencialmente.
Todas tomamos este día como el de digerir lo vivido, colocar proyectos para el siguiente viaje. Hablamos de la propuesta de Lars para julio de 2017, ante la cumbre en H.H. del G-20. De como hacerlo coincidir con la estancia anual en Oldenburgo, con las baladrinas de ALSO. Las cositas se van ordenado. Es aquello de: LOS MELONES SE COLOCAN SOLOS
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