Abrázate al 8 de Marzo, contagia feminismo

viñetaEn pocas palabras. 15-M RONDA-.Las mujeres en España hoy trabajan más que los hombres, pero son más pobres en términos económicos y en disponibilidad de tiempo”. La vida de las mujeres es manifiestamente peor que la de los hombres en todos los ámbitos en los que la vida de las personas discurre: la promoción laboral, los salarios, la precariedad, las pensiones, el reparto del trabajo doméstico y de cuidados, la disponibilidad de tiempo, la brecha digital, menos alumnas en las carreras científicas y tecnológicas o menor representación en los órganos de mayor poder político, judicial o económico.

El Índice Europeo de Igualdad de Género advierte que la paridad avanza muy lentamente en la UE, con un punto cada dos años, lo que significa que son necesarios más de 60 años para conseguirla, y eso que no se contaba con el coronavirus que ha disparado la brecha de la pobreza entre hombres y mujeres, una vez más.

"Las mujeres están soportando el grueso de la crisis de COVID-19 ya que es más probable que pierdan su fuente de ingresos y es más improbable que tengan cobertura social", subraya  Steiner programador del Plan de la Naciones Unidas para el Desarrollo, para quien "invertir en reducir la desigualdad de género no solo es inteligente y asequible, sino también una elección urgente que los gobiernos pueden hacer para revertir el impacto de la pandemia en la reducción de la pobreza".

El contexto de crisis socioeconómica y sanitaria generado en torno a la COVID-19, está evidenciando la fragilidad de los derechos alcanzados por las mujeres y la desigualdad que ya existía, sostenida por un sistema social, político y económico que trata de manera diferencial a hombres y mujeres.

El impacto real de la COVID-19 en las mujeres, apunta a que la situación de desigualdad de la que partíamos se ha agudizado: el desempleo ha crecido considerablemente, siguen asumiendo la mayor parte de la responsabilidad del cuidado de la familia, siguen ganando menos, siguen ahorrando menos y teniendo trabajos mucho menos seguros, con un mayor impacto de la fiscalidad en las mujeres en el que los impuestos tienen una mayor repercusión debida a los salarios más bajos. Además, los trabajos altamente feminizados son los que más exposición al virus experimentan, como la atención de cara al público, el personal sanitario y las mujeres que cuidan a personas dependientes en el domicilio.

Esta situación ha visibilizado la enorme vulnerabilidad de nuestro sistema en un aspecto esencial, los cuidados. Estos se encuentran principalmente en manos de las mujeres y están invisibilizados, precarizados e infravalorados. Se ha evidenciado que faltan medidas de protección y de corresponsabilidad.

En este contexto, ¿qué perspectivas de futuro tienen las mujeres en situación de pobreza y exclusión a día de hoy? Esas mujeres que no han podido incorporarse al mercado laboral, que sufren el desempleo y la precariedad, y que, sin medidas adaptadas y específicas, quedan relegadas al espacio patriarcal de los cuidados y el hogar.

Además, las situaciones más extremas de violencia, en las cuales el confinamiento ha supuesto un cautiverio para muchas mujeres, otra pandemia invisible” que en algunos casos ha supuesto una amenaza contra sus vidas.

La incapacidad absoluta del sistema de cuidar la vida humana y la naturaleza es hoy más patente que nunca. Expresar nuestra disconformidad con este sistema patriarcal que prioriza la economía sometiendo la vida en general y, sobre todo la de las mujeres y la naturaleza sigue siendo imperante. Es urgente denunciar un sistema capitalista, patriarcal y opresor y reivindicar nuestros derechos y nuestra libertad para autodeterminar nuestras vidas, nuestros cuerpos y nuestros territorios en sintonía con la naturaleza y los seres que la habitan.

Hay que poner fin a este fenómeno estructural que provoca, en cada crisis, una reproducción social de los roles de género, un incremento de la desigualdad y el agrandamiento de la brecha de riesgo de pobreza y exclusión social entre hombres y mujeres, cimentando un presente de enorme vulnerabilidad en el que las mujeres se encuentran en situación de mayor desprotección e hipotecando su futuro y el de nuestra sociedad.

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