Ya estamos en la recta final del viaje y dispuestas a conocer Montevideo, aunque sea a grandes rasgos, ya que el tiempo no nos va ha dar para mucho mas. Raúl nos recibe en la Terminal y directamente vamos a casa donde nos esperaba Pola. Así que la mañana transcurrió intercambiando opiniones con Raúl, sin darnos cuenta habían trascurrido tres horas y nos esperaban en su casa que va a ser nuestro cobijo en estos días, Ucho y Meli viven en un barrio tranquilo y bien comunicado con el centro, lo cierto es que Montevideo no es una ciudad grande ni adolece de un ritmo loco y trepidante.

Ucho forma parte de un bar cooperativa, el Finisterre, es un lugar tranquilo con acento político-cultural, os lo recomendamos si vais a Montevideo, y Meli colabora con su trabajo la organización social “Dónde están nuestras gurisas” que se enfrenta a la trata con fines de explotación sexual.

De la mañana pasada con Raúl nos llevamos un entrañable saludo, una interesante tertulia y un par de números para ponernos en contacto con colectivos sociales, parte de la tarde se fue en el trabajo de coordinación para poder conocer personas de colectivos independientes, y cuando parecía que las horas y las personas no coincidían ocurrió algo que puso todo a favor de todas. Precisamente estaban inaugurando un centro social y todas las personas que formaban parte de colectivos en Montevideo se encontraban allí.

Soraya, de la Coordinadora Feminista, nos invitó al acto y allí fuimos ni cortas ni perezosas.

“La casa de Enfrente”, así se llama el local que debe parte de su nombre a que se encuentra situado frente al Palacio de Justicia, es un espacio para todas: la Coordinadora Feminista, colectivos contra la pobreza, contra la extradición , antimilitaristas etc.

Conocimos a Norma madre de uno de los asesinados en la que tuvo lugar en 1994 cuando el Gobierno de Felipe Gónzalez firmó un acuerdo de extradición con Uruguay siendo Alberto Lacalle presidente. La Marcha del Filtro se sigue celebrando cada 24 de agosto como recuerdo de Fernando Morroi y Roberto Facal y de los sucesos acaecidos en aquella marcha y posterior semana. Nos cuentan que conciben su país como un territorio abierto y que les resulta incomprensible la extradición, que cuando el pueblo vio violada su libertad salió a la calle ante una represión brutal.

Después de este viaje en el tiempo, las compañeras de la Coordinadora Feminista hicieron de Ciceronas acompañándonos al Finisterre y allí nos contaron los trabajos que realizan en el activismo y como ofrecen visiones diferentes en cualquier espacio tanto dentro como fuera de las instituciones, de la presencia de trata de mujeres, de desapariciones y las familias que buscan a sus hijas. Los territorios fronterizos y/o lejanos son lugares donde la trata encuentra su espacio.

Al día siguiente pasamos la tarde primero con Las Minervas y más tarde con Pola, con ésta y en una desenfadada charla le dimos la “vuelta al país” y pudimos tomar conciencia de Montevideo, de Uruguay y sus peculiaridades.

La intensa visita ya ha dejado mucho ovillo para enredar, pero estamos en nuestra cuenta atrás y el tiempo apremia.

Regresamos a Buenos Aires, a casa de Diego y Agus, con las horas contadas para descansar, cerrar alguna cosilla y hacer las maletas. Pasmos con Agus la ultima tarde, con un tiempo excelente que nos relaja, y es que el Barrio Chino no parece Buenos Aires.

Conforme se hace de noche prepararnos las maletas, distribuimos los libros y tras un breve sueño, el avión sale a las 4:30, vamos al Aeroparque. Tomamos el último selfie y el último café en Argentina, ha sido un viaje compartido con muchas personas, en espacios y realidades muy diferentes entre sí, un viaje bastante enredador y enriquecedor con todas esas personas que nos han ido cobijando en sus fuegos.