Por el fin de la invisibilización de las agresiones machistas en los movimientos sociales

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No hay nada más parecido a un machista de derechas que un machista de izquierdas. 

Mientras la división del público y privado no se resuelve -y su resolución implicaría una revolución que lo transformaría todo-, y la izquierda no asume la lucha diaria, difícil e imprescindible de integrar el feminismo como un prisma para enfocar cualquier militancia o activismo, seguimos a reproducir el patriarcado. Y no nos vale la espera, no vamos a mantener el silencio para no perjudicar su revolución, mientras se perpetúan sus privilegios de la división sexual de dominación.

Un grupo de feministas de Compostela nos animamos semanas atrás a dar un paso al frente, denunciando la agresión que sufrió en el mes de mayo una compañera por parte de Suso Sanmartim, activista compostelano. Este hombre la agredió invadiendo su espacio personal y burlándose de ella. Cuando la joven denunció esta agresión, mujeres feministas de Compostela decidieron escribir un comunicado apoyándola y exigiendo a los espacios de los que forma parte el agresor y que se dicen de "izquierda", que se posicionaran públicamente. De igual manera, se envió el comunicado a los medios de comunicación afines para que hicieran pública también la denuncia.

La respuesta fue la esperable. Antes mismo de difundirse el comunicado, Sanmartim reaccionó amenazándonos con una denuncia en los juzgados por supuestas difamaciones, negando la agresión y “advirtiéndonos” de que nuestro paso provocaría “el peor para todo el mundo”. Tras este primer momento, lo que recibimos fue ninguna difusión por parte de los medios de comunicación.

De los colectivos que forma parte el individuo en cuestión las reacciones fueron: por parte de Compostela Aberta, un correo electrónico donde daban a entender que lo que sucede en el ámbito privado no es objeto del debate para esa formación política. Por parte del centro social Gentalha do Pichel y el periódico independiente Novas da Galiza, llegaron respectivos correos electrónicos en los que reflejaban haber debatido internamente sobre el tema y mostraban su disposición a continuar abordándolo siempre y cuando se rompiera el anonimato de las denunciantes. Por parte de la Asociación Galega da Língua (AGAL) ninguna respuesta ni mención a respeto.

En definitiva, prácticamente todos los colectivos sociales respondieron de forma escasa y evasiva. Porque el comunicado era anónimo, porque habría que oír las dos partes, porque la agresión no ocurrió en una asamblea, porque era una “microagresión”, o con el argumento de que esta campaña de visibilización no era más que un intento de dinamitar la imagen de una persona pública. Por si esto fuera poco, tuvimos que soportar de muchos compañeros el cuestionamiento constante de la agresión y de la persona agredida por no saber quién era ella, con la disculpa de que al tratarse de un comunicado anónimo era complicado posicionarse.

fotoPara nosotras, todo esto representa la falta de reflexión feminista en las organizacioens sociales y políticas, y pone de manifiesto la carencia de protocolos de actuación visto que este tipo de situaciones están asumidas, incluso en la izquierda, como comportamientos normales. No es Suso Sanmartín en particular, son todas las personas que hacen uso de sus privilegios y las que de un modo o de otro permiten que esto se perpetúe.

Basta. Pensamos que nuestra mejor contribución a la transformación social es atravesarcuántas piedras sean posible a las ruedas del coche de machirulos, supuestamente disidentes, soberanistas, comunistas, anarquistas y guerreros de cualquier causa justa. No hay justicia si pretenden acabar con una dominación alimentándose de otra que los privilegia. Y no es cuestión de matices, no vamos a dejar que sean otros quienes juzguen cuando una agresión es suficientemente grave. No vamos a consentir baboseos, ni faltas de respeto, ni humillaciones, ni silenciamentos, ni insultos, ni palizas. Hoy sale el nombre de Suso Sanmartim, pero mañana puede ser el de cualquier otro. Si no eres parte de la solución eres parte del problema.

Por eso nos vemos en la obligación de hacer este nuevo comunicado que ya no es anónimo, y con el que queremos advertir que no vamos a dejar que se invisibilice ninguna agresión, y que nosotras las mujeres, sí vamos a responder. Porque no existe transformación posible ni izquierda real, si no es feminista.

Las mujeres que firmamos a continuación vamos a dar la cara ante las agresiones, denunciando con nombres y apellidos a los falsos compañeros. Y no nos equivocamos de enemigo. Pero no pretendamos predicar fuera, si aún tenemos la casa sin barrer.

Firmado por más de 150 mujeres

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