10 – 13 h. CONCENTRACIÓN en el Ministerio de Justicia.
14:30 h. COMIDA SOLIDARIA en el Centro Social “Ágora” (Getafe).
18 – 20 h. CHARLA/DEBATE “Feminismos y Heteropatriarcado” en el Centro Social “Ágora”.
30 años de Baladre, 30 años de Renta Básica de las Iguales para combatir el heteropatriarcado capitalista
Dentro de las luchas por parte de los feminismos, con sus lógicas diversidades y sus varios planteamientos, subyace, al tiempo que marca la línea de enfrentamiento contra el sistema, la persistencia desde hace siglos (e incluso milenios) del ejercicio del poder patriarcal sobre las mujeres de tal forma que lo femenino entra en una profunda e inexplicable dinámica de opresión por parte de los hombres y lo masculino que entronca con total facilidad con el sistema económico, nacido en el siglo XIX al amparo de la expansión imperialista europea, el liberalismo económico que deriva en el actual sistema capitalista y que ha evolucionado siempre en una curva ascendente de opresión de las personas y por ende de las mujeres.
La aparición de la “esfera de lo privado” reservada a las tareas y modos de vida deseables para las mujeres en función de la construcción de una sociedad liberal-capitalista, no responde a unos nuevos tiempos, sino que institucionaliza socialmente una ancestral manera de subyugar lo femenino. Cuando en un sistema en el que todo es objeto de compra-venta, en lo que todo se convierte de forma paulatina en mercancía y por tanto adquiere un valor económico, se observa como la vieja división sexual del trabajo adquiere una nueva dimensión adjudicando un valor preponderante a todas aquellas labores no relacionadas con los cuidados pues estos ya habían sido asociados a las labores domésticas y por tanto a las obligaciones impuestas a las mujeres.
De esta manera nos encontramos en el siglo XXI con una sociedad que ha evolucionado bien poco desde hace siglos en tanto a la consideración y justicia social hacia las mujeres y lo femenino por extensión, una sociedad en la que persisten porque se entienden como normales las diferencias entre sexos, diferencias que se manifiestan tanto en lo laboral, como en el acceso a la riqueza, como incluso en las relaciones personales en las que el maltrato, la vejación o incluso el asesinato de mujeres está a la orden del día.
Entendiendo pues que arrastramos una situación ancestral pero no natural de subyugación que ha venido a ser justificada, afirmada, sostenida e institucionalizada por el actual sistema económico-social y político, desde que nos planteábamos, en los primeros momentos de la Renta Básica de las Iguales, que esta sería una herramienta de lucha contra el capitalismo liberal, nos posicionábamos con ella desde el punto de vista de género como nuestra herramienta para romper con el heteropatriarcado atávico que ha presidido la historia de la humanidad, pues cuestiona las bases sobre las que se asienta el sistema: concepto de empleo-trabajo, salario, concepto de los cuidados y relaciones entre las personas.