EN POCAS PALABRAS Nº2. Un paseo por el mundo

EL ÉBOLA NO ES NEGOCIO PARA LAS FARMACEÚTICAS

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15-M RONDA http://www.facebook.com/15MRonda OCTUBRE 2014  Nº2

Mientras el virus ha tenido fronteras, allá en África, ese inframundo habitado por parias, el orden de las cosas sigue su cauce. Los muertos no contaban, salvo aquellos pertenecientes a organizaciones religiosas, misioneros, médicos, enfermeras y personal auxiliar de organizaciones humanitarias, de piel blanca, trasplantados al que hemos apodado continente negro.

Mientras, el miedo generado por el sensacionalismo desdibuja el alcance real de la epidemia, así como su relación con los problemas socio-económicos del continente africano. El científico que dirige la respuesta del Reino Unido a la pandemia de ébola ha lanzado un ataque devastador a la gran industria farmacéutica, acusando a los gigantes del sector, entre ellos a las compañías GlaxoSmithKline (GSK), Sanofi, Merck y Pfizer, de no haber fabricado una vacuna, no porque no fuera posible, sino porque "no era negocio".

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La gravedad del ébola en sí, íntimamente ligada a los problemas de pobreza padecidos por la población africana, se acrecienta con la actuación improvisada de los gobiernos, la debilidad de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y las acciones no siempre lícitas de las grandes compañías farmacéuticas.

La alarma actual deriva de la extensión de forma rápida a varios países de la zona del África occidental: Guinea, Sierra Leona, Liberia y Nigeria. Recientemente, en el Congo parece haberse identi-ficado otra variante de los cinco tipos de ébola.

En Estados Unidos el Ejército anuncia poseer un fármaco secreto llamado Zmapp como respuesta al virus del Ébola. Utilizar este fármaco en los países afectados por el virus del Ébola amplía la población sobre la cual experimentar, pero sobre todo facilita a sus dueños el control, a pie de campo, de los posibles efectos secundarios, convirtiendo a África en un laboratorio al aire libre. Por el momento el brote actual ha causado la muerte de cerca de cinco mil personas, situando la tasa de mortalidad entre 25 y 90 por ciento de las personas infectadas.

La competitividad entre empresas farmacéuticas ha llevado a la mayoría de los investigadores por cuenta privada firmar férreos contratos de confi-dencialidad. Las buenas intenciones puestas en pie después de la Segunda Guerra Mundial por la ONU y la OMS, basadas en criterios del bien social público, han ido desvirtuándose hasta llegar a una situación de privatización de la OMS.

La industria médico-farmacéutica es sospechosa habitual de codicia. Esta importante acaparadora de poder económico y político es denunciada por diferentes foros desde hace una década. La OMS se ve asediada por intereses privados que desde la industria propician conflictos de interés, como se denunció con ocasión de la epidemia de gripe A de 2009-2010.

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Alrededor del 60 por ciento de los recursos actuales de la OMS están financiados por empresas privadas. La más conocida es la Fundación Bill & Melinda Gates.

A la pregunta de por qué no había una vacuna autorizada, el profesor Hill dijo: "Bueno, ¿quién fabrica las vacunas? Hoy en día, la producción comercial de vacunas está monopolizada por cuatro o cinco megaempresas -GSK, Sanofi, Merck, Pfizer-, que figuran entre las compañías más grandes del mundo. El problema es que incluso si se descubre una vía para crear una vacuna, si no tiene un gran mercado las grandes empresas consideran que no vale la pena... La vacuna contra el ébola para las personas que más la necesitaban no era negocio debido, en primer lugar, a la naturaleza del brote; en segundo lugar, al número de personas que probablemente se verían afectadas, que hasta entonces se consideraba que sería reducido; y en tercer lugar, al hecho de que la gente afectada se halla en algunos de los países más pobres del mundo y no pueden pagar una nueva vacuna. Es un fallo del mercado."

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El Ébola es un argumento más para cerrar puertas y, de paso, seguir obteniendo beneficios económi-cos en nombre del progreso. El Ébola es una ben-dición para las empresas farmacológicas. Además, lo sufren personas africanas, no la gente civilizada. Una verdadera ventaja.

Es inexplicable la pasividad de las autoridades sanitarias internacionales frente a propuestas cientí-ficas no controladas por la gran industria. Así, en la década de 1980 el equipo de investigadores dirigidos por Tu You You marcó una pauta de tratamiento y erradicación eficiente de la malaria que ha sido ignorada de modo reiterado por las multinacionales y los organismos públicos que éstas controlan.

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